Neuquén está entre las provincias con mayor tasa de femicidios del país y no cuenta con los recursos necesarios para dar respuesta a esta situación de emergencia. En los barrios, las militantes del Frente de Organizaciones en Lucha tejen redes para acompañarse, formarse, prevenir y atravesar situaciones de violencia de género. En las calles, el movimiento de mujeres sigue reclamando que se declare la emergencia contra la violencia hacia las mujeres.
Viernes 10 de noviembre de 2023 09:42
Neuquén es conocida por ser la provincia de Vaca Muerta, por los récords en producción y exportación de petróleo y gas y los millones de dólares que facturan las petroleras por día. Sin embargo, y a pesar de ser la provincia con mayor tasa de femicidios del país, no se destina el presupuesto necesario para la prevención, atención y tratamiento de mujeres víctimas de violencia de género. Algunos ejemplos:
- Hay un sólo servicio para la atención de mujeres víctimas de violencia que depende del Ministerio de Desarrollo Social
- En el área de Salud no hay equipos interdisciplinarios especializados para el tratamiento. Hay listas de espera de meses para conseguir un turno con una psicóloga o trabajadora social
- Hay un sólo refugio para las mujeres y sus hijes. No hay casas integrales de contención
- Las ayudas económicas que se brindan son de fortalecimiento familiar que es cuando la mujer tiene casa propia pero no tiene trabajo para solventar algunos gastos cotidianos y otra para “poder” alquilar. El aporte máximo es de 60 mil pesos
- La parte asistencial está toda cortada. No hay módulos alimentarios, no hay bonos de gas, ahora están dando unas tarjetas de 5 mil pesos para comprar alimentos
Frente a esta realidad hay mujeres que en los barrios tejen redes y fuertes lazos de solidaridad para acompañarse, formarse, prevenir y atravesar situaciones de violencia de género. Un ejemplo de esta labor cotidiana es la que hacen las militantes del Frente de Organizaciones en Lucha en siete barrios de Neuquén.
La organización está integrada en un 95 % por mujeres. “Somos una organización que tiene un feminismo orientado hacia lo obrero, hacia lo popular. También ocupamos un gran porcentaje en los lugares de referencia”. Así cuenta Silvina esta conquista de la lucha del movimiento de mujeres al interior de las organizaciones. “Desde que el FOL se fundó se organizó siempre se trabajo con esta perspectiva feminista obrera, dedicada a la clase. La cuestión de género se trabaja transversalmente, está en todos los espacios de la organización”, destaca.
Nuestra tarea es concientizar, cuidar y proteger a las compañeras que están atravesando situaciones de violencia
“Nuestra tarea es concientizar, cuidar y proteger de diferentes maneras a las compañeras que están atravesando situaciones de violencia. Las acompañamos a hacer la denuncia en la comisaría y a través de la Línea 148. Las contenemos, muchas se comunican con nosotras a través del whatsapp, porque quizá todavía no quieren hacer la denuncia pero sí charlar. Hacemos talleres para prevenir y visualizar el ciclo de la violencia. Donde el Estado no da respuesta, estamos nosotras para acompañarlas”, cuenta orgullosa Andrea Gutiérrez, una de las referentas de Género de la organización.
Las delegadas responsables de coordinar esta tarea dentro de la organización son siete, una por cada barrio en el que están. Aunque, aclaran, que esta política atraviesa todos los espacios desde la mesa de referentes provincial, hasta los comedores, obras, proyectos productivos, capacitaciones y escuelas de oficio. “Nos reunimos una vez por semana y decidimos qué vamos a hacer”, dice Andrea. En esos espacios democráticos de debate planifican las actividades.
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Las referentas se capacitan con sus pares de Buenos Aires y luego replican los talleres por cuadrilla de trabajo por barrio o ciudad en Centenario, Cutral Có, Zapala, San Martín y Junín de los Andes. Hacen talleres sobre los tipos de violencia, sobre el ciclo de la violencia, mitos y realidad y el violentómetro."Los llevamos a los barrios para concientizar del maltrato físico, psicológico o sexual, para que se interioricen en este tema”.
Mientras el gobierno presupuestó este año por cuarta vez la construcción del albergue Madre Teresa, las mujeres del FOL inauguraron en abril de este año la Casa "Bartolina Sisa". Es un espacio de encuentro para resguardar y atender a quienes atraviesan situaciones de violencia, que construyeron las cuadrillas de obreras de la organización. “Apuntamos a generar espacios de encuentro y fortalecimiento para luchar desde el barrio por un mundo sin violencias”, afirma Silvina confiada del horizonte al que quieren llegar.
Pero las mujeres del FOL además de tejer redes de solidaridad y contención para las compañeras que atraviesan situaciones de violencia, luchan, levantan su voz, exigen respuestas a las autoridades. “A principio de año nos reunimos con la ministra de las Mujeres María Eugenia Ferraresso y uno de los principales reclamos fue la falta de turnos en psicología para las compañeras que sufren violencia. La respuesta fue que tienen tres psicólogos para toda esa área y se comprometió a coordinar con las psicólogas del Centro de Salud Nueva Esperanza para que brinden atención en la Casa Bartolina Sisa, pero quedó ahí”, recuerda Andrea.
La falta de atención psicológica en los hospitales y centros de salud es una de las mayores preocupaciones. “Cuando las compañeras van solas a pedir un turno, les dan para dentro de un mes. No hay respuesta en la urgencia. Pero cuando las acompañamos nosotras como FOL logramos que adelanten los turnos”.
Andrea cuenta que es muy difícil conseguir alquileres para las compañeras que quieren romper el círculo de la violencia e irse de su casa. “Cuesta que salgan. Conseguimos uno para una compañera pero para eso fuimos, fuimos, fuimos, hasta que le salió. Pero siempre la respuesta es la misma. Tiene que ser asistida a través de un centro de salud, o tiene que haber estado en un refugio. Pero la realidad es que a veces la compañera no llega a esa instancia de estar en un refugio, o por la demanda que hay con los psicólogos, con asistentes sociales, no es asistida antes”.
Con un terreno no alcanza, las compañeras necesitan viviendas
Buscan una salida de fondo para el problema habitacional. “Reclamamos a la ministra que con tener un terreno la meseta no alcanza si no tienen cómo construir que las compañeras necesitan viviendas. Nos dijeron que iban a dejar por escrito para el próximo Gobierno. Esa fue la respuesta que tuvimos. Así que vamos a seguir reclamando”, dice Andrea convencida que la lucha continúa.
¿Qué significa que el Estado y sus instituciones son responsables?
Los femicidios son el último eslabón de una larga cadena de violencias que se originan, reproducen y legitiman desde el Estado y sus instituciones. La violencia hacia las mujeres es estructural, es inherente a la sociedad capitalista y patriarcal actual. Se puede aspirar a vivir, como dicen las integrantes del FOL, en un mundo sin violencias pero se necesita una transformación social y cultural profunda. No se termina con la violencia machista con una ley, una resolución o un ministerio más.
Sin embargo, el Estado y sus instituciones son responsables de destinar el presupuesto necesario para evitar los femicidios, de brindar ayuda económica que realmente permita romper el círculo de la violencia, garantizar la atención con equipos interdisciplinarios en todos los centros de salud y hospitales de la provincia, casas integrales de contención y políticas específicas para garantizarles una vivienda. Pero eso, hoy, no existe o es completamente insuficiente. Esa es la pelea colectiva que el movimiento de mujeres tiene por delante, gobierne quien gobierne.
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