ESTUDIOS EN PANDEMIA. Crean Observatorio Laboral y Social en Jujuy

Desde que empezó la cuarentena trabajadores, madres, jóvenes, sufren despidos, suspensiones, rebajas salariales por parte de sus empleadores, a nivel nacional pero más aún en Jujuy, provincia que encabeza la destrucción del empleo registrado en el país y donde 9 de cada diez jóvenes trabajan en negro. Por eso, estudiantes de la Universidad Nacional de Jujuy y de los IES junto al economista y docente de la Facultad de Ciencias Económicas Gaston Remy, decidieron sumarse al Observatorio de Despidos durante la Pandemia de La Izquierda Diario (ODP-LID), una iniciativa que surgió de un grupo de estudiantes y sociólogos/as de la UNLP y la UBA, ante la falta de información sobre la situación de miles de trabajadores y trabajadoras.

Mientras todos los medios daban las cifras del impacto sanitario (que obviamente es muy importante), nadie hablaba de los despidos, las suspensiones y las rebajas salariales que empezaban a sufrir las y los trabajadores desde el minuto cero de la cuarentena.

Ni los medios, ni el Ministerio de Trabajo, ni ninguna otra entidad gubernamental (que son quienes tienen la información disponible para hacerlo) se dedicaron a esto. Ni siquiera ante las contradicciones entre los DNU que prohíben los despidos y la realidad de las mayorías trabajadoras, principalmente las y los trabajadores precarizados que son los sectores más afectados.

El total de afectados relevados por ODP-LID desde el inicio de la cuarentena es de 2.649.010 trabajadores que han sido despedidos, suspendidos o cuyos salarios han sido reducidos.

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Las dos caras de la precarización

A la hora de observar la situación de las y los trabajadores en Jujuy nos encontramos con dos grandes polos. El bando de “los pesados” lo encabeza Blaquier de la empresa Ledesma, quien nadie podría imaginar que tenga pérdida alguna pero sin embargo el viernes se conoció la noticia de que el Estado lo subsidia y paga el 50% del salario a sus empleados.

No solo fue noticia por recibir ayuda del Estado sino también por reducir un 30% el salario los trabajadores papeleros. La familia Blaquier solo en 2019 facturó más de $20.000 millones y sus ganancias operativas aumentaron un 128% llegado a $1.704 millones. Según la revista Forbes cuentan con una fortuna superior a los U$S 550 millones, y pretenden seguir ganando con esta crisis. Es de público conocimiento que la empresa fue cómplice de la última dictadura militar en la “noche del apagón”, que no les importa la vida de los trabajadores y se los hace saber.

Continuando con la misma rama, en el Ingenio La Esperanza, están contratando trabajadores tercerizados con salarios a la baja. Recordemos que el año pasado luego de la resolución del gobierno de Gerardo Morales de realizar la venta al Grupo Budeguer, el empresario de Tucumán recontrató a los 600 trabajadores que quedaron luego de los despidos ordenados por el gobierno, quitándole sus categorías y antigüedad conquistada durante años de lucha, para luego,anunciar la contratación de 210 trabajadores más, de los cuales, 130 son tercerizados.

En otro nivel, en Acero Zapla, en relación al salario en el mes de mayo se abonó un total de $30000 donde la empresa solo pagó $5000 y el Estado depositó $25.000. Los trabajadores sospechan de una reducción salarial de hecho, del 30%, aunque ni la empresa ni el sindicato confirmaron nada hasta el momento. Además aún les deben el 50% del pago de las paritarias del 2019.

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Por su parte las y los trabajadores de salud, quienes vienen siendo la primera línea durante la pandemia, realizaron la semana pasada una acción para visibilizar sus reclamos, por medidas de seguridad e higiene, contra la precarización laboral y mayor presupuesto para salud. Del mismo modo los trabajadores estatales se ven afectados ante la falta de paritarias este año, cuando la inflación llegó casi al 12% al mes de abril.
En el otro polo podemos encontrar a las y los esenciales ocultos, a las y los que pedalean para entregar el delivery, las niñeras, las y los trabajadores de comercio, gastronómicos, etc. En estos sectores si bien no hay registros oficiales porque la mayoría trabaja en negro, es donde más se viene sufriendo la crisis, porque cerraron durante la cuarentena sus puestos de trabajo, porque hubo rebajas, porque los suspendieron, porque hay despidos.

En Jujuy como en el resto del país se viene desarrollando La Red de Trabajadores Precarios e Informales, que hizo su primera aparición el pasado jueves con máscaras de Dalí. “Nos estamos organizando porque no se aguanta más esta situación, tenemos compañeras que viven a base de mate cocido” fue una de las denuncias que expresaron.

En algunos casos solo les depositaron parte del sueldo, llegando a un ejemplo de $400 en el mes de abril. Otros contaron que sus lugares de trabajo cerraron y aún no saben cuándo volverán a abrir, y la IFE la podrán cobrar recién en junio.

Como parte del observatorio queremos reflejar estas situaciones de las que nadie habla, con un primer paneo y primeras denuncias pudimos contabilizar en 12 lugares de San Salvador, 72 despidos y 48 suspensiones.

Es por esto que los testimonios, las redes, son fundamentales y desde este medio continuamos recibiendo denuncias.

Realizamos un llamado a todas las y los estudiantes, docentes y profesionales que quieran sumarse a esta iniciativa para poner en pie el Observatorio de Despidos en Jujuy y en el NOA, herramienta fundamental en tiempos de pandemia para mostrar los que otros medios callan y aportar a la organización de las y los trabajadores.