"yo me encontraba en el suelo sintiendo las patadas donde lo único que trataba era de protegerme la cara( ...) Mis compañeros fueron amenazados, de si alguien se metía, le ponemos un balazo", fueron parte de las declaraciones de Lizie Basaul García, presidenta del sindicato de la Pesquera Blumar en Talcahuano.
Lunes 14 de febrero de 2022
Durante el fin de semana, Lizie Basaul García, presidenta del sindicato de la Pesquera Blumar en Talcahuano, manifestó las precarias condiciones que han tenido que lidiar las y los trabajadores de la planta durante la crisis sanitaria.
Lo que denuncia la dirigente sindical principalmente se centra en: Alteración en los contratos de trabajo con el fin de no realizar reclamos de parte del personal, despidos masivos , división en los turnos sin nuevas contrataciones provocando así mayor carga laboral, disminución en el transporte de la empresa causando que varios trabajadores y trabajadoras tuvieron que ir a la empresa a pie, pérdida de horario de colación y dificultades para asistir al baño.
En el año 2021 el sindicato logró llegar acuerdos para mejorar las condiciones laborales como mayor transparencia y garantizar cosas tan básicas como ropa para afrontar el frío.
Además, la dirigente comenta que la empresa formó otro sindicato con quienes no estaban vinculados, con el fin de entregarles todos los beneficios logrados en el 2021, a pesar que la propia empresa manifestó que los beneficios no serían para quienes no estén en el sindicato. Este sindicato estaría integrado por personas cercanas a los intereses de la directiva de la Pesquera, incluyendo familiares de los directivos, por lo que estarían apoyando los abusos denunciados a costa de la vida del personal de la empresa.
La presidente de la organización realizó una denuncia en Fiscalía debido a que sufrió agresiones verbales y físicas, además de amenazas de muerte de parte de un compañero de trabajo, en conjunto de su pareja y dos desconocidos. Ella relata que "en el momento que me golpea esta mujer yo veo solo partes, ya que me tenía tomada del cabello, con la cabeza hacia abajo. Mis compañeros fueron amenazados, de quien se metía "le ponemos un balazo", yo me encontraba en el suelo sintiendo las patadas donde lo único que trataba era de protegerme la cara, en un momento veo una mano y era una compañera, me paré pero me seguían golpeando, llega un momento que logran que la mujer me suelte del pelo y me logran sacar. En esos momentos me prestan ayuda mis compañeros y me ingresan a la planta".
Ella afirma que las agresiones se deben a que "producto de mi condición de dirigente sindical cumplo con informar al gerente de zona, acerca de los privilegios familiares donde algunas personas no cumplen y en este caso sus superiores o familiares los amparan. Esto lo confirmó el mismo compañero de trabajo involucrado en la agresión, más otro compañero que también le informa lo mismo a la secretaria del sindicato meses atrás" afirmó.