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Red Internacional
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#NIUNAMENOS. El brutal machismo de la Legislación y el Juez de Nabila

¿Qué nos dice el historial del juez titular del caso de Nabila Rifo, Luis Rolando del Río? ¿es su machismo el único problema? ¿O es más bien la expresión de un sistema que en su estructura avala y promueve la violencia de género?

Martes 11 de abril de 2017

Chile es uno de los países más atrasados en temáticas de igualdad y violencia de género, muchas hemos sido cuestionadas cuando contamos experiencias de violencia, se nos ha preguntado si hemos provocado, cómo vestimos, cómo hablamos, qué hicimos para que nos pegaran, violaran o agredieran de cualquier forma. El machismo, que se encuentra en la médula de esta sociedad capitalista, pone a la mujer como un objeto que se puede poseer y que por lo tanto, puede tentar y provocar, lo que además nos deja entre ver que al posicionarnos a nosotras como objetos, hay quienes poseen nuestros actos, decisiones y cuerpos (desde padres a parejas o desde iglesias, juzgados y jefaturas).

Una Legislación insuficiente

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, no se puede restringir la violencia de la mujer al espacio familiar, porque implica dejar afuera la violencia que sufrimos desde otras aristas, como la violencia obstétrica, el acoso callejero, las violaciones e incluso la discriminación. Regular la violencia solo desde el ámbito familiar significa en resumidas cuentas, dejarnos expuestas a las violencias de los espacios públicos, fortaleciendo nuestra ubicación de objetos poseídos por parejas, padres, etc . Y ciertamente poner en duda los testimonios de mujeres agredidas con preguntas como ¿qué hace una mujer sin su pareja en un discoteca?. Es expresión de cómo las Instituciones fortalecen el machismo con definiciones que encasillan a las mujeres en sus roles dentro de la familia, como madres, hijas, esposas y hermanas.

El juez Luis Rolando del Río, tiene un historial de rebaja de condena a femicidas y absoluciones a casos de violación basándose en detalles de la vida privada de las víctimas, que involucran la vida sexual de estas, usándolas para devaluar sus testimonios justificando las agresiones. La experiencia de Nabila Rifo, no ha sido muy distinta, durante el juicio hemos sido testigos de las situaciones que se deben vivir en estos procesos, preguntas sobre sus vidas sexuales, su roles de pareja y un montón de tantas otras que intentan justificar o bajarle el perfil a estas experiencias.

Ciertamente la posición del Juez Luis Rolando del Río es funesta y preocupante, ya que tiene en sus manos uno de los casos más brutales de violencia de género que se han expuesto en la actualidad. Sin embargo, no podemos olvidar que ésta es una expresión más de todo el machismo de las Instituciones Legislativas y de la iglesia.

El machismo es un problema estructural de esta sociedad, en donde las mujeres a lo largo de interminables años de lucha, hemos conquistado demandas a medias, muchas veces con pocas garantías de que estas sean respetadas. Es importante remarcar que las mujeres de la clase trabajadora son las que tienen menos acceso a vivir la seguridad que les ofrece la limitada legislación, no pueden acceder a abortos, a buenos abogados o a tratamientos psicológicos de calidad.

Una respuesta desde el Feminismo de Clase

Es importante que exista una Ley de Emergencia que garantice la seguridad de las mujeres que están rompiendo el circulo de violencia, estipulando las responsabilidades del Estado en nuestra seguridad, con fondos destinados a ello. Sabemos que una ley de este tipo no va a poner fin a la violencia de género, pero sí podría garantizar que las mujeres puedan protegerse de manera concreta de sus agresores. Es necesario que nos organicemos hombres y mujeres de la clase trabajadora, junto con los sectores oprimidos para erradicar la violencia género, exigiendo una Ley de Emergencia, pero también luchando para que la Iglesia y las Instituciones dejen de promover el machismo en los sistemas educativos, relaciones sociales y lugares de trabajo.