Las y los docentes de artes debemos contar con plenos derechos laborales somos esenciales para construir aprendizajes significativos aún en tiempos de pandemia. Nuestra labor también implica educar conforme a las necesidades de las y los alumnos y dotar de herramientas para que los niños puedan entender la realidad y actuar en consecuencia.
Martes 23 de junio de 2020
Imagen: Mural por la educación de Denst Caracol Volador y Cromos
Desde antes de la pandemia la cuestión de los contenidos educativos ya era un tema de debate, sin embargo durante estos últimos meses bajo la enseñanza a distancia se pone de manifiesto la necesidad de reflexionar sobre lo que se enseña y para qué.
El debate sobre los contenidos es aprovechado por las escuelas privadas para diferenciarse del sistema público sosteniendo su negocio a través de la promoción del desarrollo de las y los alumnos a través de la educación en las artes y cultura además del manejo de idiomas y otras actividades que se ofrecen como servicios.
Sin embargo, estos servicios que pueden ser atractivos para madres y padres de familia que buscan una “educación de calidad” no toma en cuenta la precarización que enfrentan profesores especializados en las artes. Su profesión es devaluada y enfrentan la mercantilización de las artes en clases presenciales mientras que en tiempos de cuarentena las consideran no esenciales en la formación académica.
La mayoría de las y los docentes especializados en artes ya enfrentaban precarización con nulos derechos laborales, abusos y arbitrariedades pero en medio de la crisis sanitaria esta situación se agudiza, pues han sido suspendidos ilegalmente sin salarios con la promesa de recuperar su trabajo cuando se autorice la vuelta a clases presenciales en el nuevo ciclo escolar o han sido despedidos.
Les presentamos la séptima entrega de testimonios de docentes en el sector privado.
Hace tiempo el sistema educativo descubrió en las artes otra pedagogía que ayudaba generosamente al proceso aprendizaje de niños y niñas.
La educación artística, entendiéndola en su riqueza -artes plásticas, danza, música, teatro, etc.- ha tenido un valor fundamental, no sólo en el llenado del currículo.
En estas materias los alumnes encuentran un refugio del mundo, una manera de expresarse y re-encontrarse con ellxs mismxs, aprende a lidiar con la frustraciones al "fracaso", entienden de manera práctica a desarrollar su voluntades, vencer sus obstáculos, trabajar en comunidades, explorar su creatividad.
Muchos de nosotrxs como artistas hemos sido llamadxs a las instituciones para dar una mirada fresca sobre la pedagógica tradicional, precisamente para que estas competencias sean desarrolladas, para que la clase de artísticas no sea la que algunxs tuvimos: un maestro con muy buenas intenciones pero sin pasión por las artes que terminaban por llegar a ser "la materia barco", la que "no sirve para nada" porque claro nuestras realidades capitalistas nos dicen que el arte es para unos cuántos y esos cuántos no son como nosotrxs o peor, que las artes son para muertos de hambre sin aspiraciones que nunca llegaran a ser algo más que "maestros" de artísticas.
En fin, los prejuicios son demasiados y, a pesar de que el arte ha tomado su lugar como lo que es "un derecho humano", nosotrxs las maestras y maestros de arte seguimos siendo invisibles incluso cuando amemos y entreguemos el corazón para que nuestrxs alumnxes sean consumidores de arte o despertemos la semilla de que existe algo más allá que el pragmatismo de la sobrevivencia donde sólo los más poderoso parecen tener derecho a vivir.
Que soñar es posible y es nuestro derecho pero a cambio de esa labor, más allá del amor a lo que hacemos. ¿Cómo se protegen nuestrxs derechos? ¿Quién los garantiza? Nos seguimos preguntando... (Maestra de artes de escuela privada)
Maestra de música en escuela privada
Dejé de trabajar desde el 18 de marzo, no me pagaron, ni me apoyaron con nada, ya que mi contrato es por horas y esa ha sido su justificación. No sé cuándo regresaré a trabajar, pero lo más seguro es que sea hasta septiembre, medio año sin ingresos.
Maestra de artes en escuelas privadas
Trabajaba en dos escuelas privadas y enfatizo en "trabajaba", porque una de las escuelas me envío de "vacaciones indefinidas" mientras pasa la pandemia. Cuando hablé para definir mi situación me dijeron que "yo tenía contrato por horas clase presencial y como no hemos podido tenerlas pues no se me puede pagar". Aclaro que llamé para saber si me habían despedido o no, nunca me lo pudieron responder, además que ni siquiera me dieron la opción de "escuela en casa", ya que imparto Artes supongo que soy prescindible.
En la otra escuela, debo estar "agradecida" porque sí me tomaron en cuenta y participé en "escuela en casa" una labor sumamente agotadora pero ya no tengo otro sustento. No me puedo quedar sin nada sin importar la carga de trabajo que no corresponde económicamente, me redujeron horas y por tanto mi sueldo a pesar de trabajar 12 horas- y no, no hablo exclusivamente de estar sentada impartiendo cátedra- habló de adecuar, adaptar, responder correos, generar materiales propios, calificar, planear y repetir.
Dentro de mis privilegios estoy en la disyuntiva de estar agradecida con menos pero explotada a quedarme sin nada y sin una explicación coherente o humana.
Envíanos tu testimonio, necesitamos alzar la voz y organizarnos unitariamente contra la precarización que padecemos desde antes y que se profundiza durante la pandemia.
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Pan y Rosas México
Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase