Luego del anuncio de la suspensión de las clases entre los estudiantes del Terciario 45 de Haedo, que mayormente somos trabajadores y/o sostenes de familia, se encendieron los debates por las condiciones de trabajo y de estudio.
Martes 17 de marzo de 2020
Los medios nos invaden con modalidades de saludos, recetas de cómo hacer tu propio alcohol en gel mientras se va volviendo imposible comprarlo en las farmacias por su encarecimiento. Haciendo zapping llegás a expertos que hablan del impacto del virus en Europa. Pedidos de cuarentenas, suspensiones de clases con presencia docente y licencias para un sector reducido de trabajadores ¿Pero esto alcanza? ¿Por qué? ¿Cuál es el rol de los centros estudiantiles hoy? Escuchemos las voces, veamos las conclusiones e intercambiemos en torno a las propuestas.
Sobre cómo las condiciones "de siempre", se agravan bajo una pandemia
Se anunció la suspensión de clases, pero muchas escuelas no cerraron al poseer comedores y hay presencia docente, con lo que se planteaba el problema del estado actual del ISFD 45: "no hay higiene, si no hay agua muchas veces. Funciona un jardín y una escuela primaria ahí mismo y los inodoros tienen sillas arriba (clausurados). Si es tristísimo, estando en pleno corazón de Haedo, imaginate lo que viven los niños en otros lados", nos decía una compañera.
Te puede interesar: Coronavirus: ¿qué pasa en los profesorados
Te puede interesar: Coronavirus: ¿qué pasa en los profesorados
Otro planteaba: "estamos bastante hacinados en las aulas, sobre todo la más chica y los auxiliares hacen todo lo que pueden con lo poco que hay". Y agregaba que podían pensarse medidas para que ningún estudiante que esté dentro del grupo de riesgo, se quede afuera: "las plataformas virtuales para estudiar, pueden servir".
La provisión de agua en el establecimiento es una medida básica de prevención para el lavado de manos. Esto implica que el Estado resuelva el problema estructural que todos los gobiernos mantienen: la infraestructura escolar. Junto a la provisión de jabón, alcohol en gel y productos de limpieza sin restricciones. Así como el estado debe aumentar el valor del cupo del comedor, para una correcta alimentación de los niños en medio de esta pandemia. Esto requiere un urgente desembolso al presupuesto educativo.
Sobre la vivencia de ir a trabajar en tiempos de coronavirus
Los estudiantes que laburamos, en los terciarios somos un sector importante. Hablamos de trabajos en blanco, así como en negro o con monotributo. Dentro de esa realidad diversa y fragmentada, tenemos en común los bajos salarios y el descuido de las patronales hacia nuestra salud. Veamos.
Así lo expresaban dos compañeras: "Yo trabajo en comercio y ayer facturé a más de 300 personas, la empresa nos da un alcohol en gel para cada uno, pero para mí eso no basta" y nos dice la otra compañera: "Trabajo en (restorán de comida en el oeste), compartiendo un lugar reducido con mis 20 compañeros que viajan con distintos medios de transporte. Nos dan guantes y alcohol pero ponemos en riesgo a nuestros seres queridos y los cercanos".
Otro compañero que viaja a CABA nos decía: "No se está consiguiendo alcohol en gel ni barbijos y son muy caros además". Así como el suministro de productos básicos para la higiene en los lugares de trabajo, es lo mínimo que debe garantizarse. Pero no es suficiente.
Un estudiante que trabaja y viaja a CABA todos los días, nos transmitía su preocupación porque visita a su mamá que está entre los sectores de riesgo: "Yo quiero cuidarme, pero tengo que ir a trabajar viajando hacinado, sino no cobro”.
El estado debe garantizar las licencias pagas para todos los trabajadores en blanco y precarios, prohibiendo los despidos y las suspensiones y subsidiando a todo aquel por cuenta propia. Nuestras salud lo vale.
