Este sábado se realizó una marcha en solidaridad con la comunidad nicaragüense en Costa Rica. La movilización en solidaridad fue entre 8 y 10 veces más grande que la marcha xenofóbica que una semana atrás recorrió San José agrediendo e insultando a refugiados nicaragüenses, que han sido desplazados de manera forzosa.
Lunes 27 de agosto de 2018
Y es que recientemente el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua ha recrudecido la represión con la detención ilegal a sectores de la juventud nicaragüense, integrantes universitarios del Movimiento Estudiantil, así como mantener en prisión bajo delitos como terrorismo a los varios dirigentes campesinos que protagonizaron la organización de tranques y barricadas en la gran mayoría del país durante meses previos.
En este contexto se da la convocatoria de movilización llamada “La solidaridad en Costa Rica es más”, contando con dos columnas que marcharon hacia el centro de la capital. Una desde el Oeste, iniciando en el Parque de la Merced, un lugar conocido por ser un espacio de encuentro de la comunidad nicaragüense migrante en el país. Otra columna salió del Este, de la Sede Central de la Universidad de Costa Rica, lugar reconocido por ser dínamo de las luchas sociales en el país.
Organizaciones migrantes, partidos de izquierda y diversas agrupaciones culturales, sociales o políticas fueron los principales componentes de la marcha. Si bien es cierto en otras ocasiones la comunidad nicaragüense ha realizado pequeñas movilizaciones, sin duda esta ha sido la movilización por los derechos de los migrantes más grande de los últimos años.
La movilización en sí es un importante mensaje para la comunidad nicaragüense, en clave de solidaridad. Pero también constituye un mensaje para los grupos fascistoides que, ahora es claro, han empezado a extender sus posiciones dentro de partidos políticos nacionales, como el ultra reaccionario Restauración Nacional, así como en figuras políticas de cuarto orden, como Sergio Mena.
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El gobierno por su parte tuvo un emisario en la movilización, con la presencia del Ministro de Educación, Edgar Mora, que no dio ningún mensaje serio durante la movilización. Más relevante fue la presencia de la Policía de Migración, mismo ente que se ha encargado de realizar detenciones y expulsiones de migrantes del país bajo el gobierno del PAC. Su presencia parecía ser un recordatorio de la política contradictoria que tiene el actual gobierno del PAC, donde por un lado mantienen a la población migrante en condiciones de semiesclavitud en el agronegocio, en la construcción y en las labores domésticas y sin temor a expulsarlos arbitrariamente del país, pero por otro lado rechaza oficialmente la xenofobia.
Para barrer con todo indicio de xenofobia en Costa Rica es necesaria la organización independiente, para conquistar plenos derechos para la clase trabajadora nativa e inmigrante. Esta unidad puede mostrar un enorme potencial para enfrentar de manera decida los actuales planes de ajuste que amenazan con mayor carestía de la vida y precarización para la clase trabajadora y el conjunto de la población.
En este sentido, es fundamental que los sindicatos y las organizaciones de trabajadores se pongan a la cabeza de ese llamado, den continuidad a las expresiones de huelga que vimos en junio pasado y se propongan luchar contra las políticas fiscales del actual gobierno.
Finalmente, queda en el ambiente la noción de que se ha instalado en Costa Rica una xenofobia abierta y pública, y no latente y oculta como ha pretendido instalar el régimen costarricense durante años. Es por ello que debemos tomar en nuestras manos el impulso de la solidaridad y apostar por ganar a nuevos sectores de la población para que sean cada vez mayores en el futuro.
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