En su segunda temporada se presenta "El Cruce, farsa sindical". Esta propuesta combina dos universos: por un lado una comedia antigua griega y por el otro el mundillo sindicalista como lenguaje teatral.
Martes 22 de mayo de 2018
Ante un reclamo gremial liderado por mujeres de una fábrica textil se desata el conflicto. Ellas exigen igualdad de derechos. Frente a la falta de respuestas deciden llevar a cabo una huelga sexual. Precisamente haciendo alusión a la comedia Lisístrata, de Aristófanes, en la cual las mujeres proponen dejar de tener sexo con sus maridos como medio de protesta frente a un conflicto bélico. Para enriquecer el universo un coro sofista interviene en la acción dando cuenta de lo que estamos observando, evidenciando la acción dramática, interviniendo, vaticinando con una mirada picaresca, por momentos bufonesca.
“El Cruce, farsa sindical” tuvo la distinción de ser seleccionada en el marco de Nuestro Teatro 2014, ciclo homenaje a “Teatro Abierto” bajo la dirección de Lía Jelín en el teatro Picadero.
Esta farsa tiene los más jugosos condimentos de la patria peronista. Desde la imagen del general Perón, representando esa figura paternalista como así también la rosca, los favoritismos, la lealtad al movimiento, la persecución con ciertos tintes mafiosos y la sumisión de la clase trabajadora a su líder. Elementos que aparecen de manera satírica.
Es interesante la caracterización de “el Pocho”, delegado gremial con su campera negra de cuero fetiche, tan emparentada con los líderes sindicales de las décadas ´80 -´90. Podría suponerse en principio como un símbolo de austeridad. Pero en la obra cobra otro sentido, constituye un legado generacional. Si bien en la política la ideología no se hereda, el peronismo tiene la mística de un sentimiento, se siente y por ello hay que defenderlo como un equipo de fútbol, bancarlo en las buenas y en las malas.
Vale mencionar que el modelo sindical en nuestro país tiene su origen en el primer gobierno peronista. Por aquellos tiempos había poderosas organizaciones gremiales con millones de afiliados. Se caracterizaba por un importante poder en la organización y negociación. Este modelo implicó fundamentalmente la estatización de los sindicatos, consolidación de una burocracia sindical de fuerte poder y una pérdida de la independencia política de los trabajadores.
Por otro lado, si nos remontamos más atrás en tiempo, a los orígenes del movimiento obrero, existían distintos agrupamientos (socialistas, anarquistas, sindicalistas revolucionarios) que se encontraban enfrentados al poder estatal. Más allá de sus estrategias, todos ellos mantenían la independencia respecto del Estado y los partidos patronales. Además en los sindicatos la afiliación era voluntaria y no había dirigentes rentados. El peronismo, por su parte trajo grandes concesiones para liquidar la autonomía de los sindicatos. Transformó a la CGT en apéndice de la política estatal, en el principal mecanismo de mediación con el Estado y de contención a la clase trabajadora.
En "El Cruce" aparecerán condimentos sórdidos del peronismo detonados a partir de la lucha de las mujeres por sus derechos, su auto-organización, subordinada al patriarcado sindical. Todo esto sumado a la sátira bufonesca aparición del coro sofista que le da aire y frescura a la situación.
Nos es casual que el tema central sea la lucha de las mujeres, ya que ellas son las que presentan mayor inequidad en sus condiciones laborales, con salarios inferiores, peores condiciones y excluidas mayoritariamente de las organizaciones sindicales para pelear por sus derechos laborales, y además constituyen uno de los sectores más explotados de la clase obrera mundial.
Ellas aparecerán como movimiento dinámico de cambio y resistencia. Lograrán conquistar sus derechos a pesar de una organización sindical misógina y antidemocrática. Son el verdadero motor. Como se está expresando en estos últimos años en las calles partir del #NiUnaMenos y el actual debate por el derecho al aborto.
De esta manera “El Cruce” nos invita pasar un grato momento en una puesta donde se destaca un potente manejo de los ritmos brindando dinamismo y logrando entretener en todo momento, sumado a las excelentes actuaciones. Como si esto fuera poco, nos recibirán con un rico vermut como aperitivo de bienvenida que ya desde el comienzo sitúa al espectador en un ambiente tan cálido como fraternal.
Ficha técnica
Dramaturgia y dirección: Fabricio Rotella
Actúan: Nacho Bozzolo, Marcos de las Carreras, Fernando De Rosa, Mariela Finkelstein, Gonzalo Gutierrez, Emiliano Lopez, Rodrigo Martínez Eguizábal, Natalia Mena, Leandro Morcillo, Mariana Terrafino, Luciana Vieyra
Vestuario: Martín D´Agosto
Escenografía: Jair Bellante
Diseño de luces: Federico Ramón
Asistencia general: Alfredo Aguirre, Ludmila Man
Producción técnica: Turko González, Pablo Yurrebaso
Producción general: C.A.F. (Compañía Argentina de Farsantes)
Dirección musical: Lucas Avigliano
El Cruce, farsa sindical
Viernes 22:00hs. Vermú / 22:15hs. Función
Sociedad de fomento y biblioteca popular Gral. Benito Nazar - Antezana 340 (C.A.B.A.)