Legisladores del fellnerismo se muestran junto a trabajadores y propician el diálogo con el gobernador Gerardo Morales que descarga el ajuste con persecución.
Martes 14 de junio de 2016
Durante la semana pasada los legisladores provinciales del PJ fellnerista se mostraron junto a distintos sectores de trabajadores, una aparición fugaz, luego de su ausencia total ante los más de 1.200 estatales despedidos en los municipios desde diciembre o el fuerte retroceso del salario frente a la inflación. Sin dejar de resaltar su silencio frente a la cruzada del gobierno de Gerardo Morales, sobre dirigentes opositores comenzando por aquellos de su propia coalición electoral, como Milagro Sala electa al Parlasur por el FPV, que se encuentra detenida desde enero por realizar un acampe.
La densa calma del fellnerismo sólo la alteró el arrebato de su conducción partidaria por parte del vicegobernador, Carlos Haquim, referente del massismo jujeño con quien mantienen una pulseada en la Justicia, bajo la amenaza de intervención del partido provincial por parte de las nuevas autoridades nacionales del justicialismo.
En esta reaparición, el PJ buscó una primera foto en el sindicato del Ingenio La Esperanza, luego de una masiva movilización por las calles de la ciudad de San Pedro en donde los obreros y sus familias volvieron a manifestar su rechazo a los despidos que prepara la Ley que redactara el gobernador Gerardo Morales.
En esa oportunidad el PJ-FPV propuso a los trabajadores presentar un recurso de inconstitucionalidad ante el proyecto de Ley de “Reconversión Productiva del Ingenio La Esperanza”, al argumentar que no se respetó el estatuto de la legislatura que exigía la votación a favor de 32 diputados para lograr su aprobación, y no los 29 que finalmente levantaron la mano a favor y permitieron el avance de la Ley.
La propuesta de llevar el reclamo a la Justicia, ya de por sí resulta una trampa, puesto que el gobernador Morales amplió el número de jueces para contar con una mayoría que le responde directamente a él. No se trata de un “olvido”, sino por el contrario, el PJ llama a confiar en la Justicia, a la vez, que lo hace para con el gobernador Morales. Así lo hizo el diputado y titular de UPCN, Luis Cabana, quien llamó a los trabajadores de La Esperanza a continuar el diálogo con el gobernador (y desandar toda medida de lucha), aún luego que él mismo hiciera explícita su decisión de despedir 800 trabajadores del Ingenio para que sea atractivo al momento de venderlo a un empresario.
La segunda foto, de los diputados del fellnerismo fue con dirigentes de ATE, ante quienes se comprometieron a mediar por la falta de respuestas a sus pedidos por parte de Gobernador. El encargado del diálogo sería el mismo Luis Cabana, quien además expresó su preocupación por los despidos en los municipios y por el trabajo precario, tal vez, en un deja vu de su responsabilidad gremial al mando de la Unión del Personal Civil de la Nación.
Su propuesta, lejos de partir de una ley para frenar los despidos y exigir la reincorporación de los despedidos, apunta a recordarle al Gobierno que se apliquen leyes del fellnerismo aprobadas durante 2013 y 2014 con el fin de modificar la situación de los trabajadores que hace años esperan la estabilidad laboral y la planta permanente. Recordamos que estas leyes no modificaron en nada la situación de precariedad de 6 de cada 10 empleados estatales hasta hoy día, esta también es parte de la herencia del gobierno de Fellner.
Otra ayudita del peronismo para Morales
Estas misceláneas del PJ, ocurren en momentos en que el gobierno de Morales (y más marcadamente Macri) acusa cierto desgaste ante su política antiobrera haciendo votar una Ley para despedir 800 obreros azucareros, o sostiene los despidos de municipales y estatales, en un marco de fuerte persecución a la oposición sindical y política. En una especie de sin “querer, queriendo”, el PJ-FpV sale a cubrir el flanco izquierdo del gobierno radical-massista, ubicándose como interlocutor del descontento de los trabajadores, tratando así de evitar que este malestar pase a mayores, que los trabajadores expresen la bronca con el paro y la movilización, y de paso, sumando puntos en su carrera electoral hacia el 2017.
Este rol auxiliar del PJ-FpV no sorprende. No solo porque fueron quienes desde el oficialismo gobernaron desde 1983 la provincia al servicio de las grandes patronales del azúcar como Blaquier, mineras y tabacaleros, (los mismos que hoy festejan con Cambiemos) y quienes se enriquecieron con los síndicos durante los 16 años de la quiebra del Ingenio La Esperanza. Sino también son quienes votaron como parte del bloque de diputados del PJ (Héctor Tentor y Guillermo Snopek) que encabeza Diego Bossio, al igual que los senadores fellneristas (Walter Barrionuevo y Liliana Fellner), el pago millonario a los buitres que ordenó Macri con nuevo endeudamiento que paga el pueblo trabajador. O redactaron el Código Contravencional en la provincia que ahora Morales aplica para perseguir a la juventud y aplastar el derecho a la protesta.
Una defensa consecuente de los puestos de trabajo en La Esperanza, en los municipios y de los derechos de los trabajadores en la provincia, no va a venir de los integrantes de la oligarquía política jujeña. Ellos hacen correr en los sindicatos sus intereses llevando agua para su molino. Por el contrario, la fuerza para hacerles frente se encuentra en la unidad de los trabajadores en plena independencia política del radicalismo y del peronismo, confiando en sus propias fuerzas, y exigiendo lo mismo al momento de definir los planes de lucha a sus conducciones sindicales. El PTS-Frente de Izquierda pelea por esta última perspectiva.