El candidato a presidente de Unión por la Patria hizo su cierre en una fábrica en el Parque Industrial de Pilar. Con un discurso lleno de promesas y cargado de demagogia, habló de defender "un proyecto de desarrollo ante el FMI" y no ir "de rodillas al almacén con el manual del almacenero a rendirnos y a hacer lo que nos impongan". Massa candidato hace de cuenta que no tiene nada que ver con el ministro de Economía que aplica los planes del Fondo.
Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Jueves 19 de octubre de 2023 21:39
Foto: Télam
Sergio Massa candidato se olvidó por un rato del Sergio Massa ministro y cerró su campaña. El lugar, cuidadosamente elegido, fue una fábrica en el Parque Industrial de Pilar y desde allí buscó dar una imagen de una ronda informal y con un tono más intimista. "Cuando me pidieron que eligiera cómo queríamos cerrar la campaña dije que la quería cerrar en algún lugar que simbolizara el país en el que creemos. En una escuela, una fábrica, alguno de esos lugares que son símbolo de lo que yo quiero para la argentina desde el 10 de diciembre"
Con un estilo descontracturado y una estética repetida en donde se ubicó en el centro, sin escenario ni atril, trató de marcar distancia con el rumbo actual del gobierno y convencer de que no tiene nada que ver con el rumbo que tendrá un eventual gobierno suyo: "Mi gobierno va a ser distinto a este".
En su discurso, Massa insisitió en polarizar al máximo con las ideas de Milei como ya viene haciendo desde el día posterior a las PASO y como mostró abiertamente en los dos debater presidenciales. Buscando generar un clima de balotaje aseguró que "el domingo decidimos si el trabajador tiene derechos o si es un esclavo" y "decidimos si amamos nuestra bandera o no". Una forma de adelantar lo que puede ser una posible segunda vuelta, acorde al intento de bloquear que en esta elección hay cinco listas y que se trata de las elecciones generales, en las que además se renovarán cargos legislativos a nivel nacional y en distintas provincias.
Como si no fuera el ministro de Economía de este Gobierno
Todo el discurso estuvo teñido por promesas de campaña que suenan bien, pero que no tienen nada que ver con el rumbo actual del Gobierno del cual él es hoy el máximo referente. Buscando el voto femenino postuló "la igualdad en la remuneración en iguales tareas" entre hombres y mujeres, pese a que los datos muestran que en los últimos años la brecha salarial se amplió en los últimos años. Según un informe de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género de este año (organismo que depende del mismo ministerio que conduce Massa), las mujeres deben "trabajar 8 días y 10 horas más que los varones ocupados para ganar lo mismo que ellos en un mes".
Pero además, Massa habló como si no tuviera nada que ver con aplicar las recetas del Fondo Monetario. Como si no hubiera juntado los votos en el Congreso cuando era presidente de la Cámara de Diputados para legalizar la estafa macrista de la deuda, o como si no fuera ahora el encargado de renegociar los acuerdos, reducir el gasto social con más ajuste, a pedido de los técnicos del organismo, o recortar jubilaciones y programas sociales para pagar la deuda, remarcó: "Decidimos si elegimos un país que defienda su proyecto de desarrollo con convicción frente al Fondo Monetario Internacional o si vamos de rodillas al almacén con el manual del almacenero a rendirnos y a hacer lo que nos impongan".
La estrategia discursiva es la misma que intentó el día después de las PASO cuando aplicó una devaluación de más del 22% con la derrota ya consumada, lo que fue echar nafta al fuego de la inflación y seguir atacando el poder de compra de los salarios. En la visión y el relato oficialista, Massa no sería responsable de ninguna de estas decisiones, sino todo lo contrario, alguien que posibilita que las cosas no sean todavía peor. Algo difícil de creer, como muestran los más de 6 millones de votos perdidos por el peronismo entre 2021 y 2023.
