Una gran campaña del "buen corazón" están llevando a cabo los grandes ricos de Chile, casi como si fuera una presentación de los buenos samaritanos, la familia del cobre y del mar, los Luksic, donan 1 millón de mascarillas. No somos tontos, ni un contenedor lleno de mascarillas esconderían los despidos y explotación de estos en sus fábricas y empresas.
Miércoles 22 de abril de 2020
Volando por las aerolíneas Latam arribaron a Chile un millón de mascarillas, el destino supuesto: hospitales y centros de salud. La familia Luksic se encontraba a la cabeza de esta operación.
¿Qué son 1 millón de mascarillas para una familia que tiene un patrimonio de 15 mil millones de dolares? Absolutamente nada.
Sin problema alguno, Andrónico, el patriarca de la familia, trajo desde China el cargamento, incluso más rápido que las supuestas donaciones que el gobierno recibirá. Mientras aportan con un millón de mascarillas-lo que equivale aproximadamente al 0,005% de patrimonio Luksic- , son miles las y los trabajadores que siguen arriesgando sus vidas y salud como las de las familias en las minas de Antofagasta Minerals, en el Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia (FCAB) o en los puertos de este grupo económico como en el Antofagasta Terminal Internacional-ATI donde hace más de dos semanas se confirmó un caso de contagio por COVID-19.
Los ricos no tienen buen corazón, es solo una fachada
Horst Paulmann o la familia Calderón, ya anunciaron a sus trabajadores que sus respectivas cadenas de tiendas, París y Ripley, se acogerían a la Ley de Protección al Empleo para sortear las pérdidas económicas derivadas de la pandemia. La presión a La Moneda para "normalizar" la actividad económica, las "arrancadas en helicóptero" o la temprana solicitud de "salvataje" que hizo Latam al gobierno responde a los protagonistas de la cima de la pirámide social que aún no tienen claro qué alma van a privilegiar durante esta crisis sanitaria.
Las donaciones o actos de buena voluntad, se han convertido en el estilo de blanqueamiento de los grandes empresarios, desarrollarse como los filántropos de la vida.
Necesitamos exigir impuestos extraordinarios a las familias más ricas del país, dentro de las cuales está la familia Luksic con un patrimonio ocho veces más grande que el del propio Donald Trump. Las 10 familias más ricas de Chile, han hecho sus grandes fortunas a partir del sacrificio y robo del trabajo de miles durante los últimos 30 años, fortunas con las cuales se podría financiar parte de un real plan de emergencia para enfrentar la crisis sanitaria del COVID-19 para resguardar la salud del pueblo trabajador y pobre que es lo primero-construyendo decenas de hospital por ejemplo sólo con el 20% de impuestos a las riquezas de los 10 clanes multimillonarios del país-que es mucho más importante que las ganancias que quieren seguir obteniendo estos magnates a costa de la salud de toda la clase obrera y sus familias.
Joseffe Cáceres
Trabajadora UMCE y vocera de Pan y Rosas Chile