Dialogamos con un trabajador de atención primaria de Almirante Brown que forma parte del programa. Denuncia la precarización de los trabajadores de la salud, la falta de personal capacitado y elementos de prevención de mala calidad. La necesidad de testeos masivos es urgente.
Lunes 22 de junio de 2020
Después de varios meses de empezada la pandemia del Covid-19, el foco de la crisis sanitaria se encuentra en América del Sur. En Argentina en particular, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es la más afectada. Esta región comprendida entre el Gran Buenos Aires (GBA) y Ciudad de Buenos Aires (CABA) es la que acumula mayor cantidad de contagios y fallecidos.
En este marco se desarrolla en Almirante Brown, distrito gobernado por el peronista Mariano Cascallares, el Operativo Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Terreno de Argentina (DETeCTAR) desde finales de Mayo. Según informa la página oficial del municipio, se realizaron en este tiempo 50 mil controles casa por casa. También informan que “en cada operativo, promotoras de la salud junto a médicos, enfermeras y asistentes sociales recorren las barriadas entrevistando vecinos”. Un trabajador de atención primaria de salud, de un Centro de Atención Temprana, se comunicó con La Izquierda Diario para denunciar la cara oculta de este operativo.
Consultado por los resultados que comunica la intendencia discrepa: “no es cierto que están realizando testeos, como dice el nombre del programa. Lo que realmente se hace es buscar casos sospechosos, mediante la toma de temperatura y una prueba de olfato”. Con este relevamiento no es posible saber certeramente cuántos contagios hay, ya que los casos asintómaticos pasarían sin problemas este control. Sobre las condiciones en las que trabajan quienes llevan adelante este programa nos cuenta: “no están siendo realizados por médicos y profesionales provenientes del sector salud, ni mucho menos capacitados para su abordaje. Están mandando a militantes a realizar éstas actividades. Les dan camisolines para que parezcan trabajadores de la salud”. También explica que “están enviando a personas que provienen de cooperativas sin ningún tipo de preparación previa. No pueden negarse a realizar esta tarea porque les sacan los planes que cobran". Agrega que “es riesgoso para estas personas que no cuentan con la capacitación necesaria y pueden contagiarse realizando los controles”.
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Trabajadores de primera línea en negro y sin protección
El DETeCTAR como señalamos es sostenido por decenas de personas que no son profesionales de la salud. Esto es un modo que tiene el Estado para ahorrar y en lugar de contratar trabajadores capacitados, pagándoles un salario acorde a su formación y trabajo a realizar, sostienen un dispositivo sanitario con personas que reciben planes sociales.
La precarización laboral en este ámbito no es novedad. Muchos de los profesionales que trabajan en los Centros de Atención que realizan el DETeCTAR en los barrios son contratados a través del programa “Médicos Comunitarios”, vigente hace 9 años. Se integran al sistema de salud a profesionales como becarios. Pueden trabajar muchos años con esta modalidad, y a lo sumo pueden ser contratados como monotributistas. El programa “SUMAR” es otra forma de contratación precaria masiva en el ámbito.
Sumado a esto, quienes salen a realizar la toma de fiebre del DETeCTAR no cuentan con los insumos de prevención necesarios: “los camisolines y barbijos que brindan son de muy mala calidad, y muchas veces tenemos que comprar elementos que faltan”.
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Los testeos masivos, una medida urgente que no llega
Tras más de 80 días de aislamiento, el ministro de salud Ginés Gonzáles García reconoció que se “descuidaron” y que “deberían haber empezado antes con los rastreos”. La necesidad de realizar testeos masivos sobre la población para enfrentar la pandemia fue planteada desde el inicio de esta crisis por Nicolás del Caño, diputado del Frente de Izquierda Unidad. Dicha propuesta era respaldada por informes de la Organización Mundial de la Salud y por los buenos resultados que generó en el control del covid-19 en países como Corea del Sur. Sin embargo, pasó el tiempo y los testeos masivos no llegaron.
Almirante Brown es un distrito populoso, donde habitan más de 500 mil personas y tan solo el 55% tiene acceso a la red de agua potable. Muchas zonas continuamente sufren cortes de servicio, falta de presión y tienen que trasladarse a canillas públicas a cargar agua. La entrada de covid-19 en barrios que carecen de servicios elementales genera grandes penurias para quienes los habitan, como sucedió en la Villa 31 de CABA o la Villa Azul de Quilmes. Este escenario puede replicarse en barrios de Brown donde los vecinos viven en condiciones similares, con viviendas precarias, hacinamiento, a la vera de arroyos contaminados, entre otros problemas.
La respuesta del gobernador Kicillof y los intendentes es cercar y militarizar los barrios. Pero al virus se lo enfrenta con medidas sanitarias, no con balas. Por eso es vital que comiencen a realizarse verdaderamente los testeos en los barrios para evitar el colapso del sistema sanitario.