Vecinos de la Delegación Benito Juárez denuncian procesos lentos para atención de damnificados y revisión de edificios, así como la continuidad de obras de construcciones clausuradas o sin permiso.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Miércoles 8 de noviembre de 2017
El día de ayer, vecinos de la colonia Narvarte realizaron un mitin donde denunciaron la falta de atención que han recibido por parte de autoridades delegacionales, mismas que se habían comprometido a atenderlos por las afectaciones resultadas de los pasados sismos.
La colonia Narvarte fue una de las que más resultaron afectadas. Allí se dio el colapso parcial del edificio ubicado en la esquina de Yácatas y Concepción Béistegui. Un recorrido por la calle de Dr. Vertiz puede constatar que siguen muchos edificios dañados y acordonados, así como la fuente de la glorieta de Pilares y Chichén Itzá.
Como consecuencia de esta situación, los vecinos se concentraron en la calle de Enrique Rébsamen para exigir acciones concretas. Entre sus demandas está la realización de dictámenes que les aseguren que sus domicilios se encuentran a salvo y cuáles son los que realmente necesitan ser demolidos, ya que afirman que sólo han sido atendidos “por una diversidad de funcionarios y ventanillas en un largo viacrucis que estamos padeciendo los damnificados”.
Asimismo, declararon que la plataforma de CDMX tiene datos incompletos sobre el estado de los inmuebles revisados, por lo que piden que se ponga a su disposición todas las inspecciones realizadas por los distintos niveles de gobierno. También exigen que haya total transparencia en los procesos de reconstrucción de la ciudad, verificar quiénes son los actores involucrados en esa operación (tanto públicos como privados), acceso a documentos importantes como planos de edificios y licencias de construcción que la reclasificación de los predios se haga bajo su consentimiento.
Especulación rampante
La delegación, sin embargo, ha sido blanco de una fuerte especulación inmobiliaria impulsada desde las mismas autoridades delegacionales para el beneficio de las empresas constructoras y de bienes raíces. Como mencionamos acá, se apuntó a la promoción de colonias “estrella” donde la construcción de edificios y conjuntos departamentales y oficinas se hacía de forma desmedida, con licitaciones que resultaron en muchos casos en afectaciones viales y entorpecimiento de la circulación -empeorando el problema de la contaminación en la ciudad- como fue el caso del túnel de Mixcoac.
Nada de esto habría sido posible sin el beneplácito de las jefaturas delegacionales que permitieron esta especulación y “clausuraban” sólo por unos cuantos días obras que no estaban reguladas o que excedían el número de pisos permitidos. Una de las causas de colapso en el sismo de 1985 fue el choque entre edificios de tamaños irregulares (en especial aquellos de pocos pisos junto a los que eran de más de 8), por lo que el reglamento de uso de suelo fue revisado para evitar situaciones como ésta.
Pero este reglamento fue papel mojado para la delegación; Jorge Romero, líder de la bancada panista en la Asamblea Legislativa de la Ciudad, fue el delegado anterior en el período 2012-2015. Durante su gestión no sólo se permitió la construcción desmedida de edificios, sino que además se beneficiaron sus bolsillos. Fue conocida la denuncia en su contra por la adquisición de un penthouse en la colonia Del Valle frente al parque Pascual Ortiz Rubio, en la Av. Eje 2 Poniente Gabriel Mancera, a pocos kilómetros de la zona de desastre en Escocia y Edimburgo.
Al tiempo que se dio a conocer esta adquisición inmobiliaria se desarrollaba la movilización de vecinos de la colonia Nochebuena en contra de la construcción de un edificio en el predio de Millet #39, el cual está nada menos que dentro del Parque Hundido, y que hoy tiene una rampa para personas de la tercera edad.
La situación no cambió bajo la administración del también panista Cristian Von Roehrich. Aún hoy se siguen construyendo edificios que, como denuncian los habitantes de la colonia Narvarte, no cuentan con permisos, violan el uso de suelo o los pisos permitidos.
El resultado de esto lo pudimos observar el pasado 19 de septiembre: el conjunto residencial San José en la colonia Portales colapsó como consecuencia del movimiento telúrico y evidenció la construcción escandalosamente paupérrima al tener lozas de unicel en las columnas de soporte, lo que le costó la vida a dos mujeres trabajadoras domésticas.
Procesos similares siguen, como la construcción de los multifamiliares residenciales en la colonia Santa Cruz Atoyac, donde se está dando una fuerte gentrificación contra la gente que habita el antiguo poblado.
Nada se puede esperar de políticos que actúan en servicio de las empresas constructoras, y que por eso mismo no pueden garantizar edificios seguros para los habitantes.
Desde La Izquierda Diario México ponemos a la disposición de los jóvenes, trabajadores, mujeres y damnificados nuestro periódico para denunciar estas prácticas que atentan contra nuestra integridad. ¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana