Mara fue asesinada, era travesti y todavía su cuerpo no fue hallado. Desapareció el 28 de octubre de 2004, seis meses más tarde encontraron restos de su cuerpo en un descampado.

Tomás Máscolo @PibeTiger
Miércoles 5 de noviembre de 2014
Graciela Alderete es la madre de Mara, exige justicia pero la nombra con su identidad masculina, se entiende, teniendo en cuenta que hace diez años no existía la Ley de identidad. Desapareció el 28 de octubre de 2004, “Hasta hoy la justicia no hizo nada”, cuenta Alderete.
Mara tenía 17 años, la violencia a la que fue sometida antes de su muerte se reafirma en que solo se encontraron algunos restos de su cuerpo: 18 costillas, el cráneo, ocho vértebras y una parte del pie. No se encontraron a los culpables y el caso quedó impune.
La madre de Mara no bajó los brazos y siguió denunciando. “El problema, es que ningún abogado se quiere hacer cargo de la causa, porque hay varios policías bonaerenses implicados”. El secretario de la Fiscalía General Azul Sergio Hernández, admitió que “la causa está físicamente ubicada en el archivo y la investigación puede ser reabierta sólo si surge una nueva línea”.
Violencia Policial. Graciela señala al Comando de Patrullas. "Yo pienso que la policía quiso desaparecer el cuerpo con químicos, porque los huesos estaban pelados y no tenían ni rastros de piel." A su vez agrega: ¨Mara se prostituía y el único testigo del caso declaró que la levantaron de la calle para una fiesta sexual en el Comando de Patrullas". Nunca supimos más nada.
Olvidos, errores y desvíos convenientes. Los restos de su cuerpo fueron hallados en un descampado sobre la Ruta 226. Los vecinos denuncian que durante varios meses un grupo de policías custodiaba el lugar. Diez años y cinco fiscales. Ningún culpable, ni siquiera un sospechoso. La causa que investiga la muerte de Mara está plagada de errores procesales. La orden de arar el terreno con máquinas municipales 48 horas después del hallazgo de los restos de la adolescente cerró el caso con absoluta impunidad. Ningún fiscal se encargó de reconstruir su vida y los motivos que ocasionaron su muerte.
A Mara le cortaron sus sueños. Antes del crimen, se encontraba realizando un curso en la escuela de peluquería. "Para ir a los comedores comunitarios, a cortarle el pelo a los chicos que no podían pagar", relata su madre. También soñaba con operarse para una reasignación de género. Su adolescencia fue dura, ser pobre, joven y trans era intolerable para la sociedad olavarriense.
Aún hoy, se sigue sufriendo la estigmatización por ser trans. Si bien se cuenta con un avance importantísimo como La Ley de Identidad, no es un dato menor que la policía se siga amparando en los códigos contravencionales para violentar y abusar de las personas trans que se prostituyen.
A diez años de su crimen JUSTICIA PARA MARA.

Tomás Máscolo
Militante del PTS y activista de la diversidad sexual. Editor de la sección Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario.