Este martes comenzó una nueva tanda de despedidos en el Estado nacional. La respuesta no se hizo esperar y comenzaron a organizarse por dependencia. Exigen un plan de lucha unificado y nacional. Milei vende humo, celebrando despidos que nunca ocurrieron y anunciando despidos que sus funcionarios desmienten. Mientras tanto, Andrés Rodríguez de UPCN aclara por los medios que la respuesta será sectorial. Dividiendo ayuda a Milei a reinar.
Miércoles 27 de marzo de 2024 10:15
Imagen: Andrés Rodríguez - Estatales contra los despidos de Macri 26/02/2016
Vendedor de humo y campaña de terror
Javier Milei vendía humo en el Foro Económico de las Américas sosteniendo: “Hemos echado 50.000 empleados públicos. No solo eso, se dieron de baja contratos. Van a caer 70.000 contratos más”. Pero enseguida fue desmentido por sus propios funcionarios, quienes sostuvieron que los despidos por venir eran de 15.000 estatales. Mientras, el diario Clarín recordaba que “el jefe de Estado ya había reiterado en numerosas oportunidades que su gestión había despedido 50.000 trabajadores, pero lo cierto es que en diciembre se dejaron caer nada más que entre 5.000 y 7.000 trabajadores contratados durante 2023 y, según los gremios, fueron aún menos”.
El contraste entre lo que Milei anuncia y la realidad hay que buscarlo en la necesidad de mostrar una supuesta firmeza en sus decisiones, que es difícil de sostener por los resultados políticos obtenidos hasta ahora. Recordemos que no ha podido aprobar la Ley Ómnibus, que fue volteada, entre otros motivos, por la persistente movilización callejera de las asambleas barriales que desafiaron la represión y el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich. Mientras que su DNU fue rechazado en el Senado y aún no se sabe qué suerte puede correr en la Cámara de Diputados. El apodado por Victoria Villarruel como "jamoncito", necesita disimular su debilidad política, dibujando la realidad.
Está por verse, si el contraste entre el número de despidos próximos anunciado por Javier Milei y el que estiman sus funcionarios, se salda a favor del presidente o de sus servidores. Lo cierto es que la cautela de los segundos responde al temor a una respuesta explosiva de los trabajadores y las trabajadoras. Mientras que la urgencia del primero señala el objetivo de golpear a un sector importantísimo de la clase trabajadora para avanzar en sus planes. Lo cierto es que es un grito de guerra y a esta altura debe estar la respuesta de los trabajadores.
Para les estatales cuyos puestos de trabajo están en riesgo, la única respuesta posible es que si tocan a une, tocan a todes. La lucha unificada, las asambleas y la exigencia del plan de lucha y el paro general, son el único camino posible de frenar el ataque.
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Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode...
En las asambleas y reuniones por sector; en el conjunto de las reparticiones públicas donde se comienzan a dar los despidos; se está preparando la resistencia frente a la amenaza de despido inminente. Ahí crece el reclamo de dar una respuesta unificada y contundente, de acciones que unan a los gremios estatales, en primer lugar, a ATE y UPCN, para frenar el plan motosierra del gobierno de Javier Milei.
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El reclamo de la unidad de acción arranca con la exigencia de un paro general estatal que ponga en movimiento a decenas de miles de trabajadores estatales. Plantea, además, la necesidad de impulsar asambleas comunes. Les compañeres ven claramente que el ataque del gobierno es de conjunto y no se puede responder por repartición, sino uniendo todas las fuerzas en una lucha mancomunada. Cuando fueron convocados en la movilización de la CGT a Tribunales contra el DNU o en el paro general convocada por las centrales sindicales el 24 de enero, la participación de los estatales fue masiva. La unidad para luchar exigida desde las bases está al orden del día.
El 8 de Marzo, con el movimiento de mujeres y disidencias, y el 24 de Marzo por Memoria, Verdad y Justicia, las fuerzas de las calles se hicieron notar y con una gran masividad. Fuerzas hay, somos millones los que estamos enfrente de la vereda del gobierno libertario.
Que no te vendan humo. Somos muchos y muchas. Y en unidad se lo puede enfrentar y derrotar.
Mariscales de la derrota
Andrés Rodríguez, secretario general de UPCN, busca erigirse como garante de la división para negociar. En una entrevista radial en el programa Mejor país del mundo, de Radio Con Vos, el también secretario adjunto de la CGT, sostuvo que no se puede hablar de un gobierno unificado en su política contra los trabajadores, sino de "fuerzas heterogéneas" que plantean la necesidad de buscar canales de negociación por repartición.
