Es notorio el cambio en la Iglesia Católica, que si bien tiene una expresión coyuntural con los recurrentes escándalos de abuso de menores, de fondo hay una crisis histórica en la institución cristiana.
Viernes 5 de enero de 2018

Las cifras en América Latina
Los datos históricos sugieren que durante la mayor parte del siglo XX, desde 1900 hasta la década de 1960, al menos el 90% de la población de América Latina adhería a la religión católica.
A partir del 2014, la nueva encuesta del Pew Research Center estima que el 69% de los latinoamericanos se identifican como católicos, mientras que el 19% pertenecen a las iglesias protestantes (No la Histórica si no al amplio mundo evangélico-pentecostal) y el 8% son religiosamente no afiliados (ateo, agnóstico o ninguna religión en particular). El 4% restante incluye los testigos de Jehová, mormones, musulmanes, hindúes, judíos, espiritistas y adherentes de las religiones afroamericanas (Umbanda, Santería, etc).
El aumento de los no afiliados y de las religiones activas
En casi todos los países encuestados, la Iglesia Católica ha sufrido pérdidas netas debido al cambio religioso de muchos latinoamericanos que se unieron a iglesias evangélicas -en su mayoría pentecostales- o que rechazaron en general la religión organizada y se confiesan como "no afiliados a ninguna religión".
El aumento de los protestantes (pentecostales y evangélicos), es uno de los cambios notorios, ya que son iglesias que se caracteriza por una mayor actividad directa con sus creyentes, intervenir más en el terreno, en particular los evangélicos es un tipo de creyente más "militante" que expresan un peso claramente más conservador. Los evangélicos declaran que en un 90% un fuerte compromiso con la religión, a diferencia de los católicos que alcanzan un 50%. Mostrando una cierta polarización entre "militantes" de la iglesia y quienes la abandonan o se mantienen de forma laxa.
Esto se puede explicar por un desgaste histórico de una institución que pese a sus renovaciones y exorbitantes recursos se debilita con el paso del tiempo, sobre todo porque en este transcurrir a jugado un rol contrario al pueblo trabajador, imponiendo una moral conservadora prometiendo la liberación en el cielo mientras se soportan los grilletes aquí en la tierra. De aquí que se pueden entender ambas tendencias, por un lado la búsqueda de iglesias más activas en la tierra o por el contrario se tiende a dejar de lado la religión.
La lucha por terminar con la opresión en la tierra
Hoy es un desafío lograr desenmascarar el rol de la iglesia, una institución conservadora que le presta un gran servicio a los capitalistas del mundo. También en general de las creencias religiosas que son un obstáculo para que el pueblo trabajador pueda concentrar todas sus energías en conquistar los grandes cambios aquí en la tierra, liberándose de los grilletes y miserias que impone el capitalismo.
Pero esto no es una tarea fácil es necesario mostrar a quienes depositan su confianza en la iglesia el significado tras cada hecho de pedofilia y desenmascarar sus oscuros negocios multimillonarios, mostrar con hechos la necesidad de luchar en la tierra por nuestros derechos confiando en nuestras propias fuerzas y no en ningún tipo de justicia divina, esta es una tarea paciente, no basta con hablarle solo a los ateos o a la juventud más crítica, que aún es un número reducido.
Hay que considerar que uno de los pilares que sostiene la iglesia es la falta de una perspectiva para las masas de poder conquistar una sociedad que supere al capitalismo hoy en la tierra, es decir una sociedad socialista, perspectiva que no conquistaran sin su propia experiencia de ruptura con el capitalismo que aparece hoy como el único sistema posible y viable.