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Red Internacional
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LITERATURA Y DEPORTE. El básquet democrático

Verano, un enero piadoso, una cancha en un parque público, una ciudad basquetbolera. El parquet de las canchas oficiales descansa sin actividad. Jóvenes basquetbolistas sin competencia por el receso estival, aficionados, amateurs y “viejitos”, se acercan a esta cancha con piso de cemento, redes hechas con cadenas y una impronta que huele a libertad.

Sábado 6 de febrero de 2016

17:30, sólo tirando al aro, una sesión de tiros y movimientos libres. El aburrimiento de una tarde de verano en la ciudad entra en su ocaso. Parece que los pibes se están tardando hoy. Ahí está, llega alguien, “hola, como va”, saludo de manos (¿nos fajamos el otro día con éste?). Bueh, no importa, hoy amigos.

Seguimos cada uno con su “naranja” y continuamos ensayando nuestros movimientos predilectos. Cinco, diez minutos, no da para más. Empieza el “uno contra uno”. Tranquilos como “quién no quiere la cosa”, sin exigirnos empezamos carretear.

Llega otro jugador y empiezan a manifestarse reglas espontáneas, implícitas y/o democráticas. Siendo tres seguimos con el “uno contra uno a la ganadora”, a diez puntos, el que pierde sale y entra el otro. Aparece por primera vez una Gran Regla, ejecución de tiros libres para determinar casi todo, en este caso sólo para ver quien arranca con la primera posesión. Ya comenzado el juego llega otro jugador, podemos suspender el juego o terminarlo, depende la onda che. Así que siendo cuatro es fácil, dos contra dos, podemos tirar libres para determinar los equipos. Los que meten juegan juntos, los errantes por su lado.

El aburrimiento hace rato se terminó, empiezan a caer gotas de sudor más comprometido. Se modifica el marcador y es a 20 puntos. Llega un quinto elemento, espera paciente el desenlace, del equipo perdedor deberá salir uno para que ingrese este nuevo jugador. Podemos acudir a la Gran Regla para ver quien sale de los perdedores, o bien dejarlo a voluntad de ellos mismos. Ok, seguimos y arriba otro, el sexto, estabilidad democrática, tres contra tres. En este caso, la formación de los equipos empieza a ser importante, se tiran libres para formarlos o bien se suman uno para cada lado. Se analizan implícitamente altura, edad, peso para hacer parejo el asunto. Si llega el séptimo ya sabemos como seguir resolviendo mediante los mecanismos ya expuestos y si hay un octavo llegamos a cuatro contra cuatro. Todavía en media cancha. Llega el noveno, espera que la “asamblea” resuelva orgánicamente y cuando llega el décimo abrimos el juego a “un toda la cancha”.

Ya corriendo libres por todo el rectángulo siguen llegando jugadores, uno, dos, tres los que sean. Esperan su turno. El partido es ahora diez puntos, dado que se considera hacerlo dinámico para que los que esperan no se aburran. Ya sabemos que del equipo perdedor saldrá el número de jugadores que haga falta, mediante ejecución de libres o a voluntad. Llegan aún mas gente, cuando se superan los 15 se puede dividir la cancha y hacer 5 contra 5 en cada aro o siguen esperando la resolución de los partidos.

Vale aclarar que mientras se desarrollan partidos en toda la cancha, hay quienes aprovechan a que la acción se realiza en el otro aro para tirar y calentar. Es típico ver a familias con sus pequeños que también tienen derecho a jugar a aprovechar los aros de esa manera. De todas maneras hay como una especie de “horario familiar” que va desde temprano hasta las 18 mas o menos hasta que llegan los “grandes” y copan la parada (mancha democrática). De todas maneras no cargaremos contra los compañeros basquetbolistas y si contra la falta de gestión del municipio y otras GRANDES celebridades de este deporte que aquí nacieron, y que de un vuelto de sus bolsillos podrían hacer un par de canchas más.

En fin, para ir terminando, podemos decir algo del estilo de juego. Es más bien norteamericano, mucho despliegue individual, piruetas y si el partido es media cancha, el que mete sigue. Si bien esto estimula lo individual por sobre lo colectivo, no lo veo tan mal. Los pibes se animan a más y ensayan nuevos movimientos poniendo a prueba su potencial. Sabemos que cuando vuelvan a la actividad en sus clubes, sus entrenadores les van a exigir lo contrario, orden, disciplina, pases, solidaridad y defensa. Es nuestra escuela muy férrea en eso.

Así termina enero, empieza febrero y a mitad de mes, cuando empiecen la pretemporadas en muchas categorías formativas, quizá haya menos “players” en esta cancha. Pero tampoco tanto. Siempre va a haber un distinto que haga doble, hasta triple turno para venir acá, este “vuelo” no se consigue en cualquier lado.