La fábrica volvió a producir luego de suspender durante dos meses a sus trabajadores con rebaja en los salarios, comprometiéndose a fabricar productos para la conservación de alimentos.
Sábado 30 de mayo de 2020 12:15
Leonardo Nardini, intendente de Malvinas Argentinas, publicó en su cuenta de Twitter las fotos de su visita a la fábrica de termos mostrando las medidas de prevención sanitaria para reabrir las líneas de producción.
Lumilagro se comprometió a añadir en sus líneas la fabricación de envases térmicos para alimentos, producción que no se realiza desde los años 80. Hasta este momento la fábrica no se consideraba de primera necesidad durante la cuarentena, por ello la empresa decidió proteger sus ganancias suspendiendo a los trabajadores y descontando el 40% de su sueldo.
Todo esto fue realizado con aval del Sindicato Obrero de la Industria del Vidrio y Afines (SOIVA) y del gobierno, con el que tienen estrechas relaciones (como sucedió con cada gobierno de turno).
La última quincena algunos trabajadores cobraron solo 400 pesos de su salario, otros directamente no cobraron. En marzo Carlos Bender, gerente comercial de Lumilagro, dijo en una entrevista que la empresa aumentó un 30% sus ventas y mantiene el 60% del mercado local, pese a competir con la marca Stanley.
En 2019 también consiguió, con el gobierno de Cambiemos, un trato para favorecerlo en competencia con termos que desembarcaban de China. El 20% de su producción es para exportación.
La empresa también es beneficiaria del programa ATP (asistencia al trabajo y la producción) con el cual el Estado por medio de Anses abona el 50% de los sueldos de los empleados. Aún con todo esto siguen asegurando que están en crisis y para mantenerse descuentan el sueldo del trabajador que ni siquiera llega a cubrir los 40 mil pesos necesarios para estar sobre la línea de pobreza.
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Cabe destacar que Lumilagro lleva una larga lista de atropellos a los trabajadores desde hace años. Y SOIVA actuó cada vez como guardaespaldas de la empresa, avalando las decisiones de la patronal por sobre los intereses de sus afiliados y suministrando patotas para amedrentar a los trabajadores ante cualquier conflicto.
Los trabajadores deben organizarse contra las traiciones de las burocracias sindicales, que muy lejos están de ser el escudo que necesitan los trabajadores contra los ataques patronales. La presencia de los estados municipales, provinciales y nacional únicamente garantizan que se mantengan intactas las ganancias de los empresarios, cargando sobre las familias obreras las consecuencias de cada crisis especulando, aumentando precios, despidiendo, suspendiendo y precarizando.
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Es necesario llamar a las centrales sindicales a romper la pasividad y a imponer un programa de emergencia que contemple la prohibición de despidos, el licenciamiento sin rebaja salarial por cuarentena para todo trabajo no esencial ante la emergencia sanitaria, que garanticen condiciones higiénicas y sanitarias para aquellos trabajos que sea necesario que sigan funcionando y comités de seguridad e higiene elegido por los obreros para garantizar y controlar las condiciones laborales.