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Red Internacional
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BAHÍA BLANCA - UNS. Debate con Cardumen y el CEHum: ¿al servicio de qué clase social están las fuerzas represivas?

A raíz de un comunicado sacado por la conducción del Centro de Estudiantes de Humanidades en la UNS, compañeres de Tesis XI en la Juventud del PTS queremos abrir un debate acerca de las responsabilidades políticas durante la represión desatada en el frigorífico Penta y el rol de toda fuerza represiva.

Domingo 12 de abril de 2020

“Cuidado social no es abuso policial” [1] fue el título del comunicado lanzado por distintas redes. Allí se señala con distintos ejemplos la disparidad con la que actúan las fuerzas según la clase social. Desde el comienzo de la cuarentena resultó evidente que el trato de las fuerzas represivas hacia los chetos de Nordelta es cordial, mientras que en la barriadas populares y comunidades indígenas en donde vive el pueblo trabajador se lo reprime y humilla de las peores formas. En Bahía Blanca vivimos esto con las miles de detenciones arbitrarias que lleva adelante el gobierno de Héctor Gay, y que incluso mostraron hechos repudiables como la detención de estudiantes el pasado 9 de Julio, y recientemente la detención de 5 trabajadores del MTE, entre los que se encontraba un docente de humanidades.

El problema es que esto dio un nuevo salto cuando el jueves por la tarde la policía de Axel Kicillof, a cargo de Sergio Berni, reprimió brutalmente a trabajadores que reclamaban por 250 despidos y salarios adeudados en el frigorífico Penta del partido Quilmes. Partido que por cierto gobierna Mayra Mendoza del Frente de Todos, y que había tenido una reunión con los trabajadores semanas antes por el incumplimiento de la ley anti-despidos, pero no había dado ningún tipo de respuesta.

Acerca de las responsabilidades políticas

En el comunicado del CEHum que salió el mismo Jueves no se menciona absolutamente nada de lo que comentamos en el párrafo anterior. Quien mira la imagen supone que tiene que ver con la represión que se desató durante ése día, pero sin embargo ¿Por qué razón no denunciar a quiénes tuvieron la responsabilidad política de la represión? Y en este sentido vale preguntarse ¿Será que el apoyo político por parte de Cardumen al gobierno de Alberto Fernandez y de Axel Kicillof no da lugar a que el CEHum haga denuncias políticas ante una represión?

Por la difusión que tuvo el hecho, nadie se hace cargo de la represión, ni el gobernador, ni el secretario de seguridad, ni la intendenta, sino que todos acusan de que las fuerzas actuaron de manera unilateral. Esto ya empezó a mostrar grietas el viernes, cuando Sergio Berni planteó ante los medios que “el problema no es la represión” y que “la función de la policía cuando hay un delito es reprimir, pero todo tiene una técnica, no somos indios salvajes”. Aclarando que los trabajadores habrían cometido el delito de “usurpación a la propiedad privada”. Para cerrar, hay que contar que a los policías que reprimieron los “investigará” la misma policía bonaerense. Parece mentira tanta impunidad.

A Sergio Berni se lo puede acusar de cínico y de reprimir trabajadores, pero cuando dice que “la función de la policía es reprimir” no se lo puede acusar de mentiroso. Analicemos porqué.

Sobre la finalidad de las fuerzas represivas :¿para qué sirven y al servicio de qué clase social están?

Tanto en el título como en el final del breve comunicado se intenta dejar en claro que el problema es que la policía y todas las fuerzas represivas no cumplen su “finalidad frente a la pandemia: ser herramienta de contención y cuidado social” y de esta manera plantean que son “fuerzas de seguridad negadas a su propia constitución”. El problema de esta postura es que no deja en claro que las fuerzas represivas existen en la medida en que están al servicio de la clase dominante, o sea del empresariado. Solo bajo esta visión se comprende que responden con tanta desigualdad con formas brutales al pueblo trabajador y no responden de la misma manera a los empresarios como Paolo Rocca de Techint que despidió a más de mil trabajadores. Los más ricos se le ríen en la cara a la ley anti-despidos, ni hablar a aquellos que negrean a la juventud precarizada.

Esto no significa que las fuerzas represivas no necesiten represtigiarse ante la sociedad, y en ese sentido el Estado le da tareas de “contención y cuidado” como llevar bolsones de comida a los barrios populares. Pero esta tarea podría estar organizada tranquilamente por los mismos vecinos, o en colaboración con organizaciones sociales, incluso de los miles de voluntarios de la UNS.

Lo que hay que dejar en claro es que las fuerzas represivas no nos cuidan de nada, sólo cuidan la ganancia empresarial y la propiedad privada. Lo único que “contienen” es que no estalle la bronca de los millones que han sido postergados por todos los gobiernos durante años, los millones que viven hacinados y sin cloacas, los más de 11 millones de precarizados que se anotaron en el Ingreso Familiar de Emergencia y ya más de 7 millones fueron rechazados y obvio, también a los trabajadores que resistan a los ataques por parte de los empresarios. La juventud, hoy es la más castigada por la represión, la precarizacion y la pobreza. Las mujeres son las que más sufren el aislamiento como lo demuestran los recientes femicidios, pero ¿qué "contención" pueden dar las fuerzas que dan 1 de cada 5 femicidas?

Desde la secretaria de DDHH queremos abrir una discusión frente a aquellas agrupaciones que plantean que las fuerzas represivas se pueden humanizar y estar al servicio del pueblo. El ejemplo de Bolivia demuestra que a pesar de los grandes intentos que tuvo Evo Morales de reformar las fuerzas armadas y el ejército, cuando el empresariado de Bolivia se empecinó en dar un golpe, las fuerzas represivas se pusieron al servicio del imperialismo y reprimieron al pueblo del Alto que intentó resistir. Cuando quemaron la bandera Whipala también intentaron represtigiarse diciendo que se disculpaban y que no había sido una orden.

Necesitamos organizarnos frente a la crisis

Como cierre consideramos que el Centro de Estudiantes de Humanidades debería rechazar de plano la militarización y jugar un rol de organizar y movilizar toda la solidaridad estudiantil que se expresó con los voluntariados, para dar respuesta a esta crisis sanitaria, económica y social. Con predicciones de propios organismos como el FMI que señalan que podemos ir a la mayor crisis económica en 100 años, es fundamental politizar la solidaridad con un programa que apunte a que la crisis la paguen los empresarios, y no los trabajadores y estudiantes.


Somos miles les estudiantes que trabajamos en changas o precarizades para poder estudiar y hoy estamos en una situación crítica. El rector y las autoridades de la UNS no pueden hacer de cuenta que no pasó nada. El CEHum tiene que servirnos como herramienta de organización para reclamar medidas de emergencia en becas y subsidios.

Invitamos a les compañeres a seguir debatiendo qué vías tomar para que el movimiento estudiantil tenga centralidad política, comenzando por hacer asambleas virtuales en donde todes decidamos de que manera arrancar el año y al servicio de quién tienen que estar el conocimiento y los recursos de la universidad.

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[1Para leer el comunicado clickear acá