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Red Internacional
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Brasil // Crisis Política. Dilma enfrenta nueva investigación sobre el presupuesto

Después de algunos días de expectativa, el Congreso dio inicio al trámite sobre el informe del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) que rechazó las cuentas públicas de Rousseff para 2014.

Jueves 22 de octubre de 2015

Fotografía: EFE

La decisión del TCU se leyó en la sesión del Senado el martes 20 y se envió directamente a la Comisión Mixta de Presupuesto (CMO).

El presidente del Senado, Renan Calheiros (PMDB-AL), no logró imponer una maniobra a favor del gobierno que consistía en crear una defensa previa de la presidenta Dilma Rousseff, en un plazo de hasta 45 días. La idea de Calheiros era otorgar este plazo antes de que el dictamen del TCU fuera a la Comisión (CMO), lo que, en la práctica, hubiera permitido al gobierno ganar tiempo.

La CMO tiene un plazo de 77 días para analizar las cuentas de 2014, lo que implica que el juzgamiento quede para febrero de 2016. El presidente de la Comisión, el senador Rose de Freitas (PMDB-ES), informó que sólo cuentan los plazos de la CMO y que el gobierno tendrá 15 días para su defensa en la Comisión. "Dentro de los plazos de la CMO, si el gobierno quisiera defenderse, tendrá un plazo de 15 días. Serán 15 días dentro de los primeros 40 iniciales, que son otorgados para elegir al relator y presentar su informe," afirmó Rose de Freitas.

Los plazos del Reglamento se cumplen o no según la evaluación política. Pero, de acuerdo al Reglamento, una vez recibido el dictamen del TCU en la Comisión de Presupuesto, tiene hasta 40 días de plazo para designar al relator y que prepare su informe preliminar. Luego hay un plazo de hasta 15 días para que el informe preliminar reciba enmiendas de diputados y senadores. Entonces, hay 15 días más para que el relator analice las enmiendas y presente su parecer final. Una vez presentado el parecer final, están previstos siete días más para la discusión y votación del informe.

Entre los nombres considerados para el informe, se encuentra el del senador Raimundo Lira (PMDB-PB), que era el suplente del actual ministro del TCU, Vital do Rêgo Filho, considerado un nombre "seguro" para relatar el proceso. La bancada del PDT defiende el nombramiento del líder del partido, Acir Gurgacz (RO), considerado un senador no tan cercano al gobierno pero quien tampoco haría "ninguna locura." En la bancada del PMDB gana fuerza el nombre del senador João Alberto (PMDB-MA). Cercano del ex presidente José Sarney, se lo considera como un "ejecutor de misiones”.

Juegos tras bastidores para ocultar los ajustes

Aunque no se logre retrasar la tramitación del informe del TCU, Renan Calheiros y toda la base aliada al PT lograron ganar tiempo para el gobierno, lo que no supone contradecir ninguno de los deseos de la oposición. De hecho, la "politiquería" burguesa sigue arrojando arena a los ojos de todos, sustentando toda puesta en escena a favor de la "justicia" y "contra la mal administración pública", al tiempo que oculta cómo los ajustes contra los trabajadores van siendo aplicados.

Ninguno de los principales periódicos imperialistas como el Financial Times, el New York Times o The Economist, se oponen a estos juegos, siempre que no sean un obstáculo para la implementación del ajuste. Quieren en primer lugar “gobernabilidad para ajustar lo más rápido posible", como lo ha expresado el diario británico. Por eso, ninguna de las amenazas cumple su designio final y las operaciones van y vienen desde el Senado a la Cámara de Diputados, de la Cámara al Senado y luego al gobierno u otras instancias gubernamentales para quedar en suspenso hasta que vuelvan a servirle a la burguesía.

Lo más irónico es que la táctica de "sangrar al gobierno" hasta el momento ha contribuido a crear condiciones políticas más inestables, que obligan al PT a reafirmarse en el objetivo que comparte con el PMDB y el PSDB: ajustar a los trabajadores.