El instituto de estadísticas y censos publicó un dossier con los indicadores sobre la brecha de género. Subocupación, precarización y salarios inferiores, en promedio, con respecto a los varones. Los detalles en la voz de una trabajadora del Indec.
Lunes 8 de marzo de 2021 12:54
Este año, ante el 110° Día Internacional de la Mujer, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó un nuevo dossier sobre las brechas entre géneros, es decir las distancias entre mujeres y varones con relación a determinados indicadores. Se calcula como el cociente entre los resultados del indicador para las mujeres y los varones.
Esta brecha muestra la desigualdad que existe en el mercado laboral, así como que las tareas domésticas continúan recayendo, esencialmente, sobre las espaldas de las mujeres. Además, el dossier empieza con un análisis sociodemográfico que describe que las mujeres viven, en promedio, más años que los varones. Por eso el ajuste a los jubilados impacta más a las mujeres.
Lía Pesaresi es analista en el área de estadísticas poblacionales del Indec, nos cuenta sobre el dossier que difundió el organismo para este 8 de Marzo. “Este dossier condensa los principales indicadores oficiales desde una perspectiva de género. Reflejan una vez más que las brechas de género existen y se pueden medir, que se mantienen, y que las políticas para enfrentar la pandemia no fueron sensibles ante la desigualdad de género, sino que por el contrario permitieron que golpeen más sobre las mujeres”, afirma.
Entre estos indicadores que habla Pesaresi, quien milita en la agrupación de mujeres Pan y Rosas, se encuentra que, a pesar que en promedio las mujeres alcanzan mejores niveles educativos, reciben menor remuneración, a igual tarea, que los varones. También ocupan, con respecto a los varones, mayormente los trabajos precarios, son algunos de los índices que plantea el nuevo dossier que publica el Indec.
Lía nos da algunos ejemplos, “las mujeres tienen mayores tasas de asistencia al sistema educativo y alcanzan niveles más altos de educación. Sin embargo, las tasas de empleo y actividad siguen siendo más bajas entre las mujeres. Entre las personas de 30 a 64 años, mientras que 8 de cada 10 varones participa en el mercado laboral, solo 5 de cada 10 mujeres lo hacen. Y a la vez, las mujeres tienen tasas de desempleo y subocupación horaria más alta. Esta participación desigual se explica principalmente por la cantidad de horas que las mujeres “deben” destinar a las tareas de cuidado y reproducción en los hogares, que desde pequeñas se les enseña que son la responsabilidad jerarquizada de las mujeres. Horas de trabajo no pago, no reconocido e invisibilizado: el principal obstáculo para una participación equitativa en el mercado laboral”.
Según el informe del Indec, a partir de los 18 años, las mujeres presentan mayores tasas de asistencia al sistema educativo con respecto a los varones.
Si se toma en cuenta de forma global el nivel educativo que alcanzan varones y mujeres, estas logran mayor formación educativa.
Sobre esto último, Lía resalta que “la principal ocupación donde se vuelcan las mujeres a trabajar, son las ramas vinculadas al cuidado -que además tienen una alta informalidad e ingresos más bajos-, como el servicio doméstico (la rama con mayor índice de feminización), salud y servicios sociales. En promedio, 7 de cada 10 personas ocupadas son mujeres en esas ramas”.
Otro de los datos que arroja la encuesta del Indec es sobre la brecha salarial. Al respecto Lía nos brinda algunos de ellos “por cada 100 pesos que gana en promedio un varón, una mujer gana 79. La brecha de género es mayor en las ocupaciones no calificadas. Y pese a que en promedio la informalidad tiene similares niveles entre varones y mujeres, el ingreso medio de las mujeres precarizadas representa el 70% del de los varones. En salud, por cada 100 pesos que gana en promedio un varón, una mujer gana 89”.
El dossier demuestra que las mujeres siguen asumiendo la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado: mientras que 5 de cada 10 varones realizan tareas del hogar, más de 8 de cada 10 mujeres lo hacen.
Sobre las consecuencias de la pandemia, Lía ofrece un dato no relevado por el Indec. “La política jerarquizada del Gobierno ante esta realidad, fue la de “transferencia monetaria” a través de la IFE -tres entregas de $10.000 para una familia en 1 año de pandemia-. Por eso, en la composición de los ingresos de los hogares, aumentó el porcentaje de “ingresos no laborales” en el total de los hogares. Ante la informalidad y el tipo de trabajo donde se desempeñan las mujeres, fueron las primeras en quedar desocupadas. Según el dossier, en el tercer trimestre de 2020, sólo 2 de cada 10 mujeres percibieron subsidios o ayudas sociales cuando fueron millones quienes quedaron sin trabajo pese al DNU del Gobierno que no hizo respetar”.
