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Red Internacional
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Editorial. Dos caras, dos salidas

Entre el movimiento histórico de las mujeres, y el pacto de la CGT. Editorial del semanario impreso de La Izquierda Diario.

Jueves 20 de octubre de 2016 11:54

Cuando centenares de miles de personas, en su mayoría mujeres, se movilizaban por las calles de Buenos Aires, donde no dejó de llover ni un minuto, y de las principales ciudades del país para enfrentar los femicidios y la violencia de género. Cuando el país se conmovía y cientos de miles marchaban como aquel 3 de Junio del 2015 la primera gran marcha por el Ni una Menos. Cuando el reclamo y la protesta se masificaba ganando las calles en 120 ciudades los popes de la CGT se sentaron con empresarios y gobierno, con el auspicio de la Iglesia para negociar un bono de $2000 solo para privados y no remunerativo, y que no tiene obligatoriedad.

Dos caras. El mismo día que la gente ganó las calles superando las expectativas de las que impulsaron la marcha, la CGT superó su política rastrera, cuando había aceptado $1000 para jubilados de la mínima y para familias que reciban la AUH, al aceptar otra miseria que además deja afuera a la mayoría de los trabajadores (empleados públicos y trabajadores en negro). La CGT mantuvo la tregua a toda costa, incluso generando divisiones internas. El triunvirato está en crisis apenas 2 meses después que se conformó. La inmensa movilización y del paro por las mujeres de la que estuvieron ausentes es más que un símbolo de su alejamiento cada vez mayor de las bases trabajadoras. Schmidt (que junto a Moyano ya levantaron un paro activo por la lluvia), que podría decirse no es el ala más de derecha de la CGT dijo: “Esta medida (del bono miserable) ojalá sirva para reactivar el país, que es lo que queremos”. O sea ni la UIA lo podría decir mejor.

La crisis capitalista no es solo pérdida de puesto de trabajo, de poder adquisitivo del salario y de peores condiciones laborales sino que también se demuestra ante la inseguridad que sufren las mujeres cuando el Estado (nacional y provinciales) no aseguran ningún medio para evitar los femicidios y la violencia de género (como refugios, licencias laborables, subsidios para vivienda y otra medidas de emergencia). Por eso ganar las calles como se hizo este miércoles 19, o la participación de miles de mujeres en el ENM en Rosario hace 15 días son una cachetada a los burócratas sindicales de la tregua. Una demostración contundente que la excusa de la CGT y también de las CTA que no se puede movilizar y llamar a medidas de lucha es solo eso, una burda excusa.

Un movimiento histórico

Dos caras de la Argentina: la miseria del poder gobernante y los burócratas sindicales; y la grandeza del movimiento de masas.

El extraordinario movimiento de mujeres que ganó las calles es para analizar con detenimiento. Después de la caída de la dictadura se expandió el movimiento de Madres y familiares de desaparecidos por encarcelar a los genocidas. A finales de los años 90, los desocupados crearon un nuevo movimiento por el trabajo. Estamos presenciando, con manifestaciones masivas contra los femicidios, un nuevo movimiento de esas dimensiones.

Nuestro país tiene una larga experiencia de acción directa, de movilizaciones de masas, que superan a las organizaciones tradicionales y eso surge cuando hay un agotamiento de las ilusiones en que los sindicatos o los partidos políticos tradicionales puedan dar una salida. La negativa de la CGT a convocar a un paro le ha hecho perder terreno en la opinión de los trabajadores y de la población en general. Por eso los burócratas se han preocupado en tratar de contener a los movimientos sociales que hicieron una marcha importante el día de San Cayetano con el auspicio de la Iglesia. Y quieren “venderse” como garantes de que no haya desbordes o si la situación se deteriora evitar un posible estallido social. La Iglesia, esa vieja zorra, con más de 2000 años de experiencia, con un papa jesuita y argentino, ha prestado atención a la situación donde un tercio de los habitantes están bajo la línea de pobreza y ha citado a empresarios, gobiernos y sindicatos a una concertación, pacto o mesa de diálogo para que nada se escape del orden.

