El ayuntamiento de Madrid emite la "tarjeta de la vecindad" un documento con pocos derechos que supone una continuidad de la enorme separación entre el discurso "integrador" del Ayuntamiento de Madrid y la realidad de su racismo institucional.
Clara Mallo Madrid | @ClaraMallo
Sábado 21 de julio de 2018
Foto: Sindicato de manteros y lateros de Madrid.
El ayuntamiento de Madrid emite la "tarjeta de la vecindad", un documento que según explica el Ayuntamiento, podrá ser solicitado por las personas extranjeras mayores de 18 años que "no pueden acreditar documentalmente su residencia habitual" en la capital, que lleven más de seis meses y que previamente se hayan empadronado en los centros de servicios sociales, los recursos especializados municipales y las asociaciones especializadas "avaladas" por el Distrito. La materialización de esta tarjeta ha generado indignación entre los colectivos que pelean polos derechos de las personas sin papeles en la ciudad, los cuales tachan de engaño. La tarjeta supone una continuidad entre la enorme separación entre el discurso "integrador" del Ayuntamiento de Madrid y la realidad de su racismo institucional.
Ahora Madrid y sus políticas de "inclusión"
Lejos quedan las promesas electorales que Manuela Carmena hacían en la campaña electoral de 2015. En las elecciones municipales de ese año Ahora Madrid consiguió imponerse en la capital e iniciar el mal llamado "gobierno del cambio". Pocos meses hicieron falta para comprobar que las promesas en las que confiaban trabajadores y sectores populares para terminar con los recortes, el paro y la precariedad, eran papel mojado si no se cuestionaban los poderes reales del capitalismo español y su aparato de Estado. La falta de voluntad política fue evidenciándose punto a punto de su programa: De la Auditoría y quita de la deuda ilegítima se pasó a colocar a Madrid como ejemplo de pago de la deuda; La ciudad libre de desaucios prometida nunca llegó, estas semanas hemos vistos como los vecinos de Lavapiés salían a la calle para evitar una ola de desahucios; la remunicipalizacion de servicios públicos quedó en nada; igual que ocurrió con la paralización de los pelotazos urbanísticos que no han cesado; o su rechazo a cualquier medida que avance en el cierre del CIE de Aluche. En definitiva muchos han sido los ejemplos con los que los madrileños hemos podido comprobar en la práctica el incumplimiento de las promesas de Ahora Madrid.
En estos tres años de gobierno Ahora Madrid potenció un discurso de ciudad de acogida, solidaria e integradora en la que todas y todos "tenían cabida" -ya no sabemos si esto suponía también derechos-. Sin embargo está claro que discurso integrador, al igual que el resto de sus puntos programáticos, se quedan, efectivamente, en un discurso.
Carmena potenció la imagen de Madrid como ciudad refugio cuando se abrió la Crisis de los refugiados. Con cinismo expuso (y sigue exponiendo) su "Refugees Welcome" pero la realidad de su solidaridad con los refugiados que llegaban por el este tras la crisis Siria se limitó a aceptar y gestionar el cupo de refugiados que “corresponda” -dictaminado por las instituciones europeas-. Poco o nada dijo Carmena en ese momento de los refugiados que llegaban del sur, a los que las instituciones europeas no reservaban ningún espacio.
La persecución a todos los "sin papeles" y en especial a los vendedores ambulantes y lateros es otra de las políticas continuadoras de Manuela Carmena. Algo que ya venían denunciando redes de inmigrantes y otras organizaciones como el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid era la persecución constante y hostigamiento que viven estos trabajadores en Madrid. Una situación cotidiana que quedó tristemente evidenciada cuando el pasado mes de marzo Mmame Mbage, trabajador de la venta ambulante, fallecía en una calle del barrio madrileño de Lavapiés, tras sufrir una parada cardiorespiratoria durante el transcurso de una persecución policial.
La última de las evidencias de la política nada integradora de Carmena es la recién presentada Tarjeta Ciudadana. Aparece ahora a menos de un año de las próximas elecciones y a tres años de que Ahora Madrid llegara al consistorio. ¿Pero en qué consiste esta "tarjeta de la vecindad"?
