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OPINIÓN. Derecho al aborto: un grito que no cesa

Un breve recorrido por sus orígenes más inmediatos y las peleas dadas durante estos años.

Soledad Domenichetti

Soledad Domenichetti Delegada de Foetra | Agrupación Violeta | Historiadora | @soledome1

Domingo 4 de marzo de 2018 01:01

Este año se presenta por séptima vez el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), elaborado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto (CNDA). Hacemos un breve recorrido por sus orígenes más inmediatos y las peleas dadas durante estos años.

En las últimas semanas el debate sobre el derecho al aborto se instaló en los lugares de trabajo, en las casas, en los medios, en las calles. Cuando ya tenía cierta repercusión, Mauricio Macri anunció que habilitaría su discusión en el Congreso (no sin aclarar que “está a favor de la vida”, un eufemismo para no decir directamente que está en contra del aborto).

El movimiento de mujeres viene luchando hace años por este derecho, si es que se da su tratamiento parlamentario es debido a que nunca abandonamos la pelea en las calles. El pañuelazo del 19 de febrero sorprendió por la cantidad de mujeres que se acercaron al Congreso, sobre todo jóvenes. Son las nuevas generaciones que aprendieron en poco tiempo, que los derechos que nos faltan los arrancamos luchando.

Desde los 80, luego del retorno a la democracia, se fueron presentando en el Congreso Nacional distintos proyectos de ley, algunos solo intentaban ampliar los márgenes de los casos a considerar como abortos no punibles, otros en cambio planteaban la interrupción voluntaria del embarazo sin condicionantes, pero ninguno prosperó. Las mujeres no íbamos a quedarnos esperando que, quizás en algún momento, la legislación cambiara a nuestro favor.

Luego del 2001 donde había asambleas populares en todos los barrios, en las fábricas, el clima asambleario que reinaba impregnó también al movimiento de mujeres. Así fue que surgió la Asamblea por el Derecho al Aborto, a principios de 2003, con un puñado de mujeres, entre las que se encontraba Dora Coledesky, una reconocida luchadora por el derecho al aborto. A los pocos meses asumía Néstor Kirchner la presidencia, con el tiempo se produjo la incorporación de parte del feminismo al aparato estatal que fue adoptando la estrategia del lobby parlamentario para la conquista de derechos.

En el 2005 luego de que en el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario se discutiera nacionalizar esta lucha se lanzó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, con más de 350 organizaciones en todo el país.

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Once años, siete presentaciones y ninguna ley

En el 2007 la Campaña presenta por primera vez el proyecto de IVE, que había logrado reunir el apoyo de tan solo 22 diputadas y algunas organizaciones. Es presentado nuevamente en el 2009 pero al no ser tratado perdió estado parlamentario en marzo del 2010. El 16 de marzo de ese año, en una importante conferencia de prensa con diputados y diputadas, junto con las organizaciones que forman parte de la CNDA, se volvió a presentar, esta vez con decenas de firmas de diputados pertenecientes a casi todos los bloques.

Así, el proyecto fue presentado sistemáticamente durante estos años, cada vez que por falta de tratamiento perdió estado parlamentario. Y cada presentación fue contando con el aval de más diputados, a la par de un acompañamiento social también cada vez mayor.

En marzo de 2012, la Corte Suprema de Justicia, por medio de un fallo judicial, sienta posición sobre el inciso 2 del artículo 86 del Código Penal, y precisa que el aborto es un derecho de toda víctima de violación, que se presente con una declaración jurada dando fe de la situación. Así se afirma que el Estado debe ser garante del acceso al aborto en las condiciones que la ley establece. Una aclaración que debería ser innecesaria, ya que el Código Civil desde el año 1921 habilita el aborto no punible. Pero parece que sigue siendo necesario aclarar incluso esta legislación de casi cien años.

Recordemos que el 2012 fue también el año en que Macri, siendo Jefe de Gobierno porteño vetó la ley 4.318 votada en la Legislatura que establecía que, en hospitales públicos y privados, debía realizarse la interrupción legal del embarazo en casos donde se viera afectada la salud de la mujer o que fueran producto de una violación, sin más requerimiento que la voluntad de la mujer.

En el 2013 es presentado por cuarta vez, también con decenas de firmas, y el acompañamiento de organizaciones sociales, políticas y sindicales y activistas independientes.

En el año 2014 se prepara una nueva presentación, la quinta. Nuevamente una conferencia de prensa acompaña el proyecto que ya cuenta con más de sesenta firmas. Durante ese año también se da la discusión en Diputados sobre la reforma del Código Civil y Comercial. El debate había comenzado el año anterior, con media sanción en Senadores. Allí fue que se reformó el polémico artículo 19, que determinó que “la existencia de la persona humana comienza con la concepción”, a pedido de la Iglesia, y representó un obstáculo más en el avance de la legalización del aborto.

