El sábado 7 de noviembre se llevó adelante una jornada solidaria con las familias que luchan por una vivienda digna en Libertador. El Encuentro de Artistas y trabajadores de la cultura también se unió al grito de #TierraParaVivir.
Domingo 8 de noviembre de 2020 19:14
En la toma hay alrededor de 300 familias que viven, literalmente, en casillas de plástico y chapas sobre la tierra. Una imagen que vemos en distintos lugares a lo largo del país, y con el ejemplo de lucha de las familias de Guernica que continúan la pelea por tierra para vivir, en contra de la represión y el brutal desalojo que sufrieron por parte de la policía al mando de Berni y Kicillof.
Así como en Guernica, en Libertador dan una pelea por un derecho fundamental y negado para miles de familias trabajadoras y pobres: una vivienda. Dan una pelea con el Estado y también contra empresarios, como el genocida Blaquier, que se apropian de las tierras, las acumulan, incendian nuestros montes y aumentan día a día sus ganancias a costa del trabajo y la pobreza de miles de obreros y obreras. Allí, en la toma, están quienes hacen las casas y no tienen una, quienes trabajan la tierra y los acusan de usurpadores por habitarla.
En la jornada estuvieron presentes estudiantes de la universidad, jóvenes trabajadores precarios, trabajadores de la salud precarizados y organizados en “Salud desde las bases”, que hicieron la segunda posta sanitaria, docentes de la agrupación 9 de abril, docentes que llevaron la donación votada en asamblea de Adiunju y también estuvimos presentes desde el Encuentro.
Los juegos empezaron en círculo, una ronda sostenida con el equilibrio de todos los cuerpos sobre una tela enorme: “aquí vamos a jugar todos juntos, si uno suelta, nos caemos todos. Como aquí, somos parte de una misma lucha, todos la sostenemos” fueron algunas de las palabras de Andrea y Delfín –artistas y docentes – que coordinaron un taller de Circo para niñes al que se sumaron, a jugar y reir como niñes, compañeres jóvenes , vecinas y mamás de la toma. Nuestra compañera Paula coordinó un taller de Educación sexual integral con niñes que participaron activamente expresando con voz bien alta y a manito arriba sus reflexiones.
Luego, cerca de caer la tarde pero con un sol que continuaba acompañando rojo y radiante, hubo una pequeña varieté con una improvisación en danza en la que tomaron el escenario niñes que bailaron como algo más, como otro juego, fusionando en un instante lo que anhelamos tanto: arte y vida.
El final fue con función de compañeres de “Circo en Movimiento” pero sumando a su elenco nuevos pequeños artistas circenses y un presentador chiquitito y de lujo: Liam, que hizo acrobacias, banderas, malabares, presentó a los artistas, actuó y dejó resonando sus palabras cuando en la ronda abrazada del final compartíamos cerquita “un momento lindo” en el equipo para hacer con fuerza la función: “que soy feliz con mi mamá y los amo.”
Volvimos a nuestras casas con cansancio emocionado, con un compromiso y una convicción que se reafirma hoy, más que ayer: Nuestro arte, lo que amamos hacer, se potencia cuando es junto a quienes luchan, a pequeñitos y pequeñitas que sueñan y dibujan cómo será su casa, que construyen el barrio con bloques de juguete, que prometen hacer un circo.
Estamos convencides de que es urgente, como dijo Norman Brisky: “generar una estética que responda a una lucha de gente que no tiene nada”. Y muchas veces, cuando nuestros juegos, escenas, músicas, colores y canciones asoman en estos espacios “donde se nos obliga a establecer el grito” nos reafirmamos. Refirmamos quiénes somos, qué hacemos aquí y hacia dónde queremos ir.
Vemos un panorama muy difícil, donde los gobiernos nacional y provincial van a seguir queriendo descargar sobre los hombros laburantes toda la crisis, que están decididos a reprimir a mujeres y niñes si alguien se anima a luchar por sus derechos. Y ahí queremos estar, como en la ronda al final de la jornada, juntos a las familias, jóvenes, mujeres y trabajadores, porque también sabemos que antes, mucho antes de asumirnos artistas, somos hermanos y hermanas de clase.
La vivienda es un derecho como la salud y la educación. Estamos convencides de que el arte y la cultura también lo son, tenemos derecho a expresar de todas las formas posibles e imposibles nuestra subjetividad, a crear y producir arte, inventar nuevas estéticas. Derecho a imaginar el mundo que queremos, mostrarlo lleno de colores y pelear por él. El arte es un juego, un juego riguroso, y asumimos ese desafío porque estamos de acuerdo con Tato Pavlovsky cuando afirma:
no se puede jugar a medias
si se juega se juega a fondo.
para jugar bien hay que apasionarse
El sábado jugamos a fondo, y con esa pasión decidimos continuar, poniendo el cuerpo donde hay que estar. Jugándonos el todo por el todo, jugando en serio, para tomar la tierra y el cielo por asalto.