En estos días se dio a conocer la noticia del abuso sexual contra 89 menores que cometió Alfonso Pedrajas, alias “Pica”, sacerdote español que, entre 1972 y 1987, trabajó en el internado del Colegio Juan XXIII, de la población Villa Granado, en Cochabamba. Pica falleció el 2009 y dejó un diario personal donde confiesa estos crímenes.
Lunes 8 de mayo de 2023
Este hecho se hizo denuncia cuando, en agosto de 2022, Fernando Pedrajas, sobrino de “Pica”, dio a conocer los abusos del sacerdote al directorio del colegio y también al directorio de los exalumnos. Sin embargo, esta denuncia quedó archivada hasta que en estos días una publicación del diario español El País hizo público este hecho de pederastia gracias al mail enviado al mencionado periódico por el sobrino.
Ante este suceso el Ministerio Público ha conformado una comisión especial de fiscales para investigar este caso que no sólo habría sucedido en Cochabamba, sino en otros departamentos de Bolivia. Lo cierto es que a raíz de esta denuncia han empezado a aparecer otros casos, pues, como bien sentencia el dicho cuando se hace referencia a un organismo putrefacto: donde se pone el dedo, salta la pus. En el diario personal de Pica, de 356 páginas, además de relatar todos los abusos sexuales cometidos, también confiesa los nombres de cómplices y encubridores. Tal es el caso de un sacerdote que fue condenado en España por abusar de una niña de 8 años quién lejos de ser condenado fue enviado a Bolivia para continuar cometiendo abusos contra menores junto a Pica.
La complicidad de una Iglesia que calla y que termina favoreciendo a los incontables casos de pederastas entre la jerarquía de la Iglesia Católica, es un modus operandi que tiene esta institución en todo el mundo. No se trata de que son algunas “manzanas podridas” como justifican, son miles y miles los casos de abuso que han cometido los miembros destacados de la cúpula católica. Hay muchos casos en Australia, EEUU, Chile, Irlanda, Estado Español, Canadá, etc., etc., y más etcéteras, que han contado con el encubrimiento de las máximas autoridades de Roma, y que en cada país se ha impuesto una gran resistencia para que salgan a la luz.
La Iglesia Católica es una institución completamente reaccionaria que a lo largo de la historia ha cumplido un rol criminal y de terror. No lejos está la santa inquisición y el apoyo que ha dado a las dictaduras de Franco, Pinochet, Videla y ni hablar de los acuerdos que tuvo con Hitler y Mussolini. Sin embargo, no hace falta irse tan atrás. Solo recordemos el rol de las iglesias durante el golpe de Estado del 2019. No se puede olvidar que bendijeron y alentaron con crucifijos y rezos las masacres contra el pueblo trabajador y los sectores populares. Recientemente intentaron montarse sobre la legítima huelga de las y los maestros del Magisterio Urbano buscando convertir la protesta por mayor presupuesto educativo en una manifestación derechista, conservadora y contra la urgente necesidad de la educación sexual integral.
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No basta con que los jerarcas de la iglesia salgan a pedir perdón como lo ha manifestado el monseñor Percy Galván, ni se trata -como señala- de que “Donde hay que corregir, hay que corregir y donde hay que enderezar, hay que enderezar”, es pura hipocresía, es puro encubrimiento.
Recientemente, el diario El País, publicó una entrevista a Pedro Lima, ex jesuita de Bolivia, quién fue expulsado de la “orden” luego de denunciar los abusos sexuales. Pero es tan impune la Iglesia, que en medio de todo esto, hay que resaltar lo sucedido este domingo 7 de mayo en Cochabamba donde el monseñor Oscar Aparicio en una misa llevada a cabo en la catedral declaró: “Recemos por todos aquellos que tienen tanta adversidad, tanta contrariedad. Recemos, en concreto de estas situaciones concretas también, por ejemplo, por la Compañía de Jesús, que hoy está vapuleada, o por la Iglesia, misma diciendo que todos son…. se alzan tantas voces, ¿no es cierto? Contra sacerdotes, contra la Iglesia, estigmatizando a la Iglesia misma y a los sacerdotes o a la Compañía de Jesús” (Diario Opinión, 07/05/2023).
Esto pone en evidencia el papel cómplice de la alta jerarquía de la Iglesia Católica. De lo que se trata no es de enderezar o reformar una institución retrógrada, decadente, medieval, sino extinguirla. Un paso hacia ello es empezar por poner presos a todos lxs cómplices, autores y encubridores, de los abusos a lxs niñxs.
