En agosto se realizan las PASO en todo el país. En estas elecciones, las personas gays, lesbianas, trans, bisexuales e intersex tenemos mucho que decir
Domingo 23 de julio de 2017 16:48
En la Córdoba de las Campanas, según la nombró Arturo Capdevilla, las luchas y realidades de la diversidad sexual parecen estar ausentes en la campaña electoral. Como cada año, las y los políticos de los patrones se encuentran totalmente alejados de nuestras realidades.
El Estado y sus gobiernos son responsables
En estas elecciones tenemos, por un lado, al gobierno nacional de Macri que lleva como principal candidato a Baldassi. Este gobierno nacional fue denunciado en distintas oportunidades por el ínfimo presupuesto que utiliza para la salud sexual y (no) reproductiva. Algo que llevó a que faltaran preservativos así como medicamentos antirretrovirales para las personas que vivimos con VIH.
A su vez, Cambiemos, con la colaboración del arco kirchnerista que le votó 83 leyes, es quien viene implementando un ajuste que se expresa en la inflación, aumentos en los servicios y también dejando a personas en las calles como puede verse en la lucha de las y los trabajadores de PepsiCo en Buenos Aires.
Pese a que el PRO intenta posar como una derecha “gayfriendly” pero no hay que olvidar que tanto Macri, como Baldassi, son responsables de la realidad que vivimos la diversidad sexual y, en particular, las personas trans, a quienes más afecta este ajuste.
A su vez, el gobierno nacional impulsa un proyecto que bajo la “libertad religiosa” esconde la posibilidad de nuevos objetores de conciencia que se nieguen a casar a parejas del mismo sexo o realizar las operaciones previstas por la Ley de Identidad de Género. Esto mientras los curas y obispos tienen sueldos millonarios asignados por el estado debido a una ley que se mantiene desde la dictadura. Es un paso más en la alianza entre Estado e Iglesia contra la cual nos movilizamos año a año y seguiremos exigiendo la separación total y definitiva de estas instituciones.
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No es casualidad que parte de este gobierno de Cambiemos es el intendente de Córdoba Ramón Mestre, a quien el arzobispo Carlos Ñañez le hizo un guiño en contra del “uso indiscriminado del derecho a huelga”. Ese mismo personaje parece estar en contra de las movilizaciones pero no dudó en convocar y salir con una pancarta que decía “queremos mamá y papá” cuando reclamábamos por nuestro derecho al matrimonio igualitario. Ñañez ahora va en contra de los derechos de las y los trabajadores a tener un salario digno.
¿Una Córdoba "gayfriendly?
Tanto Cambiemos como el gobierno provincial de Unión por Córdoba son responsables de la discriminación y estigmatización que vivimos día a día. Desde que nos griten “puto”, “torta” o “trava” cuando andamos con nuestras parejas de la mano o dándonos un beso, hasta los golpes y asesinatos que vivimos por nuestra orientación sexual o identidad de género.
A su vez, el gobierno provincial de Schiaretti, Llaryora y Alejandra Vigo se niega siquiera a tratar los distintos proyectos de Cupo Laboral Trans que se presentaron en la Legislatura de Córdoba y nada hizo para que se implemente una Educación Sexual Integral en las escuelas que el año pasado cumplió 10 años de haberse aprobado la ley.
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Cínicamente, el gobierno provincial presenta una “oferta turística para el segmento LGBT” según manifiesta el portal de la Agencia Córdoba Turismo. Una iniciativa provincial que acompaña a lo impulsado por el Ministerio de Turismo de la Nación.
Ellos y sus empresarios quieren aumentar sus ganancias, mientras nuestra realidad les es totalmente ajena
Un ejemplo de la realidad que viven las personas trans fue la que denunció Jacqueline Muriado cuando Apross se negó a brindarle la cobertura para poder acceder a intervenciones quirúrgicas. Si bien Apross es una obra social y parte del sistema estatal de salud, el sistema privado no está ajeno a esta realidad.
El gobierno de Unión por Córdoba es también el principal responsable de que en nuestra provincia no se realicen este tipo de operaciones de “reasignación sexual” establecidas por la Ley de Identidad de Género que conquistamos en el 2012. Esto se debe tanto a la falta de material como de formación de las y los médicos.
Incluso en el Hospital Nacional de Clínicas, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba del rector radical Hugo Juri, no se realizan porque, según las autoridades, nunca llegaron los fondos de la Nación para poder hacerlo, aunque en el pasado se realizaron intervenciones y tratamientos con recursos propios.
