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Red Internacional
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Despertar a la lucha por tierra y vivienda en El Bolsón

Los vecinos del Mirador del Azul vienen protagonizando una semana muy agitada en la que han puesto en acto la decisión colectiva de defender su derecho a la vivienda. Aquí una pequeña reseña de esta experiencia y algunas cuestiones que plantea la dinámica actual de los acontecimientos.

Miércoles 2 de diciembre de 2020 11:26

Luego de casi cuatro meses de iniciada la toma los y las vecinas del Mirador del Azul protagonizaron su primera marcha por el centro del El Bolsón el pasado sábado 27 de noviembre. Después de largos meses de incertidumbre y lógicos problemas organizativos producto de despertar a la lucha luchando, tomaron la decisión de hacerse escuchar ante la amenaza de desalojo inminente.

La movilización estuvo precedida de una semana en la que desplegaron toda su fuerza buscando construir lazos de solidaridad con otros sectores en lucha, un verdadero ejemplo en medio de la pasividad imperante. El lunes se tomó la decisión en una breve pero intensa asamblea, en la que también expresaron su apoyo a la lucha antiminera y en defensa del agua, un bien escaso en la eco-aldea Tierra Viva, como decidieron llamar al predio que ocupan desde el 22 de agosto

Allí se decidió participar el martes de la actividad que desde hace más de un mes llevan adelante los y las trabajadoras de salud del Hospital de Área El Bolsón en las puertas del mismo, recogiendo y llevando solidaridad.

El martes, las compañeras participaron por invitación de la Asamblea Comarcal Ni Una Menos de la actividad en Plaza Pagano en el marco del 25N, donde las promotoras de la agrupación feminista expresaron su apoyo y solidaridad con la lucha por vivienda.

El jueves en paralelo con el corte de Ruta 40 en El Hoyo, las y los vecinos se solidarizaron con la lucha anti minera en Chubut con una corte intermitente de ruta del lado rionegrino del paralelo 42 que separa ambas provincias. Ese día estaba planteado marchar en el pueblo, pero ante la convocatoria decidieron posponer la propia convocatoria para confluir y expresar su solidaridad.

Así llegamos al sábado 28, cuando pasado el mediodía, se congregaron en la Plaza Pagano. Distintos sectores se acercaron a solidarizarse con ellos y ellas, producto de las relaciones construidas en esa semana de concentrada actividad. Luego de una muy buena intervención de Aylen, vocera de la toma, hicieron uso de la palabra otros y otras compañeras.

La bronca con el municipio que los criminaliza y estigmatiza, las necesidades que se sufren y la denuncia de la precarización laboral fueron creando el clima para comenzar la marcha con mucha energía al grito de “TIERRA PARA VIVIR”.

El lunes, participaron de la convocatoria de la Coordinadora Provincial de Barrios Populares, siendo el único barrio popular que se organizó para marchar en El Bolsón. Aprovecharon esta actividad para entregar en el Municipio una carta al Intendente Bruno Pogliano, exigiéndole dar respuesta al problema habitacional para todas las tomas.

Las conclusiones de esta semana de agite y alegría por sentirse acompañados en su lucha son variadas. Toca a ellos y ellas sacar las mejores conclusiones, pero nos animamos a sugerir algunas de entre las muchas posibles.

Por un lado, la unidad en defender lo conquistado con la lucha maduró producto del rechazo a la amenaza de desalojo inminente. Salieron a buscar y brindar la solidaridad y la encontraron entre sectores de trabajadores en lucha y activistas.

La movilización fue un elemento dinamizante en lo colectivo y los animó a más, moralizando lo organizativo e impulsándolos a tomar otras luchas como propias. De hecho, el nuevo intento de loteo ilegal en la Pampa de Ludden por parte de intereses ligados a Joe Lewis y la complicidad explícita del Intendente local Bruno Pogliano, es un insulto a familias trabajadoras a las que buscan desalojar. Un verdadero ejemplo de esta justicia de clase débil con los fuertes y fuerte con los débiles, la clase trabajadora que pelea por un techo.

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Al mismo tiempo, las actividades en que participaron abrieron la experiencia a distintas formas de organizarse y métodos de dar la pelea, que necesariamente deben ser parte de la reflexión sobre como continuar haciendo balances y extrayendo conclusiones.

Un proceso de búsqueda de coordinación como el que protagonizan los vecinos del mirador, es realmente novedoso, pues plantea la confluencia de un sector de trabajadores en su mayoría jóvenes que se reconocen como precarizados, denuncian su desamparo de cualquier organización sindical, y se plantan a pelear, con estructuras consolidadas en prácticas que está por verse en qué medida son capaces de articular una lucha común que contemple la multiplicidad de aspectos que hacen a la lucha por Tierra y vivienda, y respeten y aporten a consolidar su organización para vencer.

En el contexto del ajuste en curso, donde el Gobierno Nacional y el Provincial apuntan a profundizar la políticas extractivístas para cumplir con el pago de la deuda ilegal a costa de la salud, la educación, la vivienda y la vida de la y los trabajadores, la experiencia de la Toma del Mirador del Azul es un inicio prometedor de como buscar construir coordinación y unidad desde abajo.

Porque la lucha por tierra y vivienda, tiene que vencer.