En un festejo organizado en la República de los Niños, se exhibió ante infantes armamento y elementos para la represión que utiliza la fuerza que desapareció a Santiago Maldonado.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Miércoles 23 de agosto de 2017
Fotografía:Foro por la Niñez
Al Gobierno no le falta creatividad, cuando de legitimar a las fuerzas represivas del Estado se trata. Este domingo, día del niño, se realizó un festejo organizado por la municipalidad en la famosa República de los Niños de La Plata. Allí, entre los stands de distintas dependencias del Estado, en los que los chicos podían acceder a información sobre sus funciones y funcionamiento, se pudo ver un stand un tanto particular, muy fuera de lugar. La Gendarmería Nacional instaló su puesto, en el que el armamento que utiliza estuvo al alcance de la mano de chicos y chicas.
El puesto instalado tenía un cartel que decía “Fuerzas Especiales Alacrán”, grupo de élite de la Gendarmería. Allí se exhibían ametralladoras, lanza granadas, Ithacas, fusiles, escopetas, armas cortas, escudos, vestimenta de guerra, material de entrenamiento, cajas con granadas, detonadores y camiones hidrantes.
La noticia se conoció el mismo día en que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, volvió a señalar a la familia del joven desaparecido por la Gendarmería, Santiago Maldonado, de no colaborar con la supuesta búsqueda que lleva adelante el Estado.
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El intento por hacer ver a la Gendarmería como una fuerza cercana a la gente, al servicio de su pueblo, fue muy lejos esta vez. ¿Qué tiene que ver la niñez con las armas, la represión y la vestimenta de guerra? La iniciativa del predio, a cargo del intendente oficialista Julio Garro, superó ampliamente el desatino del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que repartió camioncitos con el logo de la Gendarmería en un comedor porteño.
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En tiempos en que la Gendarmería se encuentra profundamente cuestionada por la desaparición de Maldonado, los esfuerzos del Gobierno por legitimar esta fuerza represiva y lavarle la cara son alevosos. No basta con las mentiras descaradas de Bullrich, ante los medios y en el Senado. El encubrimiento del accionar de los gendarmes el día que Santiago desapareció en Chubut no alcanza. La operación del Gobierno expresa la voluntad de legitimar y hacer una campaña pro Gendarmería.
Algo más que encubrir: el oficialismo se muestra dispuesto a todo para defender a su fuerza. Tan es así, que no titubeó en poner frente a niños y niñas, como si de juguetes inocentes se tratase, armamento de guerra y los elementos para la represión que podrían ser tranquilamente utilizados contra los padres de esos mismos niños y niñas.
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En aquel stand, ¿les habrán explicado a los chicos cuál es el equipamiento que Gendarmería utilizó para reprimir sistemáticamente a los obreros de Lear en 2014 ¿Habrá estado allí el ya mítico uniforme del gendarme carancho? ¿Habrán exhibido el uniforme que llevaron a la planta de [PepsiCo el día que desalojaron a los trabajadores y trabajadoras en lucha por sus puestos de trabajo? ¿Habrán enseñado a los pibes y pibas con qué palo golpean a los mapuches cada vez que se manifiestan para reclamar sus tierras ancestrales? ¿Les habrán contado cómo redujeron y de qué manera se llevaron a Santiago para sembrar el terror y disciplinar el pueblo mapuche y a las organizaciones que se plantan contra los empresario y terratenientes extranjeros?
Si a los chicos no se les habló de esto, quiere decir que ese stand no tenía nada que ver con una explicación sobre qué es y para qué sirve la Gendarmería Nacional Argentina.
