Este programa, instalado para detener la migración hacia EE.UU. de personas que solicitaban refugio político, fue suspendido por Biden y reanudado recientemente a solicitud del Tribunal Supremo Constitucional, en medio de un aumento exponencial de las solicitudes de refugio.
Miércoles 25 de agosto de 2021
El programa de Protocolos de Protección al Migrantes (MPP por sus siglas en inglés), presentado como de “atención a refugiados”, se instaló formalmente con el gobierno de Trump en marzo de 2019, en el cual los solicitantes de refugio o asilo por razón de persecución política y otras situaciones, tenían que esperar en México en lo que la Corte estadounidense determinaba la procedencia – o no- de su caso. Este programa dejó “a la espera de una resolución” a más de 72 mil personas que lo solicitaron.
Si bien este programa de corte xenófobo fue impulsado en su momento por el presidente Trump, el gobierno de Biden había prometido eliminarlo y atender para el primer mes de su mandato las primeras 25 mil solicitudes que quedaron pendientes. Pero ahora el tribunal supremo da un revés a la iniciativa del ejecutivo norteamericano de eliminar este programa, pues la política antiinmigrante sigue siendo un “asunto estratégico” de la seguridad nacional, aunque el imperialismo norteamericano sea culpable de las condiciones que obligan a la migración.
Cabe destacar que este programa, si bien fue promovido a inicios de 2019, ya venía aplicándose desde el último mes de 2018. Con la llegada de AMLO a la presidencia, éste aceptó aplicarlo, como medida para frenar las enormes caravanas migrantes provenientes de Centroamérica que se desataron desde hace 3 años, además de desplegar a la Guardia Nacional en las fronteras con Guatemala y Estados Unidos.
Ante las controversias que se desataron por la aplicación de este plan, López Obrador en su momento dijo que “Fue una decisión que tomamos nosotros. A nosotros no nos imponen los gobiernos extranjeros nada, no somos títeres, no somos colonia de ningún gobierno extranjero”, aunque por la vía de los hechos México sirve como tapón de entrada a la migración que se dirige a EEUU.
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La violencia del narco y las instituciones
El diario digital Animal Político da cuenta de cómo es ser refugiado que pide asilo en EEUU. En el caso de Manuel, por ejemplo, de origen venezolano, él pidió entrar por persecución política y al quedar varado en Tamaulipas, tuvo que reparar automóviles blindados para el narco de la zona.
Casos como este son más recurrentes de lo que suelen admitir ambos gobiernos. En México, la violencia producida por los grupos criminales no ha cesado, e inclusive llevó al general Glen Van Herk, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, a decir en marzo pasado que “el crimen organizado controla entre 30% y 35% del territorio de México”.
El problema de la migración en México está íntimamente ligado a la violencia producida por las actividades del crimen organizado. Según la ONG Semáforo Delictivo ,en 2020 se registraron un total de 34,515 homicidios, indicando una ínfima reducción del 2% respecto al año anterior, cuando se contabilizaron 34,648 víctimas. Aseguran también que el 80% de los homicidios que se dan en el país están relacionados con el crimen organizado.
Por otro lado, en países de Centroamérica, como Honduras, la crisis política y social desatada desde el golpe de Estado de 2009 ha provocado una ola de migración que más diez años después ha dado un salto, pues para el 2019 se contaron más de 800 mil migrantes originarios de ese país, lo cual representa el 8.2% de su población.
Con este panorama de violencia producida por las instituciones estatales y el narco armado hasta los dientes, con las más de 2.5 millones de armas que cruzan desde EEUU., mantener un programa que impide refugiarse a quienes se ven forzados a migrar de sus lugares de origen y los obliga a quedarse en un país donde la violencia es creciente en su frontera, resulta ser un atentado contra el derecho al asilo y por ende contra la integridad de esas personas o familias.
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Para resolver esta problemática, los socialistas del MTS opinamos que la clase trabajadora y el pueblo oprimido estadounidense, en alianza con sus pares en Latinoamérica son quienes, mediante la movilización internacionalista pueden imponer a los gobiernos el libre tránsito de las y los migrantes, sembrando la semilla de la solidaridad proletaria a ambos lados de las fronteras que nos impone el imperialismo y sus socios menores.