Agencia Federal de Seguridad
Entre muchas de las propuestas de campaña, volvió a insistir con una que había generado polémica durante el debate presidencial cuando anunció "la creación de un FBI argentino". En esta oportunidad, Massa ratificó que su idea es crear "una Agencia Federal de Seguridad", que estará en la sede de Central Córdoba, Rosario. Buscando no dejar el perfil securitario solo en manos de Bullrich o Milei, destacó que "la inseguridad le ganó a la libertad de poder transitar libremente, de poder disfrutar el espacio público" y remarcó: "Como presidente voy a hacer lo mismo que hice como intendente. A mí no me correspondía como intendente, y me hice cargo, y puse cámaras, y puse móviles, y puse botón de pánico". Una apuesta a su viejo perfil securitario, cuando años antes hacía campaña orgulloso de la política de Seguridad que desarrolló como intendente de Tigre, con su centro de monitoreo y una policía local que carga con una montaña de denuncias por abuso de poder y casos de violencia contra jóvenes de barriadas populares.
El extractivismo, parte central de su proyecto
En reiteradas oportunidades a lo largo de la campaña, Massa insistió con que "la obsesión del próximo presidente debe ser juntar los dólares para pagarle al Fondo". Y para eso, varias veces remarcó que Argentina tiene los recursos para generarlos, aludiendo a la explotación de los bienes comunes naturales como las tierras para el agro, el petroleo y la minería. Quizá lo más claro fue cuando en su participación en un evento organizado por la Cámara Argentina de la Construcción, se refirió a la cordillera "como si fuera una torta" y señaló: "Argentina tiene una enorme oportunidad de desarrollo no solo en el litio, sino también en el cobre, en el oro, en la plata y otros minerales y tierras".
"La cordillera es una torta" dice Massa. Cuando te preguntes porqué el PJ es cómplice de Morales en Jujuy, ya sabés: ellos son parte de la multipartidaria extractivista. Gobiernan para las mineras, las petroleras y las cerealeras. La izquierda, siempre con los trabajadores. pic.twitter.com/IuyncjQHiH
— Octavio Crivaro (@OctavioCrivaro) June 28, 2023
Este jueves volvió a insistir en el punto y señaló: "El domingo decidimos si lo que tenemos es un proyecto de desarrollo en el que nuestros recursos del campo, del petróleo, el gas, la minería, nuestros recursos turísticos y bellezas naturales las hacemos valer o las rifamos y que vengan de afuera y las usen como quieran". La frase, que busca marcar la permisividad de otros candidatos como Milei en cuanto al tema, no hace más que blanquear otra vez más, por si fuera necesario, que el extractivismo está en el centro del "proyecto de desarrollo" que propone si llegara a ser presidente, a pesar de la enorme presencia que han ganado las luchas ambientales de las distintas comunidades a lo largo y a lo ancho del país. Solo basta mirar a Jujuy y ver de qué lado se ubicó Massa frente a la valiente resistencia contra el proyecto de Morales y el PJ y la brutal represión contra el pueblo, para tener una muestra de a qué se refiere con "la enorme oportunidad de desarrollo" que tiene Argentina.
Un final marcado por la incertidumbre
"El domingo decidimos si amamos nuestra bandera o no" fue otra de las frases que dejó en su discurso y que retomó al cierre del acto. "Si mañana muriera y tuviera que volver a nacer, y tuviera que elegir dónde nacer después de ver lo que esta gran patria le dio a mis viejos escapando de la guerra, volvería a elegir a Argentina una y cien veces. ¡Viva la patria! ¡El domingo cueste lo que cueste!"
Pero detrás de las palabras finales dos cosas pueden leerse. Por un lado, que más allá de las frases grandilocuentes que rescatan lo nacional, la verdadera cara de la política que viene llevando adelante Massa muestra una sumisión total a los mandatos del FMI, que son quienes manejan la economía. Y por otro lado, la apelación al escenario como si fuera un balotaje y el "cueste lo que cueste", no hace más que evidenciar la incertidumbre que reina a 72 horas de unas elecciones en donde todo está por verse.