¿Cómo se vive la cuarentena en uno de los barrios más populosos de Santa Fe? Una vecina del barrio Santa Rosa de Lima acercó su testimonio para visibilizar la situación que padecen ante la crisis económica y sanitaria desatada.
Miércoles 15 de abril de 2020 18:26
Al sudoeste de la ciudad de Santa Fe se encuentra el barrio Santa Rosa de Lima, donde se estima que viven unas 30.000 personas. Este es uno de los barrios más humildes de la ciudad y allí la crisis económica y social, que ya venía agobiando a sus habitantes, empieza a golpear aún más fuerte, recrudeciendo todos los padecimientos de los vecinos del barrio.
Como en la mayoría de los barrios, sus pobladores viven el día a día, con trabajos precarios o haciendo changas. Desde hace casi un mes que gran parte de esa gente no percibe ingresos porque la cuarentena los obliga a no trabajar. Para los que tenían la “suerte” de tener un trabajo en blanco la historia se repite, muchos fueron despedidos o sufrieron suspensiones y recibieron sólo un porcentaje de su salario. Lo cierto es que la emergencia que provoca la pandemia del virus, recrudece aún más todos los padecimientos de los vecinos de los barrios más humildes de la provincia.
Como venimos denunciando en La Izquierda Diario, en Santa Fe crece la indigencia y la pobreza a la par de los despidos, pero de estas estadísticas no hablan ni Fernández ni Perotti en sus conferencias. Para toda esa gente, no hay respuestas ni soluciones por parte del gobierno.
Con ese estado de situación, la angustia y desesperación crece en los hogares. Cada vez se hace más complicado poner un plato de comida en la mesa, por lo que en los comedores del barrio aumentan día a día las filas para recibir una vianda. Pero las cosas se complican aún más si llueve, según una vecina del barrio “hay una escuela acá donde dan comida ahora por la cuarentena, pero alrededor hay calles de tierra y si llueve como ayer, la gente que busca las viandas no puede llegar”.
Al igual que sucede en la mayoría de los barrios populares hay obras que nunca llegan, las calles son de tierra, faltan cloacas y las inundaciones son moneda corriente, “sería un lujo tener cloacas. Con que a veces salga agua limpia nos tenemos que conformar. Ah, pero guarda con que no pague un impuesto, ahí enseguida nos llegan las intimaciones”, contó la vecina. Para prevenir el contagio de coronavirus se aconseja el lavado de manos cada 40 minutos como medida básica de higiene, pero resulta que no todos pueden cumplirlo.
El abuso policial es habitual en este barrio. Ahora, con la excusa de garantizar la cuarentena, tienen vía libre para hostigar y reprimir a la gente según contaron: “Acá nos cansamos de ver a la policía poniendo mano dura según el color de piel. Viste que los largan a la calle y se creen dueños de ella. Ayer corrieron a los tiros un pibito de unos 14 años que andaba haciendo mandados por acá. Andaba vestido deportivo, parece que por eso era blanco fácil de atacar. Un desastre literal es esto”.
Santa Rosa de Lima fue uno de los barrios que más sufrió la inundación que azotó a la ciudad en el año 2003. Como en esos días la solidaridad entre los vecinos se replica en la actualidad ante los efectos de esta crisis. “Entre vecinos siempre nos damos una mano. Hoy era él. Pero mañana podría haber sido mi hijo”, enfatizó la vecina que brinda testimonio.
En estos días Alberto Fernández dijo: "Prefiero tener 10% más de pobres y no 100 mil muertos en la Argentina". Si se cumplieran las estimaciones del presidente, la pobreza alcanzaría a casi el 46% de la población, es decir, aproximadamente la mitad de las personas en nuestro país serían pobres. Además, en la ciudad de Santa Fe se calcula que hay 5.300 familias que no acceden al alimento diario para su subsistencia. ¿Qué pasará con esas personas si se recrudece aún más la pobreza?
Como venimos planteando desde la izquierda, hay otra salida para evitar las muertes masivas por coronavirus. No pueden ser los sectores populares los que paguen esta crisis. Si se aplica un impuesto extraordinario del 3% a grandes fortunas se puede aumentar el presupuesto en salud y garantizar un salario de cuarentena de $ 30.000 para todos aquellos trabajadores y trabajadoras que no tengan licencias pagas por sus empleadores o se hallen en la informalidad.