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Básquet. Duelo de titanes: Magic Johnson vs "Doctor J"

Sábado 29 de noviembre de 2014

"Doctor J" y Magic Johnson: duelo de gigantes en las finales de 1980

Fines de los 70, inicio de los 80. Etapa de transición en la NBA. Las grandes estrellas que dividieron los anillos en la década del pelo afro y los shorts ajustados estaban en sus últimos años. Comandados por el predecesor de Michael Jordan, el alero Julius Erving, más conocido como "Doctor J", jugando por Philadelphia 76ers; el resistente a la ancianidad Kareem Abdul Jabbar (que jugará gran parte de los 80 también); el héroe de los Knicks campeones de 1970, Walt Frazier; Bill Walton de los Portland, "Pistola" Maravich, entre tantos otros. Estaban en un camino de reinado sin sucesión. Pero ya para 1979 se asomaban quienes fueron luego las grandes estrellas del juego showtime de los 80 y 90: Magic Johnson y Larry Bird entraban a la NBA.

Los 70 fueron años en los que no dominó ningún equipo en particular, mostrando la paridad que había. De esa década aún están vivos los últimos campeones de los Knicks (¡Nueva York no tiene un título desde hace más de 40 años!) y de Portland Trail Blazers, que en 1977 ganó lo que es su único título al día de hoy. Entre esos equipos estaba el fuerte Philadelphia 76ers, encabezado por el mejor alero de la década (y quizás de la historia, luego de M. Jordan), Julius Erving, "Dr. J", y por el centro Darryl "Rayo de Chocolate" Dawkins. Los 76ers llegarían a las finales de la NBA tres años hasta conseguir el anillo, tarde, en 1983.

El juego comenzaba a cambiar rápidamente: "Pistola" Maravich haciendo de las asistencias una faceta nueva a explorar en el deporte, con su traslado de balón (dribbling) y pases de faja que eran vanguardia en el desarrollo del juego. Walt Frazier y Willis Reed comandaban el juego de New York Knicks, al que le darían sus únicos dos títulos de la historia. La leyenda cuenta que Reed entró en el último partido de las finales de 1970, totalmente lesionado, y metió las dos primeras canastas, antes de retirarse al banco y no volver a jugar. Con esa moral, los Knicks vapulearon a los Lakers, quedándose con el anillo ese año.

Eran tiempos de más contraataques definidos por la versatilidad, más volcadas y juego aéreo: el "Dr. J" se convertirá en ídolo de masas, incluso de Barack Obama, quien tenía un poster de este alero. Erving podía volcarla desde el tiro libre o hacer una bandeja mostrando la bola con una sola mano. Kareem Abdul Jabbar, el goleador histórico de la NBA, lucía sus gafas deportivas mientras imponía su tiro "intapable": el gancho skyhook. Moses Malone será el primer jugador de la NBA en pasar directamente desde la escuela secundaria a la liga mayor, evitando la universidad...

Mientras ellos imponían una nueva forma de jugar en los 70, que es una anticipación del showtime posterior, los viejos ídolos como Wilt Chamberlain, Oscar Robertson y Cía estaban en sus años de retiro.

En 1979 comenzaba a llegar un nuevo afluente de la universidad. Dos de ellos se destacaban en la cúspide, Larry Bird y Earvin "Magic" Johnson. Desde el College venían cruzándose, incluso en la final de la NCAA (National Collegiate Athletic Association), ganada por el equipo de Magic. Será un duelo que se adueñará prontamente de toda la década de los 80. Pero para eso, primero había que enfrentar a la vieja escuela. Era la transición perfecta: de 1980 a 1983, “lo viejo que no quiere morir y lo nuevo que no termina de nacer”, entremezclado. Veamos qué pasó en el primer año de esa década.

1980. Las finales eran entre Philadelphia vs Lakers. Épico. Aquí es donde Doctor J hará el mejor doble de la historia. Es el cuarto juego de la serie, y Erving ataca el aro desde el costado derecho del poste alto, ante la marca de Landsberger. Supera la línea del defensor, pero le sale Kareem Abdul a tapar. Dr. J agarra la bola con una mano, y la pasa por detrás del tablero para encestar la canasta por el otro lado. No se puede relatar, ni escribir, hay que verla para entender quién era y qué hacía el ídolo máximo de los 76ers. Serie empatada 2 a 2.

De vuelta a Los Ángeles, partido cerradísimo. Abdul Jabbar se lesiona el tobillo pero sigue jugando todo el juego. Gracias a él se gana 106-103 y pasan al sexto partido, allá en Filadelfia. De ganar los 76ers habrá séptimo partido. Con Jabbar lesionado, el cuerpo médico y de entrenadores de los Lakers deciden reservarlo por si hay un séptimo juego en Los Ángeles. Cuenta la historia que es el propio Magic Johnson, el base del equipo y novato, quien le dice al entrenador que él quiere jugar de pívot en reemplazo del carismático lesionado. El entrenador le responde con una carcajada. El base habla en serio. En el avión de partida hacia ese juego se termina de definir la nueva táctica, a favor de la propuesta de Magic. Y allí comienza la leyenda Johnson.

Desde el salto inicial ya se lo verá a Magic en la ubicación de centro-pívot. En ese partido Magic Johnson es imparable. Defensas en el poste bajo, posteos en la ofensiva, corridas de contraataque y asistencias como base. Hará las veces de Jabbar, imitando su gancho skyhook. Lo usará varias veces a lo largo de su carrera, con estilo propio: a ese tirito lo apodarán el babyhook. En realidad Magic jugó en todas las posiciones. Recibió faltas a gusto y piacere, convirtiendo sin marrar los 15 tiros libres. El total estadístico lo dice todo: 42 puntos, 15 rebotes y siete asistencias.

Final 123-107 para los Lakers. Todo el estadio enmudecido. Julius Erving dirá de la actuación del novato: "Es impresionante, simplemente impresionante". A Magic, quien tenía de ídolo al propio Jabbar, del cual opinaba que era "el atleta más fantástico del deporte", se lo verá en la foto, con su cara de pibe y su pelo mota tomado de la copa del campeonato en el vestuario. Le dedicará el triunfo a su amigo y compañero: "Esto es para ti, Big Fella" (apodo de Jabbar).

Épico. Magic comenzaba su leyenda, mientras "Doctor J" la pelearía unos años más. De la mano de Magic nacía el showtime, ese que mostró otros duelos inolvidables contra Larry Bird, Isiah Thomas y Michael Jordan. Pero esas son otras historias...