El imaginario social sobre el proletariado llega de inmediato al obrero tradicional que en el Siglo XIX comenzaba a organizarse en Inglaterra, construyendo sindicatos y el laborismo pero, ¿qué es realmente el proletariado?
Miércoles 24 de enero de 2018
Cuando hablamos de “proletariado”, nos quieren convencer de que es un término “caduco” que ya está “pasado de moda”. En las universidades nos dicen que “existen estratos: clase media, baja y alta” y que el “proletariado” es una palabra anticuada. Para el neoliberalismo existe una igualdad de condiciones: igual de oportunidades y de competencias.
Los politólogos hablarán de “ciudadanía”, “sociedad de la información” y de que el marxismo es una teoría superada y envejecida, apolillada y hasta anacrónica. Nada más errado.
La actualidad del marxismo se expresa en datos contundentes. Según Oxfam “sólo ocho empresarios, todos varones, poseen una riqueza que equivale al ingreso de 3 mil 600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad”, en México, uno de los países más desiguales, “el 1% de los más ricos –alrededor de 120 mil personas– acapara 43% de todas las riquezas de la 14ª economía del globo y sus 53.3 millones de pobres.”
Según Oxfam sólo ocho empresarios, todos varones, poseen una riqueza que equivale al ingreso de 3 mil 600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad
En 2017 según la misma fundación “el 1% de las personas más ricas del mundo acaparó 82% de la riqueza generada durante el año pasado”. ¿Quién fue el genio que explicó el funcionamiento tan absurdamente irracional de este sistema que al mismo tiempo que genera riqueza genera la más cruel de las pobrezas? ¿Qué teoría explica lo irracional de que 8 personas puedan ser los que concentren el ingreso de más de 3 mil millones de personas?
Cuando uno escucha la palabra “proletariado” muchos solamente pensarán en el obrero de casco amarillo, overol, botas de casquillo y herramienta pesada.
El proletariado es el oficinista que trabaja en las grandes corporaciones, el jornalero agrícola de las zonas del norte, el maquilador de la frontera, el desempleado que busca trabajo todos los días, el vendedor de discos en el metro, el diseñador gráfico que trabaja en un centro de la imagen, el periodista, el maestro de escuela pública, el mesero, el cocinero de la fonda, el trabajador de intendencia del metro, el vendedor de periódico, el minero, el petrolero: todos ellos tienen en común algo. No tienen nada más que su fuerza de trabajo para sobrevivir y garantizar la reproducción de su especie.
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Cuando hablamos de “proletariado” se piensa en un obrero de industria saliendo de la fábrica que transpira humo. Pero en realidad hablamos de todos aquellos que no tienen más que su fuerza de trabajo para sobrevivir, nos referimos “a la clase de trabajadores asalariados modernos, que, privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir” según Karl Marx en el Manifiesto Comunista.
El término proletariado viene del latín proles “descendencia”. Son aquellos que no tienen medios de producción y lo único que tienen es su fuerza de trabajo para sobrevivir: es antagónico al capitalista. El proletariado es todo aquel que lo único que poseé es su fuerza de trabajo para sobrevivir.
Somos el 99 % de la población total del planeta: eso es el proletariado, la sal de la tierra. Los espigadores fumando un cigarrillo en el legendario cuadro de Van Gogh.