Medidas para enfrentar la pandemia
Muchos compañeros nos manifestaron que les parecía bien tomar el modelo de los test masivos. Les contamos que es lo que hicieron en Corea Del Sur, para evitar el contagio, mostrando una tasa de mortalidad del 0,2% a diferencia de los estragos que hoy causa en Italia el CO-VID 19. Allí hubo un brutal recorte a la salud pública a pedido del FMI, de 37 millones de euros, que recortó personal y es uno de los países con menos camas por habitante.
Te puede interesar: Coronavirus: ocho medidas de emergencia para que Argentina no pase por lo mismo que Italia
Te puede interesar: Coronavirus: ocho medidas de emergencia para que Argentina no pase por lo mismo que Italia
Se habla de la crudeza del virus, pero es el capitalismo el que hace descartables a los mayores de 80 años en Italia: les niegan la atención porque el sistema de salud colapsa. En este sentido debemos decir, que no debe subestimarse la pandemia, ya que el sistema de salud actual, está vaciado por la acción de cada gobierno y profundizado bajo el macrismo.
Por otro lado, una compañera nos planteaba respecto de los sectores que no pueden dejar de trabajar para abastecer de alimentos al resto del país, que: "Si hay gente que se va a sacrificar por el bien común, por lo menos que haya un sistema de salud que lo apoye ante la posibilidad de contagio latente".
Es urgente aumentar la cantidad de camas disponibles como de equipos para la asistencia respiratoria, tomar medidas para ampliar la capacidad actual. Como gran parte del sistema de salud está en manos privadas, tanto sanatorios y clínicas, todo debe ser integrado en un sistema único, centralizado y gestionado por los y las trabajadoras.
Los recursos para todo esto existen y estamos en una emergencia. Los capitalistas que tuvieron ganancias millonarias ahora tienen que poner los recursos para enfrentar la pandemia, con impuestos extraordinarios y recursos productivos, para desarrollar lo que necesitemos como los respiradores.
Sus ganancias no pueden estar por encima de nuestra salud! Se requiere un desembolso urgente al presupuesto de salud. No se puede priorizar el pago a los bonistas o al FMI, ya que gracias a sus consejos, se realizó el brutal ajuste a la salud italiana.
El rol de los centros de estudiantes hoy
Los terciarios de la Provincia de Buenos Aires, están insertos en la mayor concentración de juventud trabajadora del país, con un millón de jóvenes que laburan y un 30% de pibes desocupados. El 60% de los que trabajan, lo hace en la informalidad.
De esto se desprende que son muchos los jóvenes que quedan por fuera de las medidas planteadas por el gobierno para sostener la cuarentena en la juventud y que incluso, cuando no se trabaja por cuenta propia, se lo hace en condiciones de mayor complejidad para organizarse por cosas elementales que permitan el cuidado de la salud.
Los trabajadores aeronáuticos, pusieron en pie una comisión de seguridad e higiene, ya que la patronal los expuso al contagio, pero sin medidas de protección y sin que les informaran ni el protocolo a seguir. Mientras desde el gobierno se sugiere a las empresas que licencien a los trabajadores que son factores de riesgo, ya vimos con Aerolíneas cómo actúan. Nuestra salud no puede quedar en sus manos!.
Por eso abrimos el debate fraternal con los compañeros que dirigen el Centro de Estudiantes sobre el rol actual de los centros de estudiantes (sobre todo con los compañeros de IS que están dentro del FIT, porque en sus declaraciones también llaman a luchar y compartimos algunas medidas). Donde funciona el comedor (como la escuela de la tarde de Fasola en el 45-) ¿podemos tomar el ejemplo de la comisión de seguridad e higiene, donde estudiantes junto a docentes y auxiliares hagamos seguimiento de las condiciones en que se mantienen abiertos los comedores en las escuelas?.
Y por otro lado, ¿cómo se garantiza la cuarentena para los más precarios y desocupados? ¿No nos serviría impulsar una campaña que haga oir la voz de los que no la tienen y tome la demanda de licencias pagas y subsidios? ¿Y qué les parece articular con las trabajadoras del Hospital Posadas para pensar las medidas de prevención efectivas y tener seguimiento propio de esta pandemia?.
Creemos que es el desafío del momento, abrir el debate y pensar qué podemos llevar adelante.