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Red Internacional
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Refugiados Grecia. El Gobierno griego detiene a los refugiados para expulsarlos a Turquía

Desde que entró en vigor el pacto de la UE con Turquía miles de refugiados han seguido llegando a las costas griegas. Allí son registrados y detenidos para su posterior expulsión.

Josefina L. Martínez

Josefina L. Martínez @josefinamar14

Miércoles 30 de marzo de 2016

Foto: Refugiados cortan vías en Idomeni, Grecia, 28 de marzo, EFE/Georgi Licovski

Detenidos en Lesbos

Foto: Voluntarios protestan frente a al campo de refugiados en Moria (Grecia), jueves 24 de marzo de 2016.EFE/STRATIS BALASKAS

Hombres solos, familias enteras, mujeres, bebes y niños no acompañados siguen llegando a la isla de Lesbos, atravesando el mar Egeo desde Turquía. Hasta hace poco, ese era el primer paso en un largo viaje hacia el centro de Europa por la ruta de los Balcanes. Ahora todo ha cambiado. Al llegar a Lesbos son detenidos y enviados a centros de retención donde pueden pedir asilo o ser deportados directamente a Turquía.

Un antiguo establecimiento militar donde hasta hace unas semanas funcionaba el campo de refugiados de Moira ha sido convertido en un centro de detención “cerrado” con fuertes controles policiales. Para eso fueron expulsados del campo la mayoría de los voluntarios que estaban colaborando con los refugiados.

Las ONG Médicos sin Fronteras y Save the children se retiraron del centro diciendo que no iban a colaborar con el plan de expulsión de las personas que piden asilo. Esta última organización denunció que los centros de detención ponen a los refugiados en una situación de “detención ilegal”.

La peor situación es la de las personas que han escapado de Pakistán, Marruecos, Afganistán y otras nacionalidades, no sirios, que tienen más posibilidades de ser deportados directamente a Turquía.

Voluntarios y periodistas que han logrado ingresar al campo de Moira en Lesbos (aunque el paso está restringido) informan que la comida es insuficiente, muchos refugiados deben dormir en el suelo compartiendo carpas con una decena de personas y sin las mantas necesarias para paliar el frío.

Este miércoles el Parlamento griego votará una “adaptación” nacional del pacto de la UE con Turquía, declarando a ese país “Estado seguro” para los refugiados. De este modo zanjará los requisitos legales para poder devolverlos a ese país masivamente. Al declarar a Turquía “Estado seguro” para los refugiados, el parlamento griego pasará por alto la situación de explotación y precariedad extrema que viven los refugiados en ese país. Pasará por alto también el aumento de la represión por parte del Estado turco contra la oposición política, la prensa y la ofensiva militar contra la población kurda, con más de 60 toques de queda y asesinatos de cientos de activistas.

Atrapados en Idomeni

Foto: Un grupo de migrantes y refugiados protestan en un campamento improvisado en Idomeni (Grecia) en la frontera con Macedonia, pidiendo la apertura de la frontera, 28 de marzo de 2016, EFE/GEORGI LICOVSKI

El día lunes por la noche se produjeron incidentes en Idomeni cuando la policía intentó desalojar por la fuerza a un grupo de refugiados que cortaba las vías como forma de protesta. Durante el día habían corrido rumores de que la frontera iba a abrirse y se repartieron panfletos anónimos anunciado que se podría cruzar por otra ruta, a través de Albania. Esto generó mucha incertidumbre y tensión.

En Idomeni, en la frontera norte de Grecia con Macedonia, más de 12.000 refugiados siguen hacinados sin poder seguir viaje y sin saber qué hacer. Según informan voluntarios y periodistas desde el lugar, esta semana comenzaron a llegar buses para trasladar a los refugiados a centros de acogida y registro en otras zonas de Grecia, pero solo un millar han sido trasladados.

Una refugiada siria comentaba a Euronews que estuvo en uno de esos centros en Grecia, pero lo abandonó para volver a Idomeni: "Era un campo militar, estábamos rodeados por oficiales del ejército. No es posible moverse libremente y si quieres irte es necesario hacer papeleo y otras complicaciones".

El gobierno griego se ha transformado en el brazo ejecutor de la política xenófoba de la Unión Europea, deteniendo y expulsando a los refugiados que llegan huyendo de la guerra.


Josefina L. Martínez

Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.

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