El pasado viernes el obispo de Osorno, Juan Barros, hablo respecto a la decisión del Papa Francisco de enviar a Chile al arzobispo de Malta para la investigación en casos de abusos sexuales al interior de la iglesia.
Domingo 4 de febrero de 2018

En Chile la iglesia católica se encuentra en una crisis de legitimación muy importante, crisis que se vio reflejada en el alto desprecio a la visita del Papa Francisco por la comunidad, no sólo por los altos costos que desembolso el Estado para su visita, sino que por los diferentes casos de abusos sexuales a menores ocurridos dentro de la iglesia.
Bergolio en su visita al país fue cuestionado por permitir la presencia en la ceremonia del Obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de ser el principal encubridor de abusos sexuales dentro de la iglesia católica por Karadima y no sólo eso, sino que además responde ante dichas acusaciones asegurando que no había pruebas contra él, dejando al descubierto la hipocresía de la iglesia católica. Por ello, a modo de revertir la situación pidió perdón a las víctimas de abusos sexuales y envió a Chile al arzobispo de Malta Charles Scicluna quien se encargara de realizar la investigación
Barros fue consultado nuevamente tras la decisión de investigación tomada por el Papa asegurando “como hijo de la iglesia, siempre recibo con mucha de lo del Santo Padre. Para uno como sacerdote, lo que siempre quiere es hacer la voluntad de Dios”.
Estos hechos deben impulsarnos a cuestionar no solo la moral de iglesia, sino que el poder que tiene al no estar separada del Estado, poder que se ve reflejado en la impunidad que viven, con penas que solo consisten en traslados a otros sectores o penitencias y votos de oración.