Evidentemente esta institución cumple la función de reproducir las ideas de la clase dominante ya que “Su objetivo es dar una justificación (religiosa) ideológica a la esclavización de la mayoría por parte de una minoría”, pues como señalaba Marx en la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel: “Este Estado, esta Sociedad produce la religión. [...] Es la realización fantástica del ser humano, porque el ser humano no tiene una verdadera realidad. La guerra contra la religión es, entonces, directamente, la lucha contra aquel mundo, cuyo aroma moral es la religión. La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por la otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo”.
La Ley 1161 de Libertad Religiosa, Organizaciones Religiosas y Creencias Espirituales, que busca garantizar la igualdad de derechos religiosos como lo establece la Constitución boliviana, representa el marco legal que permite, como señaló el excanciller Diego Pari, "la no injerencia del Estado", el respeto a la autonomía de las religiones y el respeto al derecho propietario que tiene la Iglesia Católica en Bolivia sobre los bienes muebles e inmuebles de sus obras de educación, salud y obras sociales. Según un informe que publicó el diario La Razón en noviembre de 2010, se da cuenta de que “el clero tiene 1.469 establecimientos educativos, 178 centros hospitalarios, 262 centros asistenciales y 250 hogares. Además, cuenta con 1.600 parroquias, entre capillas y santuarios como Copacabana, Quillacollo y la Iglesia del Socavón. Este informe revela que por estas infraestructuras la orden católica no paga impuestos ni patentes por la actividad que realiza”, ni hablar de otros privilegios que tiene el clero.
Las, los y les marxistas revolucionarios no compartimos visiones religiosas, pero respetamos el derecho al culto individual. Sin embargo, en este contexto se hace urgente la separación total y efectiva del Estado respecto de la Iglesia. ¡Fuera las manos de la iglesia de la educación pública! Luchamos por una educación para que les niñes y adolescentes puedan conocer su cuerpo y aprender a cuidarlo, valorar la afectividad, reconocer la perspectiva de género, reconocer la violencia machista y prevenirla, respetar la diversidad y ejercer sus derechos.
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No vamos a silenciar nuestra crítica a un pensamiento oscurantista que intenta imponerle a la sociedad sus privilegios como sagrados y sus concepciones en perjuicio de la vida de las mujeres y las diversas identidades de género y sexuales, así como sus prácticas confesionales en las escuelas públicas. Hay que expulsar a la Iglesia del cuerpo de las mujeres. ¡Aborto libre, legal, gratuito y seguro! ¡Educación sexual integral en las escuelas en lugar de religión! Y por supuesto, los abusos a menores no pueden prescribir y tienen que ser investigados hasta el final, hasta que la “justicia” castigue a todos y cada uno de los culpables.
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¡Basta de exenciones fiscales! La iglesia no paga impuestos de sus bienes inmuebles, ni de muchos otros. Por lo mismo, tenemos que tomar medidas que planteen la expropiación de todos sus bienes, de todos sus privilegios y de todas las ventajas que le da el Estado. Pero al mismo tiempo, tenemos imponer impuestos a las grandes ganancias y la reducción del presupuesto a la policía y a las fuerzas armadas, porque luchamos por la disolución de los aparatos represivos del Estado para destinar el presupuesto de estos para mejorar la calidad de la salud y la educación, y para generar más fuentes de trabajo sobre la base de la reducción y distribución del tiempo de trabajo.
Todo el discurso antipatriarcal, antimperialista y anticolonial del gobierno del MAS al representar una falacia durante casi dos décadas se hizo añicos. El año 2012 cuando la Iglesia cristiana evangélica Ekklesía distinguió a Evo Morales como "Líder de 2012 en Bolivia", el expresidente manifestó que "Algunos me declaran como ateo, pero por primera vez digo públicamente que en la madrugada o a medianoche rezo a mi padre, a mi madre que me dieron esta vida. Creo en mis padres, creo en nuestra madre también y creo también en nuestros dioses". Han pasado casi 17 años desde que el gobierno del MAS implementó el llamado proceso de cambio, sin embargo, parafraseando al escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa podríamos decir que el MAS “Cambió todo para que no cambie nada”.
Por todo esto, y porque la historia lo demuestra bien, no son casos aislados, la Iglesia Católica de manera sistemática ejerce su poder político y económico para encubrir estos crímenes eclesiales. En este sentido, desde la agrupación feminista socialista y de las diversidades sexuales y de género, Pan y Rosas; la Liga Obrera Revolucionaria LOR-CI y La Izquierda Diario Bolivia llamamos a organizarnos y movilizarnos de manera independiente tanto del Gobierno como de la oposición de derecha, para exigir justicia para todas las víctimas de la Iglesia. Toda nuestra solidaridad con las víctimas y sus familias.