Mientras el nuevo Ministro de Hacienda asume prometiendo recortes en los gastos, la Cámara de Diputados acaba de aprobar un aumento salarial para sus integrantes, senadores, la presidencia y jueces.
Sábado 20 de diciembre de 2014

Fotografía: Wikipedia
El salario de Dilma Rousseff y de los ministros de gobierno será de 30.900 reales; senadores, diputados, magistrados del Supremo Tribunal Federal y el procurador general cobrarán 33.700 reales por mes. Actualmente, la presidenta de la República recibe el mismo subsidio que los parlamentarios (R$ 26,7 mil) y menos que los ministros de la Suprema Corte, que ganan R$ 29,4 mil. Según cálculos del diario Folha de São Paulo este aumento salarial provocará un efecto cascada de R$ 3,8 billones. Es difícil calcular los gastos totales, pues reciben además del salario, otros adicionales y auxilios extras.
El Congreso cuesta por año más de un billón de reales. Hay que agregar a la cuenta también a los gobiernos estaduales y municipales, con sus secretariados y cámaras. El poder Judicial es probablemente el más oneroso. Los gastos de jueces son enormes. Puede tomarse como ejemplo un artículo publicado en la red que analiza los gastos de la Justicia en Río de Janeiro en 2011: jueces de tribunales de segunda instancia llegaron a ganar más de 500 mil reales en un mes. Seguramente no sea un caso aislado.
Los privilegios y los altos salarios son el costo por los servicios prestados a los grandes empresarios y los capitalistas. Podemos afirmar que la democracia actual es una “democracia de los ricos”, o democracia capitalista, porque la población es llamada a votar cada dos años pero gobierna de hecho una casta política ajena a los intereses populares. Como gobierna para los ricos, rica debe ser.
El aumento aprobado este final de año es el pago adelantado por el ajuste que comienza a ser implementado contra las condiciones de vida de la mayoría de la población. Es que los que van a llevar adelante los reajustes tarifarios, recortes en los gastos públicos y juzgarán las huelgas y movimientos que se opongan y salgan a pelear como ilegales, autorizando el uso de la policía contra las manifestaciones, deben sentirse satisfechos con sus ingresos.