Durante la sesión que trató la reforma impulsada por el gobierno kirchnerista, el diputado por el PTS/FIT Nicolás del Caño, planteó que “es una hipocresía plantear el derecho al aborto y al mismo tiempo aprobar el artículo 19 que impuso el Vaticano y la Iglesia Católica.

Además, ¿qué progresismo puede plantear un retroceso de más de ciento cuarenta años en lo que hace a las cuestiones de la laicidad?”, en clara alusión a aquellos integrantes del FPV que acompañaban el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña. Ese también fue el año en el que el proyecto logró ser discutido, por primera vez, en comisiones, y no casualmente: frente al rechazo que despertaban esos y otros gestos dirigidos a la jerarquía de la Iglesia, el oficialismo de entonces buscó generar expectativa en que la ley podría salir por la vía del debate en alguna de las comisiones, logrando así también imponer su reforma al Código Civil.

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Fue así que el 4 de noviembre, se abrió el debate en la Comisión de Legislación Penal, aunque luego de una extensa jornada, finalmente no hubo dictamen, con un claro pacto entre macristas y kirchneristas. Días después, el kirchnerismo volvió a negarse a tratar el proyecto de la Campaña, y Diana Conti (vicepresidenta primera de la Comisión) llegó a plantear que si se quería tratar el aborto “nos ponemos de acuerdo y no venimos”.

En marzo del año siguiente el ministro de Salud del gobierno de Cristina Fernández, Daniel Gollán expresó públicamente que "en el país hay 500.000 abortos por año y es la principal causa de muerte materna. Hay que hacer un debate serio sin ponerse en los extremos ideológicos y religiosos. Desde el punto de vista del sanitarismo uno tiene que hacer algo. Vamos a propiciar un debate maduro con todos los sectores de la sociedad". Pero por si quedaban dudas de la posición del gobierno, la respuesta oficial vino por parte del entonces Jefe de Gabinete Aníbal Fernández planteando que el tema “no está en la agenda de este gobierno”.

En el 2016 se prepara la nueva presentación del proyecto, por sexta vez. Nuevamente la conferencia de prensa, que reúne a los diputados y diputadas firmantes, es acompañada por una concentración en las puertas del Congreso. Como las 5 veces anteriores, volvió a perder estado parlamentario a pesar de que su apoyo en la sociedad es cada vez mayor. Este año se realiza la séptima presentación, que será girada a las comisiones para iniciar el debate público. Se calcula que recién se iniciará en la segunda quincena de marzo y hasta junio se concretarán las audiencias públicas.

En el Congreso, en las calles

Durante los once años que lleva presentándose el proyecto en el Congreso, antes con el kirchnerismo y ahora con Cambiemos, los bloques mayoritarios han tenido la responsabilidad de que no se convirtiera en Ley, y que sigan muriendo mujeres en la clandestinidad.

En las últimas presentaciones son cada vez más la cantidad de diputados firmantes, y en esas firmas están representados casi todos los bloques políticos, sin embargo, el Frente de Izquierda es la única fuerza que respalda el proyecto de manera unánime, y que llama a no abandonar la lucha en las calles para conquistar este reclamo. Como indicó Myriam Bregman, legisladora porteña por el PTS/FIT y firmante del último proyecto presentado, “hay que confiar en la pelea que damos en las calles” .

Otro actor que ha tenido responsabilidad durante todos estos años es la Iglesia Católica, la misma que hoy pide diálogo para tratar el aborto, pero no ha dejado de poner obstáculos para que se implemente la Educación Sexual Integral. Recordemos que fue Bergoglio, hoy papa Francisco, quien llamó a batallar en la “guerra de Dios” contra el matrimonio igualitario en el año 2010. Por eso, parte de esta pelea también es la lucha por la separación de la Iglesia del Estado. Como denunció Bregman, es inaceptable que se pretenda legislar en base a opiniones o creencias personales, más aún cuando se trata de la salud de las mujeres.

Lo que vemos es que, si en algo coincidieron el macrismo y el kirchnerismo, en estos años es en la negativa a que las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos fue un derecho que negaron durante todos estos años, todos los gobiernos, como muestra este breve recorrido. Y si algo nos tiene que quedar claro, es que solo podemos confiar en nuestras fuerzas para conquistar nuestros derechos.

Si hoy el macrismo “habilita” el debate sobre el aborto no es porque le interese la vida de las mujeres y los cuerpos gestantes. El anuncio, realizado luego de la multitudinaria marcha del 21F, tomando nota del creciente descontento por las políticas de ajuste y en un intento de dividir a la oposición, no nos engaña.

El debate por la legalización del aborto se dará en el Congreso, se verá por televisión, se replicará en los lugares de trabajo y estudio, pero es en las calles donde conquistaremos finalmente nuestros derechos. Este 8M hagamos que la tierra tiemble, por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.