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Red Internacional
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Inflación. Cristina Fernández festejó la estabilidad de la carne, que aumentó hasta 86,5 % en un año

La vicepresidenta tuiteó “Lo dice un carnicero y, además, lo dice en TN” en referencia a los precios de la carne, pero la leve baja no compensa el deterioro del bolsillo popular por la inflación. Los precios de los alimentos y bebidas aumentaron por encima del nivel general y los cortes de carnes registran fuertes aumentos en un año.

Martes 7 de septiembre de 2021 20:04

La vicepresidenta Cristina Fernández tuiteó un video de un carnicero en Todo Noticias (TN), quien explica que los precios de la carne se estabilizaron desde hace dos meses. Según el Gobierno esto se debe a la restricción parcial de las exportaciones de carne.

"Mirá el video. No lo digo yo… Lo dice un carnicero y, además, lo dice en TN. La estabilidad y la previsibilidad no sólo debe ser para los que invierten, sino también para los consumidores", escribió la expresidenta en su cuenta personal de Twitter.

El carnicero celebró que se hayan estabilizado los precios. "Hoy mantener los precios, como decís vos desde hace dos meses para acá en Argentina, para nosotros es una hazaña y eso es lo que nosotros festejamos", afirmó. Se entienden sus declaraciones ya que es habitual para quienes vivimos de nuestro salario ver como cada mes alcanza para comprar menos por la alta inflación, y claro que dos meses sin subas es un alivio al castigado bolsillo.

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En cambio, la intención de Cristina Fernández es demostrar que es un gran logro la estabilidad de los precios de la carne, pero solo es coyuntural. ¿Qué pasa con el resto de los precios de los alimentos que subieron por encima de la inflación general? Incluso la carne, por el aumento acumulado, es inaccesible para muchas familias. De la promesa de volver a comer asado se pasó a una caída histórica del consumo de carne y con un aumento del precio del asado del 82,6 % en un año.

Precios de los alimentos por las nubes

Según el Indec, en julio los precios de los alimentos y bebidas subieron 56,4 % en un año por encima del nivel general (+51,8 %). El incremento del precio de los alimentos afecta más a los sectores de menores ingresos. La próxima semana el organismo dará a conocer los datos de agosto. La inflación del año rondará el 48,4 %, según las consultoras que releva el BCRA. Muy superior al 29 % que proyectó Guzmán.

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¿Qué pasó con los precios de la carne? Un informe de Cepa, quien el presidente destacó este lunes, explica que hubo subas significativas de la carne vacuna en 2020 y los primeros meses de 2021, “durante enero (7,6 %), marzo (5,6 %), abril (9,2 %), noviembre (7,7 %) y diciembre (20,2 %) de 2020, y también en 2021, con particular aumento en los meses de enero, marzo y junio de 2021 (6,3 % 7,3 % y 7,9 % respectivamente)”. Según el documento, se corta “la fuerte dinámica alcista, en julio y agosto los distintos cortes de carne vacuna mostraron en promedio una caída de 1,0 % y 1,4 % respectivamente”, según datos del Instituto de la Carne Vacuna (IPCVA).

Este ligero descenso no puede hacer perder de vista cuánto subieron los precios de la carne en un año. Cepa sostiene que “en términos interanuales, es decir respecto a agosto 2020, la variación de precios nominales de la carne (+78,2 %) se movió muy por encima de la variación de precios del período (+51,8 % aproximadamente), lo cual implica un encarecimiento de los diversos cortes en términos reales”.

Por ejemplo, el precio del asado subió 82,6 % en agosto con respecto al mismo mes del 2020; Vacío, 84,1 %; Osobuco, 84,8 %; Lomo, 86,5 %; Tapa de nalga, 82,2 %; Bola de Lomo, 76,6 %; Picada Especial, 71 %; etc. Este incremento desmedido y la pérdida de ingresos explican la caída del consumo. La Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra) señaló que en 2020 el consumo de carne vacuna por habitante cerró en 49,7 kilos anual, el nivel más bajo del último siglo.

Otro aspecto para destacar que omite el Gobierno es que la medida oficial de restringir la exportación de carne no modificó el poder estructural de los ganaderos, de los frigoríficos y los exportadores, quienes concentran en pocas manos el negocio de la carne y siguen ganando. Según un informe de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia solo 10 firmas exportadoras concentran más del 75 % de las ventas al exterior. Empresas a las que solo le importan sus ganancias y no que la población pueda comer carne.

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La inflación es un fenómeno complejo que responde a varios factores, pero las medidas oficiales no atacan sus causas, y en ese contexto los grandes empresarios aprovechan para remarcar precios. Los que pierden con la inflación son los trabajadores y los sectores populares.

Por eso son necesarias medidas de otra clase que ataquen las causas de la inflación. Para un verdadero control de precios hay que poner en pie comités de trabajadores y usuarios desde los lugares de producción, pasando por todos los canales de distribución hasta la venta, y la exigencia de apertura de los libros de contabilidad de todas las firmas que aducen que “necesitan” ajustar sus precios. También control de los stocks dado que las empresas recurren muchas veces al desabastecimiento para presionar y subir precios. Otra medida necesaria es el monopolio estatal del comercio exterior y poner en discusión la expropiación de los grandes terratenientes y su hacienda.

Además, la inflación erosionó el poder de compra de la clase trabajadora, los salarios corren por detrás de los precios. Por eso es necesaria la escala móvil de salarios en función de la inflación, y un salario mínimo igual a la canasta familiar, entre otras medidas.

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Redacción

Redacción central La Izquierda Diario