Según a explicado publicamente el Ayuntamiento, el documento podrá ser solicitado por las personas extranjeras mayores de 18 años que "no pueden acreditar documentalmente su residencia habitual" en la capital, que lleven más de seis meses y que previamente se hayan empadronado en los centros de servicios sociales, los recursos especializados municipales y las asociaciones especializadas "avaladas" por el Distrito.
Las personas que posean la tarjeta de la vecindad solo tendrán acceso a los servicios públicos que presta el Ayuntamiento, entre ellos los servicios sociales, o los relacionados con la salud, cultura y deportes. Pero no ocurre lo mismo con los de la Comunidad, así la tarjeta no permite, solicitar un abono de transporte público. Tampoco tienen posibilidad de acceder a un contrato de trabajo ya que no equivale a un DNI, ni tiene validez frente a instituciones.
Sin embargo estas cuestiones no cambian mucho la realidad de las personas "sin papeles". Como explicó uno de los primeros titulares de esta tarjeta en el acto publico en el que se entregaron los primeros documentos "no sustituye al DNI ni el permiso de residencia o de trabajo ni reconoce situaciones que corresponden al Ministerio del Interior, ya que no identifica a la persona sino su condición de vecino de Madrid".
La iniciativa implantada como "respuesta" a las problemáticas no ha contentado a muchos de los colectivos de inmigrantes de Madrid, como el Sindicato de Manteros y Lateros. A través del portal del Sindicato de manteros y lateros de Madrid han hecho un primer pronunciamiento sobre esta medida en el que aseguran que "El Ayuntamiento de Madrid ha sacado una tarjeta que no recoge ninguna de las demandas que hemos planteado desde los colectivos. Queremos políticas inclusivas reales no falsa publicidad de un Ayuntamiento inconsciente de su propio racismo institucional."
Malik, integrante de este sindicato comentó a Izquierda Diario que para ellos el Ayuntamiento "no ha recogido ninguna de las reivindicaciones del colectivo. Lo hemos tomado como una tomadura de pelo. Lo único que quieren hacer el Ayuntamiento es hacerse fotos con los inmigrantes, hacerse publicidad. Han sacado una tarjeta que es una basura, que no sirve para nada".
Otra de las organizacones, Interlavapiés, se pronunció del mismo modo ante la noticia "Desde la Red nos parece que la tarjeta de ciudadanía no vale para gran cosa. Hay que seguir luchando por facilitar el empadronamiento y por que se sigan respetando los derechos de todxs. Las medidas cosméticas sirven para la prensa, no para las personas "
2) además de un engaño a las expectativas de las personas sin papeles. Un discurso que habla de Madrid como ciudad de acogida mientras las gentes que llegan desde la frontera sur tienen que dormir en la calle o acogidos por redes ciudadanas o de la iglesia
— La Red Interlavapiés (@r_interlavapies) 19 de julio de 2018
Esa tarjeta no recoge ninguna de las reivindicaciones que tienen los inmigrantes madrileños. En Madrid el movimiento de “sin papeles” cansado de las políticas institucionales criminales viene organizándose por importantes reclamos: el cierre del CIE de Aluche; el cese de la persecución policial a vendedores ambulantes y en los barrios; por el acceso a los servicios sanitarios; por el derecho al trabajo; y por la consecución de papeles. Todos estos omitidos por el Ayuntamiento de Madrid.
La lucha por la abolición de las leyes de extranjería, contra el racismo institucional, la represión policial, la política migratoria europea que deja morir a miles en el mar y en las alambradas. La lucha por la consecución de papeles para todos, para que se garantice el derecho a subsistir con un trabajo digno, y por el cierre de los CIEs es hoy tremendamente necesaria en un momento en que vemos como el drama del mediterráneo se recrudece y las políticas represivas hacia los inmigrantes se están endureciendo aún más.
Potenciar un gran movimiento que enfrente las medidas represivas de los gobiernos, las guerras e intervenciones imperialistas, el racismo institucional y la xenofobia dentro y fuera de las fronteras, así como la plenitud de derechos para los inmigrantes, es nuestro reto, algo que solo podrá desarrollarse de manera independiente a todos los poderes que sustentan este sistema opresor, represor y explotador.