El diario El Mercurio mintió, busca borrarnos a nosotras las mujeres, de la histórica jornada que protagonizamos en las calles exigiendo NI Una Menos a nivel nacional e internacional.
Viernes 21 de octubre de 2016
Este jueves, desde temprano, en todos los medios de comunicación se desarrollaban extensas coberturas de lo que fue la movilización nacional y las distintas concentraciones que se desarrollaron bajo el lema #NiUnaMenos. Fueron más de 150 mil mujeres solo en Santiago y miles más en las distintas regiones, movilizándose contra los femicidios y la violencia sistemática que vivimos cotidianamente.
El Mercurio conocido medio del sector más reaccionario y de la Derecha, este jueves quiso invisibilizar y quitar relevancia a la histórica movilización que las mujeres protagonizamos. No solo en Chile, sino también en Latinoamérica.
En su portada, de manera grotesca, el diario del gran empresario Edwards puso una imagen explícitamente intervenida, con el objetivo de poner al centro de la noticia los supuestos " enormes incidentes" que habrían caracterizado la marcha acá en Santiago. De esto, poco y nada quienes dimos fuerza a la movilización podemos creer y legitimar. ¿Qué es lo que busca realmente este medio? ¿Qué objetivos quiere poner este medio en la retina del lector?
El Mercurio se caracteriza por naturalizar las relaciones de opresión y explotación en la sociedad, por sobre todo, el estado y la relegacion a espacios de lo privado que nos han impuesto a las mujeres. Un medio reaccionario y legitimador de la moral de la Iglesia chilena y los sectores más conservadores y acomodados, no puede sorprendernos que busque criminalizarnos y hacernos invisibles, cuando hemos comenzado a dar pasos mas firmes y profundos en cuestionar el estado actual de nuestra vidas y de la violencia sistemática que no solo los "hombres comunes" han desarrollado sobre nuestros cuerpos. Sino que también hemos comenzado a cuestionarnos y movilizarnos sobre la violencia que el estado, la iglesia, el gobierno y los partidos patronales ejercen sobre nosotras cotidianamente en nuestros espacios laborales y de estudios.
Cuando las mujeres comenzamos a organizarnos, ningún conservador, menos si es de Derecha, rico, capitalista y explotador queda impávido. Les molesta nuestra presencia, les provoca rechazo nuestra unidad como hermanas de clase, en las calles y en cada lugar que busquemos levantarnos, les incomodan nuestras preguntas, exigencias y denuncias. Comenzamos a generarles miedo, porque saben que cuando una mujer avanza, por sobre todo, si somos las mujeres que el capitalismo golpea con sus leyes y moral, también con nosotras se abre la posibilidad a que nuestros compañeros hombres de la misma clase, la oprimida y explotada de la cual hoy somos parte, comiencen a avanzar, cuestionarse y a organizarse para derribar lo que por siglos empresarios, políticos corruptos y mangantes han fortalecido para sostener sus privilegios a partir de la violencia sobre nosotros, y de esto El Mercurio sabe.