Se trata de una medida que alcanzaría únicamente a las trabajadoras y trabajadores regularizados, un sector cada vez más exiguo mientras crecen la precarización y el trabajo informal.
Martes 3 de mayo de 2022 08:51
A pocos días de su flamante paternidad, el presidente Alberto Fernández, desde la Casa Rosada, anunció que envió al Congreso un nuevo proyecto de Ley, llamado Ley Cuidar en Igualdad. El mismo prevé una reforma al sistema de licencias a través de una modificación de la Ley de Contrato de Trabajo. Propone extender las licencias por maternidad, paternidad y adopción. Las licencias alcanzarían a monotributistas, monotributistas sociales y autónomos.
Actualmente la Ley de Contrato de Trabajo establece que aquellas personas con capacidad de gestar que tienen un empleo en relación de dependencia tienen una licencia de 90 días paga por el Estado. En el caso de los progenitores no gestantes solo gozan de dos días de corrido. Argentina es uno de los países de Latinoamérica con mayor desigualdad en lo referido al régimen de licencias, por debajo incluso de lo establecido como recomendable por la Organización Internacional del Trabajo, que es de 98 días para la progenitora.
Según el proyecto, para los progenitores o progenitoras no gestantes, la licencia irá creciendo progresivamente de 15 días a 90 ¡en 8 años! Un derecho otorgado a cuentagotas. Para las personas que lleven adelante el embarazo, la licencia se extenderá a 126 días desde el día que se apruebe el proyecto. Para adoptantes se reconocen por primera vez los derechos de licencia, que contemplaría 90 días desde el momento en el que se apruebe el proyecto.
Más allá de que la ley avanza, aunque tardíamente, en un mayor equilibrio para garantizar los tiempos de cuidado requeridos en las primeras semanas de vida del recién nacido, lo cierto es que alcanza a una porción muy minoritaria de las trabajadoras y trabajadores.
Mientras el gobierno se jacta de que baja la desocupación, oculta que crece la subocupación y el índice de ocupados demandantes, dos categorías que señalan una degradación del tipo de empleo que se consigue en Argentina. Eso, sumado al crecimiento de los empleos informales, son lo que está en la base del fenómeno que el gobierno denomina "recuperación". Se trata de las actividades del comercio informal en la vía pública y los transportes, pero también de ramas de actividad con alta incidencia de trabajo no registrado como la gastronomía, las trabajadoras de casas particulares o los trabajadores de la construcción. La inmensa mayoría son jóvenes en edad reproductiva y mujeres a quienes no alcanzarán los beneficios del nuevo proyecto de licencias, como tampoco gozan de los derechos históricos más elementales que conquistó la clase trabajadora.