Fue el tiroteo en la discoteca Blue Parrot. Luego se dio el ataque comando contra la fiscalía en Cancún. Según distintos medios, la Riviera maya está en disputa por los carteles del narco. Un nuevo capítulo de la crisis del gobierno de Peña Nieto, cuya salida es mayor despliegue de fuerzas represivas.
Miércoles 18 de enero de 2017
La llamada joya turística de México está bajo fuego. La Fiscalía General de Quintana Roo fue atacada este martes 17 de enero por la tarde, por un comando armado. Se produjo un tiroteo, con el saldo de un policía y tres miembros del comando muertos, de acuerdo con el informe oficial. Pero lo cierto es que, según denuncias en redes sociales, la versión oficial tardó en darse a conocer.
Apenas el lunes fue el tiroteo en Blue Parrot. Y este mismo martes, el cártel Los Zetas se atribuyó ese ataque, y amenazó al cártel del Golfo.
El panista Carlos Joaquín González, gobernador del estado, señaló a los medios que el ataque de grupos criminales "se enmarca en un contexto del combate a la impunidad". Y solicitó al gobierno federal el envío de refuerzos.
Retenes, cierre de plazas comerciales, despliegue policial mayor son las medidas implementadas por el gobierno quintanarroense en el principal centro turístico del país. Los empresarios del sector temen por sus millonarios negocios.
El territorio en disputa de los cárteles del narco se ha ampliado desde el norte y la costa del Atlántico hacia la costa del Pacífico. E incluye desafíos abiertos al gobierno, como el ataque a la Fiscalía General de Quintana Roo, mientras el gobernador intenta poner paños fríos con el repudio a las denuncias que circulan en redes sociales y afirmando que "El Estado está bajo control y orden, los cancunenses y nuestros habitantes pueden hacer su vida normal".
Es así que la salida oficial es el despliegue de policías a gran escala, una exigencia que se enmarca en “más seguridad” que ha realizado la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en distintas oportunidades, demanda al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Nada casual, en el marco del gran repudio popular que concentró el priista Roberto Borge -ex gobernador implicado en numerosos escándalos de corrupción- y el enojo que provocó el gasolinazo, expresado en Quintana Roo en distintas manifestaciones.
Crisis del gobierno y militarización
El gobierno continúa con la “guerra contra el narco”, su excusa para mantener la militarización, como parte de la cual despliega las fuerzas del orden en todo el país. Un despliegue orientado a sofocar la protesta social creando un clima de pánico y zozobra. Financiado con los millones de la Iniciativa Mérida, se arma y se entrenan a las fuerzas represivas -Ejército, Marina, policía-. Agentes estadounidenses se suman.
Pero han sido múltiples los casos en los cuales se evidenció la colusión entre narco y gobierno, como en el caso de la masacre de Iguala y la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Se desarrolla toda una rama de la economía en las sombras de la ilegalidad: el narcotráfico, la trata de personas, el ordeñe de ductos de Pemex, extorsiones (a migrantes y a pobladores). Son millones y millones de dólares que se acumulan con el aval del gobierno y sus fuerzas de seguridad. Ese dinero se lava, por distintas vías, y pasa a circular en la economía “legal”.
A veces sucede que el crimen organizado y el gobierno no llegan a acuerdos “de caballeros”, y es entonces cuando las cosas se salen de control. Cuando sectores del crimen organizado y el gobierno se enfrentan, y los empresarios ya no se sienten tan a gusto para explotar a la clase trabajadora y enriquecerse. Como está sucediendo ahora en Quintana Roo.
El gobierno enfrenta una crisis profunda ante el amplio descontento que generó el gasolinazo, en un entorno económico internacional que le es desfavorable. Con las amenazas del próximo presidente estadounidense, Donald Trump, a vela desplegada.
Peña Nieto, en el punto más bajo de su popularidad, se mantiene gracias al apoyo de sus socios del PRI, del PAN y del PRD, y a la tibieza Andrés Manuel López Obrador, líder del Morena, que apuesta a mantener la “gobernabilidad” para los de arriba. Se mantiene es también porque cuenta con el apoyo de los charros de los sindicatos. Con cada uno de los episodios de violencia, como los de Cancún y Playa del Carmen, los de arriba quieren volver a pasar a la ofensiva para degradar aun más las condiciones de vida de las mayorías.
Es necesario que los trabajadores, las mujeres y las juventud, y sus organizaciones, enfrenten la militarización y la represión contra la protesta social.