La vicepresidenta brindó un discurso en la decimocuarta sesión plenaria de EuroLat 2022. Hizo referencias a la interna del oficialismo cuando dijo que el hecho de “que te pongan una banda y que te den el bastón no significa que tengas el poder”. Propuso una lectura del mundo actual, elogiando al capitalismo como el único sistema posible, pero abogando por una mayor intervención del Estado en la sociedad y la vida de las personas.
Miércoles 13 de abril de 2022 13:12
Durante el mediodía de este miércoles, la vicepresidenta Cristina Kirchner encabezó la apertura de una nueva Sesión Plenaria de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EUROLAT). La titular del Senado estuvo acompañada por la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y el Alto Representante de la Unión Europea (UE) para el Exterior, Josep Borrell.
La ex presidenta comenzó su alocución elogiando el lema del evento, "Recuperación económica con justicia, inclusividad y paz" y articuló todo su discurso alrededor de ese eje.
Su idea central la desarrolló partiendo de la definición de que la pandemia "ha trastocado vidas, gobiernos y el planeta entero. La pandemia no ha hecho más que acentuar trágicamente la desigualdad. Pero creo que en las grandes tragedias podemos extraer cosas que nos sirvan".
Si nos remitimos a Argentina, es bien cierto lo que dijo la vicepresidenta: durante la pandemia aumentó la desigualdad, con la pobreza en ascenso y los poderosos ganando por las decisiones políticas que se tomaron. Aunque ella omitió hablar de la responsabilidad del kirchnerismo en el tema, apoyando el pago de la deuda y los presupuestos de ajuste, por no hablar de la represión a los más pobres, como en Guernica, comandada por La Cámpora.
Fue en el marco de ese debate cuando Cristina Kirchner dejó una de sus principales definiciones: "El capitalismo se ha demostrado como el sistema más eficiente y eficaz para la producción de bienes y servicios que necesita la humanidad".
La discusión entonces, según afirmó, sería entre estado de bienestar y neoliberalismo. "El estado de bienestar se crea como un sistema donde el estado tenía responsabilidad sobre la vida de las personas, su trabajo, salud, educación. El estado tenía mucha responsabilidad. Pero con la caída del Muro de Berlín surge la doctrina neoliberal. Había que crear otro sentido común, el estado ya no es responsable de tu vida porque vos sos libre y tenés lo que te merecés y si no tenés será porque no has hecho lo suficiente. El sentido común del neoliberalismo aun campea en muchas sociedades. Pero la pandemia vino a reinstalar la idea del estado. ¿Qué hubiera sido de la vida de todos nosotros si los estados no hubieran intervenido construyendo hospitales, atendiendo enfermos, negociando las vacunas con el mercado, los laboratorios, para salvarnos y no morirnos?".
En otro pasaje de su alocución, la vicepresidenta afirmó que "decir que el estado no es definitorio en la vida de las personas, es de necio o de cínico. La gran discusión va a ser esta. Las desigualdades no nacen por un orden natural e ineluctable, no son un producto de la naturaleza, son el producto de decisiones políticas, o falta de decisiones políticas. La gran discusión que se va a dar es si este proceso capitalista lo conducen las leyes del mercado o las leyes de los estados".
Fue en ese marco cuando dejó una fuerte frase que fue interpretada como un cuestionamiento directo a Alberto Fernández, en el marco de las internas del oficialismo: “Que te pongan una banda y que te den el bastón no significa que tengas el poder".
Cristina Kirchner también se refirió a "la insatisfacción de las democracias, donde la gente se termina enojando con la política. Debería obligarnos a todos a repensar nuestra ingeniería institucional. Estamos a tiempo antes que sea demasiado tarde".
El discurso de Cristina Kirchner, que busca dialogar con quienes buscan una alternativa ante un mundo en crisis, llega a destiempo: el capitalismo hace rato ha demostrado ser un sistema de explotación y opresión con un mar de pobreza y desigualdad, y que produce guerras como la que vemos actualmente y destrucción del medioambiente. Para este año se calcula que habrá 260 millones más de pobres en el mundo.
La "solución" de enfrentar eso con más intervención del Estado, que representa los intereses de los propios capitalistas, no es más que una ilusión. Aun más: Cristina Kirchner incurre en la contradicción de que habla de un Estado que en Argentina el peronismo, el radicalismo o el PRO se han encargado de disminuirlo. Así lo han hecho desde hace décadas como cómplices e impulsores de privatizaciones, ajustes a la salud, la educación y las jubilados o saqueos permanentes por medio de los mecanismos de la deuda y la fuga de capitales que todos ellos convalidaron y la siguen convalidando hasta hoy. Sin ir más lejos, incluso durante el Gobierno del Frente de Todos renunciaron a una medida tibia y mínima de avance del Estado, como en Vicentín. La idea de una salida progresiva con el Estado regulando más al capitalismo, no es más que una utopía.