A pesar de las amenazas de descuento del gobierno en Amsafe le dijeron no a Pullaro y Goity. La aceptación solo obtuvo 861 votos, mientras que 27.800 se inclinaron por el rechazo. Habrá medidas de fuerza el próximo 8 y 9 de mayo coincidiendo con el paro nacional lanzado por la CGT.
Viernes 3 de mayo
Foto: Prensa Amsafe Rosario
Nuevamente se expresó el malestar docente frente a las políticas educativas y salariales del gobernador Pullaro y el ministro Goity. La moción presentada por la conducción provincial que establecía paro el 8 y 9 de mayo fue apoyada por 13997 docentes, por su parte, la oposición combativa obtuvo 13759 votos.
Sadop también anunció que se suman al paro, mientras que ATE y UPCN también rechazaron la oferta y van al paro.
En la última reunión paritaria el gobierno ofreció un 5 por ciento de aumento para abril y otro 5 por ciento para mayo. Valores muy por detrás de la inflación que se estima en 9 por ciento para el mes pasado. Al retroceso salarial también se suma el intento de implementación del presentismo, la reforma jubilatoria, la suspensión del IAPOS en Rosario y otras localidades, y el robo del 22 por ciento correspondiente a la paritaria 2023.
El gobierno extorsiona con descuentos y presentismo. Es curioso ver a la vice gobernadora en un video de hace algunos años fustigando a Perotti por haber descontado días de paro. Un clásico de la política de los partidos del régimen.
Por el lado gremial, la constante es que la conducción provincial de Amsafe es oficialista de los gobiernos y opositora de la docencia. Le aceptó una oferta miserable del 18 por ciento. Al día siguiente anuncian el presentismo y en la siguiente reunión paritaria no abren la boca sobre tremendos atropellos. Ahí está el acta que firmó Alonso donde no están figura ni un solo reclamo.
El resultado de hoy muestra nuevamente la implementación de maniobras fraudulentas por parte de la conducción provincial. En muchos departamentos las votaciones se realizan sin ningún tipo de fiscalización, sin convocatoria pública y difusión de la asamblea departamental. Así vemos en departamentos donde hay una participación curiosamente masiva y que todos votan la moción oficial. Por ejemplo, en San Javier la única moción presentada saca 291 votos y nadie vota en blanco, nadie se abstiene. Además de que consiguen que voten prácticamente todos los afiliados del departamento.
La licuadora a máxima potencia
El ajuste que recibe la docencia (y el resto de los estatales) está en sintonía con lo que están viviendo el resto de les trabajadores y jubilados. Tres millones de nuevos pobres, cayó 20 por ciento el consumo de la leche, crecen los despidos ante la recesión que ya se empieza a sentir fuerte. La nueva ley bases que impulsa Milei y que apoya Pullaro implican volver a condiciones del siglo XIX.
En el gobierno nacional y los provinciales se apuran a las reformas porque saben que la paciencia social tiene un límite. La marcha universitaria es el primer gran aviso. El paro nacional del próximo 9 es relevante para expresar la bronca creciente. La CGT apuesta a la contención, por eso convoca al paro, pero sin movilización. Durante las sesiones de la ley bases salió a la luz que negociaron con Milei la reforma laboral, lo que explica su pasividad absoluta. La CTA y los movimientos sociales tampoco convocaron a resistir en el Congreso: complicidad por omisión.
Solo los gremios combativos, las asambleas barriales y el Frente de Izquierda convocaron a la movilización y estuvieron en las calles. También los aceiteros de San Lorenzo y Rosario, y los marítimos llamaron al paro y piquetes en las puertas de planta mientras sesionó el Congreso.
Para enfrentar en serio a Milei, Pullaro, el resto de los gobernadores y los grandes empresarios el 9 tiene que ser paro activo. Y las centrales, sindicatos y todas las organizaciones tienen que convocar al paro y movilización el día que se trate en el Senado la ley bases. Con la movilización es posible tirarla.
Para que el conflicto pegue un salto y salga de la dinámica rutinaria, las acciones impulsadas desde la oposición tienen que ser más duras y en unidad con estudiantes, familias y otros trabajadores. Ese es el desafío de Amsafe Rosario en esta nueva etapa del conflicto.