Esa reaccionaria institución, la Iglesia Católica apostólica y romana, solo quiere que los pobres no se rebelen y por eso sale en forma preventiva. Pero esa Iglesia es cuestionada por su posición contraria al derecho al aborto, seguro y gratuito que se cobra la vida de unas 300 mujeres al año. La irrupción de un movimiento de masas encabezado por las mujeres, aunque sin un claro programa, es auspicioso. Es un lugar en disputa. O lo ganan las ideas reformistas para que sea solo un movimiento de presión o se forman alas progresivas que desarrollen un programa de las reivindicaciones de las mujeres, que se radicalice y que se organice para luchar e imponerlo.

La Agrupación Pan y Rosas, conformada por mujeres del PTS e independientes, tuvo un destacado rol en Rosario y también en las movilizaciones que se realizaron el miércoles 19 en todo el país. Las compañeras proponen que para darle continuidad y organización a este movimiento hay que conformar Comisiones de Mujeres en todos los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios.

Ante la traición de las burocracias sindicales es el momento de extender y desarrollar agrupaciones combativas, clasistas, en los sindicatos que se postulen en lo inmediato o a mediano plazo como alternativa de dirección. Allí donde la izquierda hemos conquistado posiciones en comisiones internas y lugares de trabajo, se conquistaron acciones “parando por las mujeres” como en Pepsico, Kraft, aeronáuticos, Hospital Castro Rendón de Neuquén, entre otros lugares. Las agrupaciones combativas que impulsa el PTS junto a independientes se pusieron a la cabeza porque no alcanza con la lucha sindical.

La lucha es política: porque es contra empresarios y su Estado, contra los gobiernos de turno y sus instituciones, la justicia, la policía del gatillo fácil, el espionaje estatal y contra los partidos políticos patronales como el PJ, el FR, PRO, UCR, etc. Los trabajadores deben independizarse de los políticos capitalistas como es el caso del kirchnerismo que posan de progres pero donde gobiernan como Santa Cruz o Tierra del Fuego aplican los mismos planes de ajuste y represión que el macrismo, también el movimiento de mujeres debe ser independiente de los k, ya que durante los 8 años de gobierno de Cristina hubo una férrea negativa a que se discuta en el parlamento una ley que legalice el aborto, por ejemplo.

El único frente político contra la colaboración de clases, o sea en contra de la subordinación de los trabajadores a los capitalistas, es el FIT. El Frente de izquierda y de los Trabajadores conformado por nuestro partido el PTS, junto al PO e IS, convoca a un gran acto en el estadio de fútbol de Atlanta para el sábado 19 de noviembre.

“Salimos a la cancha” como dicen los afiches de invitación. Ante la situación política donde el gobierno de derecha de Macri, con el apoyo de los gobernadores peronistas, aplican un ajuste hay que resistir. Los dirigentes sindicales de la CGT y las CTA, con tregua o mirando para otro lado no hacen nada frente a los ataques a las condiciones de vida. Hay que organizarse para superar a esa dirección vendida.

Los trabajadores y las mujeres serán las invitadas de honor de ese gran acto político del FIT. Entre los oradores habrá mujeres luchadoras como la diputada del PTS en el FIT Myriam Bregman y reconocidos dirigentes sindicales como el caso del ferroviario Pollo Sobrero o del metrodelegado Claudio Dellecarbonara, y dirigentes políticos como Néstor Pitrola y cerrará el acto, Nicolás del Caño.

Hay que potenciar una alternativa por la independencia política de los trabajadores ante la crisis capitalista en curso y frente a los empresarios y el Gobierno, contra la Iglesia, contra la burocracia sindical.

El PTS te convoca a que te organices con nosotros para concurrir a Atlanta. Mostremos la fuerza de la izquierda con una gran concentración el sábado 19 de noviembre.


Carlos “Titín” Moreira

Nacido en Rosario en 1953. Militante en el PST desde los 70, militó en España y Brasil. Fundador del MAS en La Plata y dirigente del PTS. Trabajó en Astilleros Astarsa y Río Santiago. Coordinador de los documentales Revolución y Guerra Civil en España (2006) y Zanon, el hilo rojo (2018).