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Red Internacional
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Vuelta a clases. Denuncian sobrexplotación a docentes y falta de aulas adecuadas en escuelas privadas

Mientras Larreta y Acuña festejan una vuelta a clases que dicen “exitosa”, crecen las denuncias en las escuelas por malas condiciones, y las privadas no son la excepción: ocultan casos de covid-19, filman a sus docentes dando clases y las aulas no tienen ventilación. Te contamos las denuncias que llegaron a La Izquierda Diario.

Viernes 19 de febrero de 2021 14:31

Falta de insumos, improvisación para adecuar espacios no recomendados como aulas y sobrecarga de trabajo sin ampliar la plantilla del personal, son algunos de los detalles del funcionamiento de las escuelas privadas en la Ciudad de Buenos Aires. Parece que todo vale con tal de cumplir con “la máxima presencialidad posible”, anunciada por el Ministerio de Educación porteño. Incluso si es a costa de la salud de quienes allí trabajan.

En esta nota compartimos testimonios que llegaron a La Izquierda Diario, resguardando la identidad de sus protagonistas para no poner en riesgo su trabajo.

“Estuve en contacto estrecho con otra docente que dio positivo y la escuela no sólo lo ocultó sin dar debido aviso al Ministerio, sino que tampoco quisieron firmarme una constancia para que presentara en la otra escuela donde trabajo y justifique estos días de aislamiento hasta tener el resultado del test”, expresa con preocupación una docente de una escuela muy exclusiva de Barrio Norte.

En otro distrito, nos cuentan que “para no pagar suplentes y garantizar que todos los alumnos vayan todos los días de la semana, nos obligan a trabajar con el grupo entero pero dividido en dos sectores diferentes. De esta manera, es imposible que siempre estemos al cuidado de todos, todo el tiempo. Lo que hace un grupo mientras estás con el otro, no hay forma de saberlo. ¿Cómo pretenden que trabajemos concentradas y atentas? Es una locura”.

Otro método que denota una voluntaria falta de inversión para una presencialidad segura es el no cumplimiento de la infraestructura necesaria propuesta por el protocolo: “como no nos da la cantidad de aulas, habilitaron espacios que no cuentan con la más mínima ventilación, ¡hasta un subsuelo!”, señala otra docente de una escuela privada en Caballito. Y agrega “de esta manera, obviamente, tampoco podemos cumplir con la distancia adecuada. Imaginate”.

En otros casos, las condiciones son un poco mejor. Sin embargo, llaman la atención algunas propuestas muy polémicas como la que nos narra una docente de una escuela privada en Palermo: “nos obligan a ser filmadas durante el dictado de la clase presencial y ser transmitidas en directo en la casa del grupo que esa semana le toca de forma virtual”. Ante nuestra consulta sobre si las autoridades brindan la opción de poder elegir dicha participación, la respuesta es insólita: “si nos negamos, tenemos que dejar el cargo”. En otras escuelas que también aplican esta modalidad “en vivo y en directo”, también les exigen a las docentes que den clases virtuales fuera del horario laboral. “Estoy haciendo el doble del trabajo, por el mismo sueldo. Yo estoy terminando la carrera, aun no tengo el título docente, y por eso cobro menos que mis compañeras, una parte en negro”, señala otra docente de una escuela privada de Palermo.

Como si esto fuera poco, estos reclamos más que válidos no pueden llevar nombre y apellido, ya que, de ser así, el puesto laboral correría un gran riesgo. No sólo estamos ante casos de preocupante precarización laboral, sino también ante persecución y amenaza. Los y las docentes de instituciones privadas cuentan con menos posibilidades de organización debido al hostigamiento patronal que reciben a diario.

Esta situación se agravaba con la pandemia, flexibilizando sus condiciones laborales al máximo para que los números cierren. Desde este medio nos ponemos a disposición para hacer escuchar la voz de todo este sector de la educación porteña.

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