Para el “Centauro” -apodo que tiene por ser poseedor de costosísimos caballos de carrera-, la estrategia para enfrentar los despidos no pasa por una acción unificada contra el Gobierno, sino por acciones sectoriales para conseguir hacer efectivos esos canales de dialogo. No solo eso, sino que -con modos de matón ofendido ante las preguntas sobre si pensaban responder con un paro general a los despidos- respondió que "la combatividad pasa por solucionar los problemas y no por llamar un paro". Como frutilla del postre, el líder de UPCN, justificó como "una conquista" la existencia de contratos precarios en el Estado Nacional.
Andrés Rodríguez -que recordemos también es miembro de la Sociedad Rural- se erige de esta manera como garante de la división de los trabajadores. Y, por lo tanto, de la ofensiva del gobierno de Milei, que necesita de esa división para poder concretar sus planes de ajuste sobre la Administración Pública Nacional. La política de negociar por sector, de -a lo sumo- hacer acciones sectoriales (a las que reduce a batucadas en la entrevista) se ubica en contra de las exigencias de las bases y las necesidades de les trabajadores para poder derrotar el ajuste y los despidos.
Pero, además, lleva a una línea impotente que, de obtener resultados tangibles, será sobre la base de aceptar listas de despedidos y negociar reincorporaciones parciales y no defender las fuentes de trabajo del conjunto de les compañeres. Expresión de esa línea impotente es que UPCN acaba de cerrar una paritaria para marzo del 8%, que implica una pérdida salarial enorme.
Evidentemente la política de Rodríguez parte de una decisión: no confrontar contra el plan motosierra ni contra el gobierno de Milei. La supuesta caracterización sobre la "heterogeneidad" del gobierno y sus funcionarios es funcional a la idea de que no se trata de una lucha por unir a la clase trabajadora para derrotar al gobierno. Gobierno que expresa abiertamente el intento de imponer -mediante los despidos en el Estado- las condiciones de derrota de un sector importante de les trabajadores, la reforma laboral y previsional y la entrega de los recursos estratégicos del país a los monopolios extranjeros.
Así lo expresó el propio Rodríguez, en su carácter de secretario adjunto de la CGT, en el encuentro de AmCham (Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina). Junto a Héctor Daer dijeron que estaban de acuerdo en abrir las discusiones sobre la reforma laboral, solo que no encontraban con quién dialogarlo en el gobierno.
ATE fuera de foco
Mientras Rodríguez y UPCN establecen los límites sectoriales para las luchas de los estatales, ATE Nacional y ATE CABA no ofrecen ninguna alternativa para canalizar la movilización y la resistencia que desde abajo le reclaman les trabajadores. En las asambleas por repartición se le reclama a ATE no solo que articule acciones en común con UPCN, sino que convoque a un plan de lucha en serio y no a acciones dispersas y divididas y jornadas de lucha testimoniales y sin contundencia.
En la movilización por los despidos en Economía de ese martes, la unidad entre la directiva nacional y la seccional Capital fue impuesta por la base de los trabajadores de Agricultura Familiar, que obligaron a marchar a las puertas del Ministerio. Por otro lado, tanto Rodolfo Aguiar de ATE Nacional como Daniel Catalano de ATE CABA subordinan la unidad a un acuerdo con la cúpula de UPCN que, como vimos, descarta cualquier acción unificada de los trabajadores estatales contra los despidos.
Además, por lo bajo predican la misma línea de abrir canales de diálogo por sector, para discutir reincorporaciones parciales. Ningún llamado a coordinar con todes aquellos que están resistiendo los ataques del gobierno como Télam, Aerolíneas-GPS o unificar a los propios estatales en una asamblea general abierta de afiliados y no afiliados en un estadio o plaza pública para discutir un plan de lucha.
Profundizar la unidad, no dejar reinar
Es necesario que los activistas de las oficinas y sectores, que las asambleas por repartición, que el conjunto de las y los estatales tomemos en nuestras manos la tarea de unificar lo que los dirigentes dividen o no quieren unir. La consigna que nos une es ningún despido en el Estado, familias en la calle nunca más.
Tenemos que tomar la iniciativa en nuestras manos. Ante el primer despido tenemos que convocar a asambleas e imponer junto a las medidas de lucha la necesidad de coordinar con las otras reparticiones, de convocar a todes los que están enfrentado al gobierno, de buscar el apoyo solidario de las asambleas barriales, de Unidos x la Cultura, del movimiento de mujeres.
Tenemos que formar comisiones de despedidos allí donde se producen e ir en busca de las otras reparticiones para convocar por abajo a una asamblea general de estatales sin distinción de afiliación o sin afiliación, para discutir democráticamente como coordinar los esfuerzos, tomar la lucha en nuestras manos e imponer a los dirigentes un plan de lucha unificado y la huelga general. Hacer real mediante nuestra propia actividad que si tocan a une, nos tocan a todes.