Ocho mujeres están en huelga de hambre en Madrid para exigir que la violencia de género se tome como una cuestión de Estado.

Andrea Villa Barcelona | @AndVilla_
Lunes 20 de febrero de 2017
Un grupo de ocho mujeres, instaladas en el kilómetro cero de la Puerta del Sol de Madrid, están en huelga de hambre desde el 9 de febrero para exigir que la violencia de género se tome como una cuestión de Estado.
La huelga se da ante la falta de respuesta por parte del Gobierno tras enviar a varios partidos políticos un manifiesto en el que se recogen 25 medidas para mejorar la protección de los derechos de estas mujeres y sus hijas e hijos en un pacto de Estado.
Destaca el reclamo de la Ley Integral de violencia machista, donde se especifique la legislación para cada tipo de maltrato y en la que se incorpore la figura de “Feminicidio”, el reconocimiento de las víctimas afectadas por violencia de género para que se les presten las mismas ayudas que las establecidas para las víctimas del terrorismo, incluir “especialidades” dedicadas al maltrato de las parejas y ex parejas y otras sobre la trata y la explotación sexual de mujeres.
Bajo el lema “Con maltrato no hay trato”, Gloria, Susana, Martina, Sara, Celia y Sonia se mantienen sin ingerir alimento sólido, cansadas pero fuertes: "No nos vamos a mover de aquí". El viernes dos de sus compañeras tuvieron que abandonar la huelga por diferentes motivos. Todas ellas, víctimas de violencias machistas y pertenecientes a la asociación Ve la luz, han visibilizado la protesta colocando zapatos rojos y esquelas con las referencias de las últimas víctimas formando el símbolo de la paz.
Desde que la huelga empezó a difundirse en las redes reciben a diario apoyo y ayuda de personas que se acercan al punto de información y les dan flores, libros, café, mantas... y firman la petición en la que piden que se asuman las 25 reivindicaciones que proponen de cara a un pacto de Estado contra la violencia machista. Su campaña online en Change.org ha superado el millar de apoyos.
Rosa, víctima de maltrato, viajó desde Barcelona para acompañarlas durante el fin de semana: "Me enteré por las redes sociales y decidí venir sin pensármelo". Las huelguistas están muy agradecidas de todo el apoyo recibido: "Hemos vivido momentos muy emotivos a nivel personal. Sin su ayuda no habría sido lo mismo."
Explican que "los hombres mayores vienen a firmar por sus hijas y nietas, independientemente de cómo hayan vivido ellos." También otras jóvenes han acampado junto a ellas en el centro de Madrid.
Mucho más pésimo e indignante ha sido el acontecimiento ocurrido el domingo 19, cuando un grupo de personas pertenecientes a CCOO y UGT entraron en Sol interrumpiendo un monólogo de Pamela Palenciano, que estaba apoyando la lucha y recaudando fondos, ante un gran público.
La manifestación copó la plaza con megáfonos y consignas insonorizando e invisibilizando el acto que se estaba llevando a cabo. Las direcciones sindicales de la manifestación pretendieron interrumpir y leer sus comunicados, pero en vistas de la resistencia recibida decidieron “ceder” -tal como dicen en su cuenta de Twitter- su escenario a una de las huelguistas.
El Ayuntamiento de Madrid les prestó una carpa de verano y unas hamacas, "pero cuando llovió nos empapamos". Al quejarse por la situación, el Ayuntamiento les respondió que no podían hacer nada más. "Se llevaron nuestra ropa y carpa para traerlas secas, pero cuando se la pedimos nos la trajeron igual de mojadas." La vicealcaldesa Higueras insistió en que debían dormir en un albergue municipal. "Se creen que he venido de Galicia hasta aquí para dormir en un albergue, yo de aquí no me muevo", matiza Vázquez.
Las mujeres llevan tiempo esperando al Samur Social para realizar las pruebas requeridas en una huelga de hambre: "Nos dijeron que orinasemos para darles muestras y aún no se han pasado a por ellas" explica Vázquez y concluye: "No ha habido ningún cambio en la política, tanto que nos decían que iba a haberlo. Sigue siendo la vieja política."
La subcomisión de violencia de género promovida en el Congreso en vistas al futuro pacto de Estado invitará a sesenta comparecientes para ofrecer sus propuestas. “En ella deberían tener representación las propias víctimas de violencia de género. No se entiende que una subcomisión así esté impulsando el silencio. Es una pantomima, que terminará en una foto y se utilizará en las próximas elecciones”, sostiene Vázquez.
Llevan meses preparándose para la huelga, están cansadas, han aguantado frío, lluvia y humedad pero el objetivo es claro: "No pensamos movernos de aquí. Ellos deciden a cuántas mujeres quieren recordar el próximo 8 de marzo", el Día de la Mujer. Huelga de hambre, feminismo, Pacto de Estado, Géneros y Sexualidades