El domingo 14 de septiembre tuvieron lugar las elecciones parlamentarias en Suecia. Después de 8 años de gobierno de la centroderecha, en estas elecciones el bloque de centroizquierda se quedo con la mayoría.
Martes 16 de septiembre de 2014
Luego de casi una década de reformas económicas y privatizaciones dentro de los sectores de salud y educación, existe un descontento general por el desmantelamiento del sector público y el estado de bienestar característico de las políticas socialdemócratas.
Además se constato un aumento de la brecha entre las clases sociales, y una reducción del gasto en el sector público de un 18% en este periodo. Son temas que han sido claves dentro de la campaña electoral de los partidos del bloque de centroizquierda. (Socialdemócratas, ambientalistas y partido de izquierda – ex-comunistas).
Pero lo destacado en la política sueca no es el progreso de los partidos de centroizquierda (de hecho los resultados de este bloque son similares a los del 2010), sino a un avance sin antecedentes en el país del partido de ultraderecha, Demócratas de Suecia (SD) que se convierte ahora en la tercera fuerza.
Los Demócratas Suecos obtuvieron un 13 % de los votos frente a un 5,7% en el 2010. Esto significa 30 diputados más para este partido en el parlamento. A su vez el segundo partido más grande, los conservadores (Moderaterna) perdieron 7 puntos de los votos obtenidos en el 2010, y se estima que más de un tercio de los votantes del partido Demócratas Suecos provienen de los conservadores.
En concordancia con la crisis económica y el avance de la ultraderecha en el resto de Europa, el partido de los Demócratas Suecos surge promoviendo una política xenófoba, nacionalista y restrictiva en cuanto a los derechos de la mujer y el colectivo LGTB.
Queda por ver cuáles son las alianzas que van a formar el gobierno, pero se cree que la cooperación del partido socialdemócrata, el partido de izquierda y de los ambientalistas harán la coalición. A su vez, según anuncios previos, ningún partido se encuentra dispuesto a incluir al partido de los Demócratas Suecos en su alianza.
El posible gobierno encabezado por la socialdemocracia tendrá la dificultad de gobernar con un parlamento con peso de la derecha y de la ultraderecha.
Además, la difícil tarea de combatir el desempleo y las repercusiones de la crisis económica internacional con medidas “moderadas” que no perjudiquen a los intereses del capital sueco.