La militante del Pan y Rosas también se refiere a otro dato que arrojó la encuesta del Indec sobre la pandemia, que muestra que los hogares del Gran Buenos Aires, con algún menor (de 2 a 17 años), la dedicación principal de las tareas de apoyo escolar recayó sobre las mujeres, quienes aumentaron el tiempo de dedicación a las tareas de cuidado.
Lía menciona los datos que arrojaron las mediciones del Indec: “La pandemia impactó en la organización de las tareas domésticas necesarias para mantener el hogar y en el cuidado de las personas, y la dedicación principal de estas tareas recayó sobre las mujeres. Casi 2 de cada 3 hogares del Gran Buenos Aires respondieron que la dedicación principal de las tareas domésticas estuvo a cargo de las mujeres, y 7 de cada 10 hogares cuando se trató de las tareas de cuidado” y agrega un análisis “por eso podemos decir que las oficinas y secretarías de género en los distintos ministerios durante la pandemia disertaron horas sobre el tema vía Zoom, pero no hubo políticas concretas a evitar este impacto sobre la vida cotidiana de las mujeres”.
Para Lía “es importante contar con este dossier que concentra los indicadores económicos oficiales y más relevantes. Pero hay otros tantos que se necesitan crear, con otros cortes de la realidad que permitan ver y cuantificar que la inequidad afecta al género, pero aún más a las mujeres trabajadoras. Por otro lado, las estadísticas oficiales mantienen el carácter binario, discriminado por sexo y no contemplando el género. Por eso es importante la organización en comisiones de género para enfrentar las múltiples cadenas de opresión y violencia, y también para definir qué estadísticas necesitamos, y poder entrelazar estos indicadores con los datos sobre violencia de género -de los observatorios de femicidios que hacen organizaciones ante el déficit de estadísticas oficiales-, e incluir por ejemplo el seguimiento de la violencia laboral que oficialmente casi no hay datos”.
“Algo que no dice el dossier pero se desprende claramente de él, es cómo funciona el patriarcado y por qué el sistema económico y social en el que vivimos, el capitalismo, necesita mantener esas brechas de género (que reflejan la opresión) a través del Estado, o sea los gobiernos, sus ministerios, etc. Un sistema de valores que fomenta la inequidad sobre más de la mitad de la sociedad, hay 105 mujeres cada 100 varones. Para el capitalismo, el patriarcado es un negocio redondo, que aunque el presidente diga que le puso fin, la realidad, y estos números, lo desmienten”, agrega Lía.
Este 8 de marzo las mujeres volveremos a las calles para pelear por nuestros derechos. Mientras muchas paren en sus lugares de trabajo, la gran mayoría no podrá hacerlo por responsabilidad de las centrales sindicales, que no llaman a luchar contra los femicidios, la violencia machista o las brechas que se registran en el mercado laboral.
Incluso, cuando en lugares de trabajo, se denuncian lo que padecen las mujeres. Un informe elaborado por la Colectiva de Trabajadoras Judiciales denunció este lunes que el 95 % de las mujeres sufrió algún tipo de violencia en el ámbito laboral en el Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires. La información surge en base a una encuesta realizada durante los últimos tres meses por el grupo de mujeres a 267 empleadas, funcionarias y magistradas del Poder Judicial bonaerense, pertenecientes a distintos fueros y departamentos judiciales.
Así, se determinó que el 93% dijo haber sufrido violencia simbólica, el 64% violencia psicológica, el 46% violencia económica, el 60% padeció violencia sexual y un 7% violencia física.
Sobre esto Lía sostiene que "la violencia laboral no se está midiendo en el Indec, por eso es necesario comisiones de género, que releven nuevos y mejores indicadores, y que además se movilicen para pelear contra esto".
Al finalizar la entrevista, Lía subrayó que "este 8 de marzo salimos a las calles con Pan y Rosas, junto a las mujeres de Guernica, con la juventud que se organiza en Centros de Estudiantes, trabajadores de la salud y la educación, así como trabajadores estatales entre otras, para decir: el Estado es responsable de los femicidios y las brechas que existen en los lugares de trabajo".
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