El Gran Buenos Aires, especialmente en su zona sur, fue clave para los triunfos de Alberto Fernández y Axel Kicillof. Cómo queda la Legislatura. La presentación del futuro gobernador dejó entrever los primeros roces en las huestes provinciales de Todos.
Walter "Pata" Moretti @patamoretti
Jueves 31 de octubre de 2019 00:00
Con el resultado cantado que dejaron las PASO de agosto, lo único sorpresivo de las elecciones generales del domingo pasado fue la significativa “resurrección” electoral de Macri. El #SíSePuede caló en las provincias donde reinan los agronegocios -como las -del centro del país- y en CABA, donde se concentran las grandes corporaciones y el capital financiero, es decir en los ganadores del macrismo que arrastraron detrás suyas a las clases medias y altas. Pero esa remontada se chocó de frente al llegar al pobre Conurbano bonaerense.
En el GBA sur (Tercera Sección) la fórmula Fernández - Fernández aventajó a Macri por más de un millón y medio de votos, y Axel obtuvo una ventaja de un millón sobre Vidal. En la Primera Sección (la zona norte del conurbano) también triunfó el Frente de Todos, pero la ventaja rondó en los 500 mil votos.
En los distintos distritos que integran la Tercera Sección la ventaja fue sideral; en la mayoría de ellos rondó entre los 20 y 30 puntos de diferencia, e incluso en algunos la diferencia superó los 40 puntos porcentuales -tal como sucedió en Florencia Varela y Presidente Perón, donde la ventaja alcanzó el 47%-. A su vez Juntos por el Cambio perdió la mayoría de las intendencias sobre las cuales, a partir del 2015, había conformado su “cabecera de playa” en el conurbano bonaerense, hasta que llegó el tsunami. Todos triunfó en Quilmes, Pilar y Morón. En Lanús el peronismo también ganó, pero Grindetti zafó la intendencia por un gran tijeretazo.
Enorme derrota que no los deja tan Juntos
La levantada de Macri por un lado, y la catástrofe electoral vivida en el conurbano por el otro, reabrieron la grieta entre un Macri que ahora dice que “nunca había soñado ser el jefe de la oposición” (en realidad eso está por verse) y la gobernadora Vidal, quien desde las usinas de Marcos Peña es acusada de no haber realizado el mismo esfuerzo al realizado por el actual presidente. Pero la verdad que no es una cuestión de esfuerzo; más allá de lo que la gobernadora hizo o no después del golpazo que sufrió en las PASO, en el GBA se expresó un profundo hartazgo con el gobierno de Macri y Vidal.
Antes de esta situación inesperada, Vidal ya había comenzado a transitar el camino para encabezar el rearmado de Cambiemos; el acto de cierre de campaña fue elocuente con su consigna “Ahora Nosotros”, pero la “resurrección” de Macri abre un camino más sinuoso en el cascoteado mundo cambiemita. La gobernadora se garantizó una relativa representación parlamentaria “para seguir haciendo política en la provincia”.
La nueva Legislatura
A pesar del abultado triunfo, Axel Kicillof va a gobernar con minoría parlamentaria. Esta mayor paridad en la próxima Legislatura se explica por el ajustado triunfo que Juntos por el Cambio obtuvo en cuatro de las cinco secciones que se extienden a lo largo y ancho del interior bonaerense, con la excepción de la Sexta Sección. En el resto el actual oficialismo triunfó por uno o dos puntos, lo que le permitió defender su posición parlamentaria, ahora concentrada en nuevos diputados y senadores más fieles -al menos por ahora- a su posición política.
En relación al Senado provincial, Juntos por el Cambio ocuparía 26 bancas y el Frente de Todos se quedaría con 20. Situación que obligaría a Verónica Magario, como futura presidenta de la Cámara, a negociar con la oposición cambiemita que seguramente desde allí intentará trabar las iniciativas del gobierno peronista. El vidalismo ganó en fidelidad parlamentaria, pero así y todo no se pueden descartar nuevas fugas de legisladores.
En Diputados a nivel provincial el Frente de Todos ocuparía la primera minoría con 45 representantes, mientras Juntos por el Cambio reunirá 43. Hasta ahora el peronismo contaba con 46 diputados divididos en cinco bloques distintos, y hoy la unidad de ellos no está garantizada. Desde hace tiempo Sergio Massa se viene pronunciando por mantener el bloque del Frente Renovador.
Veremos cómo se acomodan las piezas en la nueva legislatura provincial, que por lo pronto hace seis meses que se mantiene cerrada.
La presentación de Kicillof y la pelea por las sillas
Luego del alto protagonismo alcanzado en los festejos realizado el domingo a la noche, Axel Kicillof realizó al otro día su propia presentación junto a Verónica Magario en la sede del peronismo en la ciudad de La Plata.
La conferencia de prensa estuvo cruzada por el trillado discurso del futuro gobernador, pero el hecho fue la inaugural disputa por los primeros lugares a ocupar entre el equipo de profesores universitarios que rodean a Axel y los intendentes del conurbano, quienes finalmente se quedaron con las principales sillas. El contraste de la escena era muy significativo.
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En la provincia los chispazos seguramente volverán a la hora de definir el próximo gabinete. Por ahora Kicillof se ha mostrado dispuesto a reducir sus miembros y a mantener el monopolio del área económica. Mucho no se conoce aún, pero dos nombres que suenan fuerte son los de los empresarios José de Mendiguren y Ariel Aguilar, este último empresario del cuero que fue un activo participante en la campaña de Axel.
Expectativas y futuros desengaños
La caótica situación que vive el Conurbano, golpeado por los bajos salario y la precarización laboral, los mayores índices de desocupados del país, extendidos bolsones de profunda pobreza, en la rotunda precariedad de los jóvenes, las mujeres y clases medias bajas cada vez más arruinadas, dio lugar a un contundente resultado que a su vez expresa las expectativas que millones depositaron en el “malmenorismo” de un Frente de Todos que cada vez abre más seguido el paraguas frente a la herencia de tierra arrasada que, dicho sea de paso, es responsabilidad de Vidal pero también del mismo peronismo que gobernó durante 28 años y cogobernó los últimos cuatro, garantizando el hundimiento de la provincia. El “industricidio” y el colosal endeudamiento que Kicillof se cansó de denunciar en la campaña también fue obra del viejo pejotismo que hoy se camufla en el Frente de Todos.
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Las expectativas de hoy pueden generar mayores desilusiones en el futuro próximo, y más temprano que tarde la lucha de clases contra el pacto social tendrá que expresar lo suyo. Allí estaremos nosotros desde un primer momento; más allá de haber sido afectados electoralmente en el marco de una elección muy polarizada, mantenemos un diputado provincial y desde el FIT Unidad y el PTS hemos realizado una formidable campaña militante que permitió un mayor conocimiento político y muestras de simpatía que seguramente se valorizarán y se convertirán en nuevas fuerzas ante la nueva experiencia que las masas reiniciarán con el peronismo en el gobierno. Para eso nos preparamos.
Hasta el próximo jueves.
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Walter "Pata" Moretti
Junta Interna de ATE - Ministerio de Desarrollo Social PBA