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TRABAJO INFANTIL. El 20,1 % de niñas y niños de zonas rurales del NOA trabajan

La población rural de niñas y niños que trabajan tiene una situación de vida durísima, trabajo esclavo, en pésimas condiciones, deserción escolar, etc. Todo en pleno siglo XXI. Los grandes ganadores son las patronales bajo la mirada cómplice de los gobiernos y el Estado.

Gastón Remy

Gastón Remy Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.

Martes 13 de noviembre de 2018 00:00

La Encuesta de Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes 2016-2017 que realizó el INDEC da cuenta de una dura realidad que atraviesa a amplias franjas de los menores de edad en todo el país.

Las provincias que comprenden las regiones del NOA y NEA registran los índice más altos de trabajo infantil, una realidad, que se comparte con los niveles de pobreza, indigencia y precarización laboral.

La encuesta ENNA hace un estudio que divide a la población en dos grandes grupos de edad, 5 a 15 años, y de 16 y 17 años, de acuerdo a la legislación que prohíbe el trabajo infantil y sólo comprende autorizaciones especiales. Además ENNA analiza el trabajo infantil en el ámbito urbano y rural.

Metodología de clasificación del trabajo

Caracteriza el trabajo en dos grandes grupos: 1) actividades productivas y 2) actividades no productivas (estudio, formación, cultura, cuidado personal). Dentro de las “actividades productivas” se destacan a su vez dos grandes áreas.

La primera contempla la “producción económica” que es considerado por el Sistema de Cuentas Nacionales al momento de medir el PBI, o sea, la riqueza que se genera en un año en el país. Aquí encontramos a la producción comercial y a la producción no comercial, esta última, se refiere a la producción de bienes por cuenta propia y a construcción y reparaciones importantes por cuenta propia.

La segunda área, “producción no económica” que comprende el “servicio doméstico no remunerado” y actividades de voluntariado y servicio comunitario, que no son consideradas dentro del cálculo del PBI. (Ver cuadro más abajo).

Trabajo rural

En este primer artículo me voy a referir al trabajo rural de niñas y niños de 5 a 15 años. Con una comparación de algunos indicadores para el total del país y, en particular, la región NOA donde la última se hizo público el escándalo a partir de un artículo del diario El Tribuno que hacía mención a la autorización por parte del gobierno provincial de trabajo infantil en el tabaco.

Si bien las autoridades del gobierno que encabeza Gerardo Morales dieron algunas explicaciones parciales, la preocupación continúa, más aún porque en el tabaco existe una realidad muy dura de trabajo infantil y trata de personas desde hace décadas.

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Algunas cifras del trabajo infantil en el campo

De 5 a 15 años, el 19,8 % realiza alguna actividad productiva a nivel nacional y, en el caso del NOA, son apenas superiores con el 20,1 % de la población infantil.

Si desagregamos las actividades productivas encontramos que las actividades orientas a producir solo para el mercado el NOA comprende al 5,9 % de la población de 5 a 15 años, mientras que a nivel nacional es el 7 %.

Sin embargo, en las actividades productivas de autoconsumo y domésticas intensivas el NOA supera al promedio nacional, 11,2 % y 8,7 % respectivamente, respecto de 9,8 % y 8 % a nivel nacional.

Rubros

La ENNA clasifica el trabajo infantil en algunas actividades, que aquí publicamos las que concentran los mayores porcentajes, por ejemplo, “ayudó en un negocio, oficina, por dinero o propina”, el 14 %; “cultivó o cosechó productos de huerta, de una fina, campo de cultivo, granja o quinta para vender”, el 13,7 %; “ordenó o cuidó animales de granja o de campo, para venderlos o vender sus productos”, el 12,2 %; “ayudó en la construcción o reparación de otra vivienda”, el 8,5 %; “Vendió algo en la feria, en el barrio, en la calle, en el tren, colectivo, subte”, el 6,3 %; “Atendió un horno para hacer ladrillos o carbón o un horno de tabaco”, el 5,2 %.

División sexual del trabajo

El trabajo para el mercado de niñas y niños tiene una marcada división sexual, el 71,1 % lo realizan varones y el 28,9 % mujeres. La contracara es el trabajo doméstico intensivo, los niños varones representan el 43,1 % y las niñas el 56,9 %.

Todo un reto a quienes hacen lobby contra la Ley de Educación Sexual Integran con el latiguillo de la “ideología de género”.

Condiciones laborales

Las niñas y niños que realizan alguna actividad laboral lo hacen un 65 % ayudando a sus padres o algún familiar y, como parte de esta labor, el 15 % lo hace para un patrón y el 50,1 % por cuenta propia. Aquí puede verse como si bien prevalece la actividad de cuenta propia dentro de algún lazo familiar, los patrones privados utilizan aún en pleno siglo XXI trabajo infantil.

El promedio de inicio de edad laboral es de 11 años y por semana es trabajan un promedio de 11,1 horas, siendo que los varones trabajan 12,3 horas y las mujeres 8 horas.

El 17,8 % de las niñas y niños trabajan en una chacra/finca o en el campo, mientras que el 14,7 % lo hacen en la calle o medios de transporte con los riesgos que eso implica.

El 31,2 % de las niñas y niños que trabajan denuncia que hace mucho frío o calor y el 16 % que hay polvo, el 6 % que hay malos olores, entre los principales problemas que encuentran en el ámbito laboral.

Remuneraciones

Mientras el 62,9 % de los niños de 5 a 15 años perciben alguna remuneración en ingresos, el 31,6 % no percibe remuneración alguna, ni monetaria ni en especie. Es alarmante que un tercio de los niños y niñas que trabajan lo hagan en condiciones de absoluta esclavitud.

Para el período 2016-2017 cuando se realizó la encuesta el promedio de ingreso mensual de las niñas y niños de 5 a 15 años es de tan solo 540 pesos.

Trabajo y Educación

De las niñas y niños de 5 a 15 años que realizan actividades para el mercado el 10,9 % no asiste a la escuela en todo el país y, en la región NOA, el sector que no asiste es del 5,4 %.

Dentro de los principales motivos de deserción escolar de las niñas y niños el 34,2 % lo hace por “dificultades, desinterés, desaliento”, problemas de acceso a la oferta educativa, falta de colegios, cupo, etc. representa al 25,1 % y las “dificultades económicas” representan al 17,1 %.

Nuestras vidas, valen más que sus ganancias

El futuro de las niñas y niños no puede quedar en manos de los patrones ni de sus gobiernos. Si en pleno siglo XXI el trabajo infantil no da tregua se pone nuevamente en evidencia que el capitalismo no va más.

La única posibilidad de enfrentar el ajuste y la miseria de las políticas del FMI solo puede darse construyendo una organización anticapitalista propia, que recupere los sindicatos y centros de estudiantes, uniendo a los ocupados con los desocupados, y prepare las condiciones para poner fin a este estado de cosas propias del capitalismo.


Gastón Remy

Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.

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