A su vez, el gobierno provincial está a cargo de la Policía de Córdoba, institución que salimos a repudiar cuando demoraron a una pareja de lesbianas por estar besándose en la calle o como declaró la policía por “actos obscenos en la vía pública”, alegando que en la plaza hay cámaras y que su comportamiento estaba fuera de la “ética ciudadana”.
Es esa policía la que tiene bajo el brazo el “nuevo” Código de Convivencia que aprobaron tanto Unión por Córdoba, Cambiemos como el kirchnerismo y la centroizquierda que tiene figuras como la de “tocamientos indecorosos”. El Frente de Izquierda fue el único que se opuso a esta modificación, llevando a la legislatura la lucha por la derogación del Código de Falta y cualquiera de los maquillajes que quieran ponerle.
Venimos de conquistar importantes leyes como fueron el Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género, así como una importante visibilización de nuestras luchas. Sin embargo, la población trans que sigue sin poder acceder al trabajo con el 90% de travestis, transexual y transgéneros que se encuentran en situación de prostitución. Las y los trans tienen una expectativa de vida de entre 35 y 40 años y sufren discriminación tanto en el ámbito de la salud como la educación.
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Esto es parte de una larga cadena de violencia hacia personas trans que termina algunas veces con travesticidios o transfemicidios contra los cuales se movilizaron el pasado 28 de junio en Buenos Aires y distintas localidades a nivel nacional e internacional, así como fuimos miles en las calles repudiando el asesinato de Laura Moyano en Villa 9 de julio en Córdoba.
Este asesinato está próximo a cumplir dos años este 25 de julio pero por ineficacia de la fiscal Liliana Copello, aún no se sabe qué fue lo que pasó ni hay responsables. Es por esto que el próximo martes 25 saldremos a las calles a movilizarnos, entre otras demandas, contra los travesticidios, exigiendo una vez más justicia para Laura. También nos movilizaremos junto a numerosas organizaciones para conquistar todos los derechos para la comunidad trans.
Sin embargo, ante esta violencia, los gobiernos no hicieron ni hacen absolutamente nada. Somos invisibles a sus ojos y más invisibilizados e invisibilizadas estamos en esta campaña electoral.
“Nuestras vidas valen más que sus ganancias”
Es en este marco que la única alternativa que realmente defiende los derechos de la comunidad LGTBI es el Frente de Izquierda, encabezado por Liliana Olivero, Javier Musso y Laura Vilches en el cual soy precandaidato a Diputado Nacional como activista por los derechos de la diversidad sexual, de las personas que vivimos con VIH y la juventud que pelea por nuestra libertad sexual y todos nuestros derechos.
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Un Frente que estuvimos y estaremos en cada Marcha del Orgullo, movilizándonos de manera independiente de los distintos partidos que defienden a las empresas y la Iglesia. Es en defensa de nuestros derechos que formamos parte desde un primer momento de la Multisectorial Justicia por la Pepa Gaitán o de la Coordinadora Justicia por Laura Moyano y participamos de las distintas movilizaciones a favor del Matrimonio Igualitario y apoyando activamente la Ley de Identidad de Género.
Por eso, proponemos un Plan Integral contra la Violencia hacia la Diversidad Sexual, tomando el Plan contra la violencia de género que presentaron mis compañeros Nicolás del Caño y Myriam Bregman en el Congreso Nacional, como Laura Vilches en la legislatura cordobesa.
Proponemos una herramienta contra la discriminación que vivimos las y los LGTBI que busque prevenir, atender y erradicar la discriminación que vivimos, contemplando tanto un presupuesto destinado a este fin, la educación sexual en todos los niveles educativos, la formación de médicos, médicas y profesionales con perspectiva de género y diversidad, entre otras medidas.
También formamos parte de la elaboración y la campaña por un Cupo Laboral Trans en la Universidad Nacional de Córdoba y presentamos, junto a mi compañera y legisladora del PTS/Frente de Izquierda Laura Vilches, un proyecto de Cupo Laboral Trans en la unicameral provincial.
En estas elecciones, tenemos la posibilidad de conquistar una banca por Córdoba en el Congreso que defienda ahí nuestros derechos y proponga medidas concretas para enfrentar la discriminación y estigmatización que vivimos.
Sabemos que cualquier conquista que logremos arrancarles al Estado será con la organización y la movilización en las calles, fortaleciendo una alternativa política que defienda nuestros derechos. Mientras algunos buscan dividirnos, es necesario fortalecer la unidad de la diversidad sexual junto a las y los trabajadores y sectores oprimidos y explotados para enfrentar el ajuste y conquistar todos nuestros derechos.
Mientras los gobiernos y el mercado rosa lucra con nuestras sexualidades y la Iglesia sigue obteniendo subsidios de esos mismos gobiernos, sostenemos que nuestras vidas valen más que sus ganancias.