En las villas de la zona Sur de la Ciudad de Buenos Aires, al igual que en las del resto de CABA, se está viviendo una situación económica y sanitaria gravísima, debido a que el gobierno de Larreta deliberadamente aplica mano dura y hambre como política de Estado.
Miércoles 10 de junio de 2020 19:10
El rol de la escuela y de les docentes
Soy docente de Historia y de Físico Química en el nivel medio, y actualmente vivo en la Villa María Auxiliadora. A lo largo de mi vida habité en diferentes villas del Conurbano y de la zona sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, azotadas por inundaciones reiteradas, que no sólo arruinan los muebles, sino también se llevan consigo muchas de las esperanzas de una casa digna, quizá en construcción, una mezcla hormigón, muros de ladrillos y chapas, que el agua deteriora. Puertas afuera, se viven casi con naturalidad los tiroteos entre bandas narcos, sumados a la connivencia y la represión por parte de las distintas fuerzas represivas del Estado.
Puertas adentro, hambre y hacinamiento
Doy clases en el Bajo Flores y en Ciudad Oculta, ubicada en Villa Lugano, en escuelas olvidadas y con necesidades de todo tipo, frecuentemente ni siquiera contamos con tizas por dar sólo un ejemplo, y sabemos que lamentablemente es similar la situación que viven nuestros estudiantes en sus casas. El barrio se refleja en el espejo que son nuestres estudiantes… el reflejo muestra las necesidades de sus familias.
Hoy la situación es mucho más alarmante que la que se vivía antes de la pandemia, ya que el aislamiento social obligatorio interrumpe todo tipo de ingreso económico a las familias de las barriadas más humildes. En su mayoría, viven de changas inestables que no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas. El Estado, en este caso Larreta, “presente” sólo logra mantenerlas al borde de la línea de indigencia. La llamada “canasta alimentaria”, aunque muy necesaria, se ha revelado insuficiente, ya que los alimentos que nos llegan para repartir sólo alcanzan para 3 a 5 días dependiendo de la cantidad de integrantes en la familia, aun cuando se publicita que alcanzaría para 15 días. El gobierno de Larreta deliberadamente vulnera los derechos de estas familias.
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Comedores: la asistencia insuficiente
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Comedores: la asistencia insuficiente
Los comedores populares intentan cubrir las insuficiencias mencionadas anteriormente pero no logran asistir a la mayoría de la población vulnerable. Contrae el corazón contemplar la exposición a la que se someten hombres y mujeres hasta niños, niñas y adolescentes haciendo largas filas todas las noches, entre el frio, la lluvia y con el barro hasta los tobillos, exponiéndose a contraer el Corona virus, y rompiendo contra su voluntad cualquier cuarentena por ese plato de comida tan necesario para su supervivencia.
La IFE que no alcanza
En las dos escuelas en las que soy docente y además tutor, realicé un relevamiento entre las familias, y son escasos los casos en que me comunicaron haber podido acceder al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
Otra arista a tener en cuenta es la cantidad insuficiente de dinero que se otorga a través del mencionado subsidio, por ejemplo, y de acuerdo al testimonio de una de las vecinas encuestadas, que está a cargo de sus cuatro hijos, el monto asignado sólo le alcanza para dos semanas.
Como conclusión podemos afirmar que el acceso al Ingreso Familiar de Emergencia no está bien siendo direccionado correctamente, ya que en las villas son, además los barrios de la clase trabajadora más vulnerable y los pueblos originarios, en donde más se lo necesita y no logra llegar a quienes lo necesitan con urgencia, sin contar que no alcanza para cubrir las necesidades básicas de quienes lo perciben.
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Fines de semana: mate cocido y pan como único alimento
Lo más duro que tuve que escuchar , y que me generó un nudo en la garganta al oírlo, es lo relatado por parte de las madres y padres de mis estudiantes o vecinas del barrio es que los fines de semana, cuando no funcionan los comedores en los barrios, no tienen nada para darles comer a sus hijes. A veces suelen dormir hasta después del mediodía para ahorrarse una comida, siendo la cena su único plato de comida diario. Los fines de semana pasaron a ser los días más difíciles y angustiantes en las villas.
Desde el Partido de les Trabajadorxs Socialistas y el FIT-U exigimos que a la crisis la paguen los capitalistas. Proponemos que se le aplique un impuesto extraordinario del 3% a las mayores fortunas del país y que este dinero sea destinado al sistema de salud y al acceso a la vivienda, agua potable y cloacas. Un salario de $30.000 para todes les trabajadores que no perciban ingresos. Exigimos el inmediato freno de los despidos, las suspensiones y los descuentos salariales a les trabajadores. Nos posicionamos en contra de los cierres de empresas y establecimientos, frente a esto proponemos la estatización sin pago y bajo control obrero, para que su producción sea puesta al servicio de las necesidades de la clase trabajadora, en particular las alimentarias y sanitarias para afrontar la crisis.