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Red Internacional
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Coronavirus y Capitalismo. “Cuidemos a quienes cuidan”, no a los despidos a las Monitoras del tiempo libre

Cierran las escuelas. Y nos mantenemos en estado de alerta frente a posibles despidos tras nuestra situación vulnerable por ser “las precarias de la educación”. Monitoras del tiempo libre, educadoras extraescolares, de soporte y emocionales ¿Qué hacer frente a esta crisis?

Lunes 16 de marzo de 2020

Nos llega la noticia del cierre de todos los centros educativos. Un decreto que no sólo ha trastocado la vida normal de las familias de toda la población. También ha dejado en la incertidumbre a miles y miles de trabajadoras precarias de la educación: las monitoras y monitores del tiempo libre, extraescolares, de soporte o las vetlladoras. Un colectivo laboral en el que las mujeres y la juventud estamos sobre representadas.

¿Quiénes somos? Somos miles y miles en todo el Estado y conformamos el 50% del personal de las escuelas públicas junto a las cocineras y personal de limpieza. Somos las que cuidamos a los niños y a las niñas en los comedores escolares, ayudando para que coman bien y educando en hábitos alimentarios, tan importantes para su crecimiento. Somos quienes cuidamos de ellos en el patio de tiempo libre, organizamos actividades de ocio, jugamos con ellas para que se diviertan, para que no les ocurra nada. Y si algo ocurre, los cuidamos y tratamos como si fueran nuestras hijas e hijos, curamos sus heridas o simplemente, los cuidamos. Somos las vetlladoras que “velamos” por aquellos niños o niñas que necesitan soporte educativo, o que por pocas horas y bajos salarios, hacemos actividades extraescolares o educación emocional.

La mayoría de las veces somos, del personal educativo, quienes más conocemos sus problemas y preocupaciones: detrás de cada niño o niña hay un mundo, una historia a veces dura, a veces no. Ellos se apoyan en nosotras para todo, porque donde más transmiten sus vivencias es en “su tiempo libre” y nosotras las recibimos. Y no podemos ocultar que pasamos por situaciones de riesgo con niños o niñas que sufren crisis agudas. Seamos monitoras, vetlladoras, de soporte o educadoras emocionales.

Llega el viernes 13 de marzo y se cierran las escuelas. Nuestros de grupo de whatssap empiezan a calentarse, primero entre la angustia y la incertidumbre ¿Qué pasará con nosotras? Tenemos contratos muy precarios, de pocas horas, algunas sólo dos horas, otras dos y medias, contratos ’fijos discontinuos’ o de ‘Obra y Servicio’. Además estamos contratadas por empresas privadas, aunque trabajamos en centros públicos ¿Qué harán las empresas externas, siempre mirando por sus intereses? El miedo e incertidumbre de siempre, de que nos despidan, de que nos manden al paro, de que vulneren nuestros derechos más elementales.

Nuestros grupos de whatssap se siguen calentando, ya con rabia porque pasan las horas y no sabemos qué pasará con nosotras. Conectamos con nuestras redes de otros coles y compañeras y compañeros que también tienen contratos precarios con distintas empresas externas. Llegan noticias diferentes, pero ninguna buena: a algunas las despiden, a otras nos imponen EREs o ERTEs.

Llega el día en que nuestros centros de trabajo están cerrados, ya no podemos trabajar y aún las empresas no informan nada. Los comités de empresa donde están CCOO y UGT están totalmente ausentes. Nos asesoran los sindicatos alternativos y combativos, nos dan ánimos y nos dicen: los despidos son ilegales, los ERES y ERTEs también.

Nos explican que si una empresa cierra por orden de la administración pública, las trabajadoras se encuentran en situación de incapacidad temporal, asimilada a una baja por accidente de trabajo. Empezamos a ver una luz, cuáles son nuestros derechos.

Hasta que las empresas comienzan sus amenazas con despidos y todo tipo de ilegalidades, informando por whatssap o por teléfono, sin ninguna explicación. Arrojándonos a la calle, así, de un día para el otro.

Nuestras reivindicaciones

¿Por qué todas estas suspensiones que nos están imponiendo, no son consideradas igual que los confinamientos y bajas por coronavirus? Es decir ¿con el 100% de salario y a cargo de las mutuas? Porque somos las precarias y precarios de la educación. A quienes ni siquiera consideran “de la educación”. Por eso tenemos contratos precarios de empresas de catering o multiservicios, que nos tratan como material descartable.

Por eso muchas de nosotras estamos organizadas y nuestra reivindicación hoy se actualiza frente a la crisis del coronavirus: contra la externalización, luchamos por las internalización de nuestros servicios. Para ello es necesario que se rescindan los contratos que se han firmado desde las direcciones junto al AMPA con las empresas privadas de comedor, de soporte o extraescoales. Y así se reviertan las privatizaciones para que el dinero de las familias que pagan las comidas diarias de los comedores, los cuidados y las extraescolares se destine al sistema público y, de este modo, se reviertan las condiciones de extrema precariedad de las trabajadoras y los trabajadores. Como nos dijo una madre de una escuela: ¡Cuidemos a quienes cuidan de nuestros hijos!