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Red Internacional
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Paro de mujeres. El cinismo de la Iglesia y nuestra lucha contra el olvido

La convocatoria del paro para el 9 de Marzo ha sido retomada por sectores de la derecha, empresariales y autoridades universitarias. El límite del cinismo, también se suma la Iglesia.

Joss Espinosa

Joss Espinosa @Joss_font

Lunes 24 de febrero de 2020

En las últimas semanas ha circulado una convocatoria a paro de mujeres para el 9 de marzo, una convocatoria que fue impulsada en primer instancia por partidos como el PRI y el PAN. Hay muchas expectativas, no por quien la convoca, sino porque las mujeres hartas de la violencia, queremos expresar que si nuestras vidas no importan, produzcan sin nosotras.

Por si esto no fuera poco, ahora la iglesia dice sumarse y apoyar el paro del 9 de marzo. Así lo anuncio el Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López. Nada más cínico, pues ha sido esta misma institución la que milenariamente ha perseguido y oprimido a las mujeres. Y vale la pena mencionar, que es precisamente Monterrey uno de los estados más reaccionarios y criminalizadores de las mujeres gracias al peso que tiene la iglesia ideológicamente. Pero nosotras no olvidamos.

No olvidamos que ha puesto su aparato ideológico para reprimir nuestro derecho a decidir, con campañas criminalizadoras contra las mujeres que abortan. Fuera del discurso del “Estado laico”, la realidad es que actualmente, la Iglesia tiene peso dentro del Estado, y se ha encargado desde ahí, a evitar que se apruebe nuestro derecho al aborto y los plenos derechos para la diversidad sexual.

No olvidamos que la Iglesia que hoy dice apoyarnos es la misma que sistemáticamente ha encubierto violaciones a niños y niñas a manos de sus curas, y que mantiene en silencio las miles de vejaciones que aprovechando su espacio de poder, y han quedado en total impunidad.

No solo son acciones, el aparato ideológico de esta institución, nos ha relegado, e interviene constantemente para acallarnos y ordenarnos como disfrutar nuestra vida y sexualidad. Nos ha impuesto la figura de mujer virgen, madre y esposa devota, nos impone la imagen de ser las encargadas del hogar y la familia.

Nosotras no olvidamos, el rol que ha jugado la en las dictaduras en Latinoamérica, en las que avaló las desapariciones, violaciones y asesinatos de miles de militantes, activistas y luchadoras.

Sabemos que es la institución que ha criticado la lucha de las mujeres y diversidad sexual, tachándolo de “ideología de género” y que condena la educación sexual en las escuelas.

Nosotras no olvidamos que la Iglesia encabezó la “quema de brujas” durante la Inquisición, en la que cientos de miles de mujeres fueron torturadas y asesinadas, acusadas de brujería para acallarlas.

Pero aquí estamos a todas las que esta institución no ha podido callar. No dejemos que la Iglesia, los partidos y los empresarios, se apropien nuestras demandas. Salgamos a las calles este 8 y 9 de marzo, para dejar bien claro que nosotras no olvidamos, y que hoy nos enfrentamos a esos que pretenden montarse de nuestras demandas.